Foco en las primarias: el disímil resultado de los pactos en comunas vulnerables de la RM y en la “zona roja” del conflicto mapuche
Analistas políticos y dirigentes de Apruebo Dignidad y Chile Vamos intentan explicar por qué el primero de los bloques se impuso con holgura en las zonas de menores recursos de la Región Metropolitana, y el segundo movilizó más gente en la macrozona sur, afectada por la violencia rural. Las zonas fronterizas también se analizaron con un resultado más equiparado.
Las primarias legales del pasado 18 de julio en las que se midieron los candidatos de Apruebo Dignidad (Gabriel Boric y Daniel Jadue) y de Chile Vamos (Sebastián Sichel, Joaquín Lavín, Mario Desbordes e Ignacio Briones) dejaron un desenlace conocido. Sin embargo, al hacer un zoom en estas votaciones surgen una serie de particularidades a analizar. Entre ellas, los resultados obtenidos en las comunas más vulnerables de la Región Metropolitana, así como también en las “zonas rojas” del conflicto mapuche y en los territorios fronterizos.
Para analizar el comportamiento electoral y la convocatoria que tuvieron los partidos de Chile Vamos y de Apruebo Dignidad en los sectores de menores recursos, se consideró el Índice de Prioridad Social (IPS 2020) del Ministerio de Desarrollo Social, para el caso de las comunas de la RM. Ahí se ubica a La Pintana, Lo Espejo, Cerro Navia, San Ramón, María Pinto, El Bosque, Conchalí, Isla de Maipo, El Monte y Curacaví, dentro del universo de zonas analizadas.
¿Los resultados? De acuerdo con los datos publicados por el Servel, en el 100% de estas 10 comunas de la RM se impuso el bloque Apruebo Dignidad, coalición que acumuló un total de 100.333 votos válidamente emitidos, mientras que Chile Vamos consiguió 53.021 sufragios válidos para sus candidatos. Es decir, más que duplicó la participación.
A nivel individual, y solo revisando la cantidad de votos obtenidos entre los ganadores de las primarias de cada pacto, el análisis muestra un claro liderazgo de Gabriel Boric en el territorio que abarca estas 10 comunas.
Más al sur, en las zonas afectadas por la violencia rural, el escenario es distinto. Así, en las comunas de la Macrozona Sur, focalizadas principalmente en las regiones del Biobío y La Araucanía, los números favorecen al bloque oficialista.
Para analizar las 10 comunas más golpeadas por este tipo de violencia, se consideraron las zonas donde el gobierno, a través de sus intendencias regionales, presentó en los últimos años la mayor cantidad de querellas por atentados incendiarios y delitos de alta connotación. De esta manera, se analizaron los resultados electorales obtenidos en las comunas de Cañete, Ercilla, Collipulli, Tirúa, Victoria, Contulmo, Lautaro, Carahue, Nueva Imperial y Temuco. Esta última comuna, que se ubica dentro del radio urbano de la región, es la que aporta una mayor cantidad de votantes (más de 22 mil).
A diferencia de lo que ocurría en las comunas con mayores niveles de vulnerabilidad de la RM, donde el bloque de izquierda dominaba las preferencias, en la Macrozona Sur la tendencia muestra otra cara. De los 73.618 votos válidamente emitidos en estas comunas, el bloque de Chile Vamos acumula un total de 41.198 sufragios (56%) mientras que Apruebo Dignidad convocó a 32.420 votantes a las urnas (44%).
El análisis individual de la votación por candidato, considerando solo los votos totales obtenidos por los ganadores de las primarias, muestran un ajuste: Boric saca ventaja en comunas como Cañete, Tirúa, Lautaro, Temuco y Nueva Imperial. En las otras cinco comunas, en tanto, se impuso el candidato independiente de Chile Vamos, Sebastián Sichel.
Al igual que la lucha contra la pobreza y la violencia rural en la zona sur, el fenómeno migratorio fue otro de los temas abordados durante la campaña y los debates previos a las primarias. Y aunque poseen una menor densidad poblacional en comparación con las zonas urbanas, las comunas ubicadas en sectores fronterizos de cuatro regiones del norte del país, también formaron foco en este análisis.
De esta manera se analizó el comportamiento electoral en las comunas de General Lagos y Putre (Arica y Parinacota), Colchane y Pica (Tarapacá), Ollagüe y San Pedro de Atacama (Antofagasta) y Tierra Amarilla (Atacama).
En total en estas comunas se emitieron 3.053 votos válidos a favor de los seis candidatos de los pactos de Chile Vamos y Apruebo Dignidad. De ellos, 1.237 sufragios (40,5%) fueron para un candidato oficialista y 1.816 (59,5%) para un aspirante a La Moneda del bloque del Partido Comunista y Convergencia Social.
Dentro del análisis comunal, resalta el caso de Colchane -zona afectada por la migración ilegal- donde el 100% de sus 21 votos fueron para candidatos de Chile Vamos. A ellos se suman la mayor cantidad de votantes en General Lagos, Putre y Pica, quienes participaron de las primarias del bloque oficialista.
A nivel individual, considerando los votos totales obtenidos entre Boric y Sichel, el abanderado de Convergencia Social convocó a más votantes en las comunas de Putre, Ollagüe, San Pedro de Atacama y Tierra Amarilla. En tanto, Sichel se impuso en General Lagos y Colchane. En Pica hubo igual cantidad de votos para ambos candidatos.
¿Se acabó la derecha social?
Respecto a los magros resultados, en cuanto a convocatoria, obtenidos por Chile Vamos en las comunas más vulnerables de la Región Metropolitana, surgió la inquietud sobre si esto representa en alguna medida el fin de la denominada “derecha social”, impulsada, entre otros, por el exsenador Pablo Longueria.
Para el director de Tresquintos.cl, plataforma de información electoral y análisis político, Kenneth Bunker, los resultados del pasado 18 de julio en estas zonas se explican en dos dimensiones. Una, que tiene que ver con que Apruebo Dignidad apuntó su discurso a las zonas urbanas. “El Frente Amplio basa su programa precisamente en cómo incluir esas zonas urbanas que son las más marginalizadas del proceso de modernización a la sociedad”, explica el experto.
El otro factor, dice Bunker, es que “hay un clivaje etario, porque obviamente los jóvenes que son votantes activados, son de zonas urbanas”.
El analista y director de la Escuela de Gobierno de la U. Central, Marco Moreno, coincidió con el análisis anterior y sostuvo que “esta nueva versión de una derecha social encarnada fundamentalmente por (Manuel José) Ossandón y por quienes han tenido un trabajo en esa línea como (Germán) Codina o (Mario) Desbordes, no ha logrado cuajar, no ha logrado desplegarse de manera efectiva en ese mundo. Se perdió ese terreno que se había avanzado y ha sido muy difícil recuperar los sectores populares”.
Desde la vereda de los partidos, el presidente de RN, senador Francisco Chahuán, hace un mea culpa respecto de los resultados y adelanta que el desafío de la coalición es “recuperar la calle”. “No podemos tener un partido que finalmente no entienda que su principal tarea es representar a los vecinos en cada una de sus respectivas comunas. Eso implica dos cosas: que los actuales liderazgos se desplieguen. Y lo segundo, es lograr que los liderazgos sociales se incorporen a la lógica de cómo se hace partido”, añade.
Para el timonel de la UDI, diputado Javier Macaya, “la centroderecha ha ido perdiendo con los años cierta sintonía con nuevas demandas y necesidades que han ido surgiendo”, responde por escrito. Asimismo puntualiza que “en el caso de la UDI -y lo he dicho varias veces-, debemos volver a sintonizar con los sectores más vulnerables, debemos volcarnos al trabajo en terreno mucho más que antes, para escuchar las inquietudes. Y tenemos que renovar también nuestra mirada, nuestro discurso y nuestras acciones”.
Para la expresidenta de RD, diputada Catalina Pérez, la mayor participación de votantes en las primarias de su sector se debe a que “nuestras propuestas están haciendo sentido y están siendo elaboradas, cada vez más, desde los sectores populares que se sienten excluidos de la política tradicional, no solo en la Región Metropolitana, sino que también en las regiones”.
Bastión de Chile Vamos
Para Marco Moreno, el hecho de que Chile Vamos, a pesar del resultado global de las elecciones del 18 de julio se imponga en la Macrozona Sur marcada, dice relación con que “todavía pervive, diría yo, una lógica clientelar en política. Desde el plebiscito de 1988 que la derecha sistemáticamente se ha impuesto en esta región en la Región de La Araucanía, tienen una importante votación cautiva que es movilizada bajo lógica clienterales que todavía siguen persistiendo con mucha fuerza en esta región y por lo tanto eso explica que esta zona sea un baluarte todavía para la derecha”.
Asimismo agrega que “es contraintuitivo porque uno podría pensar que el movimiento mapuche o la causa mapuche podría movilizarse para cambiar esta situación pero hay que recordar también que en el mundo mapuche no hay una unidad política”.
La diputada Catalina Pérez, hace un mea culpa al respecto y sostiene que “tenemos el desafío de mejorar nuestra llegada y propuestas para zonas rurales, alejadas de las grandes ciudades y también ser capaces de comunicar de mejor manera nuestras propuestas para zonas de conflictos históricos como el Wallmapu”.
Una visión positiva de los resultados entrega la actual presidenta de RD, Margarita Portuguez, quien sostiene que “hay que considerar que La Araucanía fue la cuarta región donde Gabriel obtuvo más votos. En Temuco nuestro candidato logró ganarle a Sichel por cerca de mil votos, incluso con menos recursos económicos para su despliegue nacional. Creemos que esto responde a que la plurinacionalidad es un eje transversal de nuestro programa”.
Para el presidente de la UDI, en estas zonas han logrado una situación que deberían luego replicar en las comunas más vulnerables de la RM. “En contraste a lo que ocurre con los sectores más vulnerables, en este caso sí hemos sabido sintonizar como partido y como centroderecha con las realidades que se viven en esos lugares y con las principales inquietudes que tienen los chilenos, por ejemplo, en materia de violencia en La Araucanía”.
A su vez Chahuán recalca que “nosotros hemos sido los que hemos estado defendiendo el Estado de Derecho. Somos los que entendemos que no solamente hay que condenar la violencia, sino que hay que dar el paso siguiente a establecer medidas para que la lógica en la que se legitima la violencia como un instrumento legítimo tenga que acabar. Por eso es que hay una alta participación, porque lo que la gente está pidiendo ahí es más acción del Estado. Está pidiendo, frente a un Estado ausente o fallido en esas regiones, están pidiendo acción de nuestros partidos”.
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