Irlanda recobra vida con la reapertura de sus tradicionales pubs
Dublín, la ciudad de los “mil pubs”, vuelve a exhibir su clásica vida bohemia con el regreso de los bares luego de 15 meses de lockdown, uno de los más largos y severos de Europa. “El encierro se sentía como una prisión”, admiten.
Quedan metros aún para llegar a una de las zonas más tradicionales de Dublín, cuando ya se escucha un bullicio que no permite identificar palabras y que se transforma en un sonido ambiental que adelanta una atmósfera festiva. Es en los pequeños callejones del bohemio barrio de Temple Bar en donde la gente se acumula solo para tomar una cerveza, ya sea en plena calle o en una de las mesas que los bares ahora pueden tener al aire libre. Poco espacio queda para quienes van caminando y las calles se inundan de gente con una pinta de la legendaria cerveza irlandesa Guinness en la mano.
“Es bueno volver a ver gente. Es parte de la vida, mientras que algunas personas se encuentran en los cafés, nosotros nos encontramos en el pub, tomamos una cerveza y conversamos. El encierro se sentía como una prisión”, cuenta Gabriel de 73 años, un irlandés que toma una Guinness en uno de los tradicionales pubs de la capital irlandesa.
El de Irlanda ha sido uno de los lockdowns más duros y largos de Europa. Recién el lunes 7 de junio el gobierno irlandés permitió la reapertura de bares, pubs y restaurantes en el exterior, además de cines, teatros y gimnasios. Tras 15 meses de cierre, ese día la ciudad de los “mil pubs”, como ha sido catalogada, renació. Son cerca de 4.000 bares los que reabrieron, cerca del 50%, y un estimado de 25.000 personas que regresaron a trabajar a estos lugares.
“La gente estaba absolutamente encantada, abrimos el lunes pasado y todo el mundo estaba de fiesta. Afuera todo el mundo estaba tomando fotos, tomando selfies, el ambiente era genial”, dice Francis, manager del concurrido pub The Auld Dubliner, en pleno barrio de Temple Bar.
La misma sensación se vivió en los otros pubs. “Ese día fue como Navidad sin que haya sido Navidad, para todos. La gente estaba realmente emocionada. Veías a las personas arregladas para salir, tal vezera la primera vez que se vestían de esa forma en meses y ahora finalmente tenían un lugar adonde ir. Había una gran energía”, relata Donal Smith, copropietario del popular bar Grogan’s Castle Lounge, en South William Street, a pasos de Trinity College.
El Grogan’s Castle Lounge, a diferencia de otros pubs, se mantuvo cerrado por todo el tiempo que ha durado la extensa e intermitente cuarentena en Irlanda, pese a que desde hace varias semanas los bares ya tenían permiso para vender pintas de cerveza y otros tragos “para llevar”. “No tuvimos la opción ‘para llevar’ porque no es el alma de los pubs, el alma de los pubs es en realidad poder entrar y sentarse. No es lo mismo”, dice.
Todos los pubs, así como otros sectores del entretenimiento y la hospitalidad, cerraron por primera vez el 15 de marzo de 2020. Ese primer cierre duró hasta el 29 de junio cuando solo los pubs que ofrecen menú de comida pudieron reabrir por primera vez. En tanto, los pubs tradicionales (que no sirven comida) solo pudieron reabrir por primera vez el 21 de septiembre, reapertura que duró tres semanas. A mediados de octubre todos los pubs y restaurantes cerraron nuevamente hasta principios de diciembre cuando se permitió que los pubs con servicio de comida reabrieran durante tres semanas para Navidad, pero tuvieron que volver a cerrar en Nochebuena. Desde esa fecha se mantuvieron cerrados hasta este 7 de junio.
“El cierre inicial era de dos semanas, pero terminó siendo mucho más que eso. La mayoría de los dueños de pubs estuvieron de acuerdo con la decisión de cerrar, pero hubo mucha confusión y frustración sobre cuánto tiempo duraría el cierre”, comenta a La Tercera Brian Foley, miembro de VFI Pubs (Vintner’s Federation of Ireland), federación de pubs de Irlanda.
“Hubo mucho miedo. Un pub típico de la noche a la mañana pasó a tener cero ingresos, no tenían dinero, fue un momento tremendamente aterrador para los dueños”, agrega.
Pero el cierre de los bares no solo tuvo consecuencias económicas, sino que también significó una pérdida de un espacio social fundamental para la vida cotidiana irlandesa. “El pub es un gran espacio social, es como un centro comunitario, un lugar de encuentro comunitario. Particularmente en las zonas rurales de Irlanda el pub es uno de los pocos lugares donde la gente puede reunirse fuera del hogar o del lugar de trabajo. Fue una gran pérdida. La gente echó mucho de menos a los pubs”, dice Foley.
En ese sentido, la reapertura le devolvió la vida a la ciudad. El mismo 7 de junio, que fue feriado, los bares exhibían largas filas de personas que esperaban poder sentarse a tomar una cerveza. Algunos bares optaron por usar el sistema de reserva de mesas, el cual los clientes agotaron rápidamente al menos por una semana entera. Otros bares prefirieron dejar las mesas disponibles por orden de llegada, lo que generaba que algunos esperaran hasta 40 minutos por una mesa.
“Estuvo muy lleno, fue grandioso”, cuenta Seamus, manager del segundo bar más antiguo de Dublín, The Old Stand, con casi 400 años de historia. Durante el día tienen 12 mesas afuera, y por la noche habilitan más. Los antiguos clientes que solían ir todos los días por una pinta volvieron a reencontrarse: “Hay dos o tres clientes que vienen cada mañana y están felices de estar de regreso, sentarse y tomarse una pinta, porque no se han visto en seis meses o más, ya que solo se ven en el pub”, relata Seamus.
El manejo de la pandemia
Hoy la situación de la pandemia en Irlanda se mantiene más controlada con 200 a 300 casos diarios, luego de exhibir un peak durante el invierno de hasta 8.227 casos el 8 de enero (tras la reapertura navideña), considerando que la población del país es de 4,9 millones. Esto llevó a un cierre continuado hasta la llegada de la primavera.
“Que el bloqueo en Irlanda haya sido uno de los más largos, en parte refleja un fracaso para decidir qué querían hacer como país. Tiene sentido tener un bloqueo como parte de la respuesta temprana a una pandemia que emerge rápidamente, pero no tiene ningún sentido hacer lo que hemos hecho, que es continuar (con el cierre) durante la mayor parte de los últimos 15 meses”, explica el médico especialista en salud púbica y profesor de Dublin City University, Anthony Staines.
A la espera del 5 de julio, cuando se permitirá la reapertura en interiores para bares y restaurantes, el gobierno avanza con el plan de vacunación. Ya se han administrado más de 3,2 millones de dosis y el 56% de la población adulta cuenta con al menos una dosis. Para los próximos días se habilitará la vacunación para personas de entre 30 a 39 años. Según Staines, toda la población adulta ya debería estar vacunada para fines de agosto, pero advierte que no es lo único necesario para evitar un nuevo lockdown.
“Si se va a reabrir, el argumento sensato es decir está bien, pero hay que hacer todo lo que se pueda para mitigar el riesgo. El decir que se va a reabrir ya es un riesgo y hay que reducir los otros riesgos. Se trata de salud pública básica, de medidas de salud pública muy ordinarias y muy rutinarias: rastreo de contactos, identificación de fuentes, pruebas de casos, aislamiento. Estas son cosas que la gente ha estado haciendo en salud pública durante 800 años, ninguna de ellas es nueva o intelectualmente desafiante”, dice. Pero Irlanda, al igual que muchos países, no ha fortalecido dichas medidas.
Pese a la reciente apertura, las cosas no han sido iguales para todos los pubs. El turístico bar The Auld Dubliner en Temple Bar, aún se mantiene muy por debajo de sus ventas antes de la pandemia. Mientras que los otros bares con los que conversó La Tercera registran cerca del 60% de las ventas que tenían antes, este pub solo dice conseguir ahora el 20%. “Ahora estamos obteniendo el 20% de las ventas si tenemos suerte, incluso con la opción para llevar, porque adentro estaría lleno, afuera estaría lleno, esta zona es una locura y de muchos turistas, así que no será lo mismo durante mucho tiempo, tal vez hasta el próximo año”, dice el manager, Francis. Es lunes cerca del mediodía y solo se ven dos personas sentadas afuera del bar: “Un lunes podíamos tener hasta 25 personas tomando a esta hora”, sostiene.
Mientras que Dublín de a poco ha vuelto a cobrar vida, ahora los residentes esperan que julio devuelva lo que la pandemia les quitó: “No importa lo que digan los demás, es parte de nuestra cultura, somos mariposas sociales, a los irlandeses nos gusta sentarnos y nos gusta conversar, seas joven o viejo, nos mezclamos entre todos en los pubs”, dice el dueño del Grogan’s Castle Lounge. Sobre la reapertura para recibir clientes en interiores el 5 de julio, responde: “Toquemos madera”.
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