Javier Macaya (UDI): “Chile Vamos es una marca consolidada, tendremos que ver cómo seguimos hacia adelante”
Recién electo senador por O’Higgins, el timonel gremialista valora los resultados obtenidos por su partido en las parlamentarias, al tiempo que resiente el cuarto lugar alcanzado por el exabanderado oficialista Sebastián Sichel. Sobre los respaldos que se fueron con José Antonio Kast, dice que “es entendible (...), porque viene de la UDI y varios tienen más afinidad con él que la que podrían haber tenido con Sichel”.
A Javier Macaya, presidente de la UDI y recién electo senador por la Región de O’Higgins, se le vio sonriente el domingo pasado junto a José Antonio Kast, el triunfador en la primera vuelta presidencial.
En contraste, un par de horas antes, cuando el abanderado de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, reconoció su derrota no contó con la compañía de ninguno de los timoneles de la coalición.
Junto con descartar una “deslealtad” hacia el exministro, Macaya explica lo que pasó ese día y las razones que terminaron volcando a los votantes de su colectividad hacia un candidato que les compitió por fuera. Además, detalla cómo el bloque debe enfrentar las tres semanas que restan para la segunda vuelta y el futuro del conglomerado.
¿Cómo explica que, por primera vez, su coalición no haya pasado a segunda vuelta?
Es la demostración de que estamos en un nuevo ciclo político, que contrasta con la tradicional política chilena que ha gobernado el país en las últimas décadas. También hay factores coyunturales; uno de ellos es que el candidato de la centroderecha que pasa a segunda vuelta y compitió por fuera de nuestra coalición tuvo mucho electorado de nuestro sector. Eso para nadie es un misterio.
¿Y qué implica este escenario? ¿Es el fin de su coalición?
¿Por qué va a ser el fin de la coalición? Algunos proyectaban para las parlamentarias que el resultado de Chile Vamos iba a ser una catástrofe y no fue así. Hay nuevos actores, es verdad, pero son actores que amplían a la coalición, o sea, la centroderecha en general recobra su fuerza y mantiene una presencia muy importante en el Congreso.
Se lo pregunto de otra forma: ¿La coalición va a seguir siendo la misma o podría sumarse Republicanos y restarse Evópoli?
No descarto que la coalición sufra modificaciones en el mediano plazo, pero no es el momento para estar preocupados de los perfilamientos individuales o de qué tipo de coalición vamos a tener después de la segunda vuelta. Nuestro sector tiene que enfocarse en el triunfo de Kast. Esta es la elección más importante en las últimas décadas y la meta está a 20 días. Estando en juego que las fuerzas populistas de la izquierda lleguen a gobernar con una injerencia fundamental del PC, no hay tiempo que perder. Después podremos reflexionar sobre eso y no tengo duda de que se va a dar esa conversación, porque si Kast es Presidente, va a necesitar a los 24 senadores y los 53 diputados de Chile Vamos; él va a necesitar, para su gobernabilidad, la estructura política de nuestra coalición.
Habla de Chile Vamos, ¿se acabó Chile Podemos Más?
Chile Podemos Más era un pacto electoral. Chile Vamos es una marca consolidada, tendremos que ver cómo seguimos hacia adelante, pero a mí me gusta más Chile Vamos.
Tras los resultados, ¿diría que Sichel fue realmente el candidato de la UDI? Porque hubo muchos descuelgues.
Yo soy el presidente de la UDI y puedo asegurar que el respaldo institucional estuvo. Hubo personas que se descolgaron y eso se profundizó cuando el propio Sichel dio libertad de acción. Y cuando se generaron esos desmarques, nosotros reafirmamos que el candidato institucional era Sebastián Sichel. Yo voté por Sichel y hasta el último día estuve tratando de colaborar para que fuera exitoso y pasara a segunda vuelta.
Menciona el “apoyo institucional”, pero la pregunta es si cree que hubo genuino apoyo de parte de la militancia. ¿El partido se la jugó por él, los militantes de la UDI hicieron campaña por Sichel?
Más allá del respaldo institucional, que significa respetar la palabra empeñada y los acuerdos, hubo varios que anunciaron su apoyo a Kast antes de la primera vuelta, pero de manera individual. Es entendible que muchos lo hayan hecho, porque Kast viene de la UDI y varios tienen más afinidad con él que la que podrían haber tenido con Sichel. Como directiva dimos una señal, pero quedó fuera aplicar sanciones, porque no solo hubiera sido ridículo, sino que no habría tenido ningún efecto.
¿No cree que pudieron haber sido más firmes para evitar los descuelgues?
El poder de un presidente de partido se puede ejercer, pero no tiene por qué implicar autoritarismo, coacción o amenaza. La campaña de Sichel no se perdió porque la estructura territorial de la UDI o RN haya estado con menos fuerza. Cada persona tiene sus convicciones, su libertad y es dueña de su voto. Creerse dueño del voto de las personas es una falta de respeto hacia los electores y es el peor error que podríamos haber cometido.
¿No siente que hubo deslealtad con Sichel?
No. Insisto, nosotros respetamos hasta el último día nuestro compromiso y cada vez que fuimos requeridos para participar en alguna instancia, estuvimos disponibles. En eso, agradezco especialmente a la secretaria general del partido (la diputada María José Hoffmann), que fue muy importante.
¿Y por qué no fueron a acompañar al candidato cuando reconoció su derrota?
Eso es falso. Habíamos conversado con la directiva que primero íbamos a apersonarnos en el comando de Sichel, y si el ganador era Kast, íbamos a ir primero donde Sichel y después donde Kast. Cuando íbamos adonde Sichel, se nos avisa que había dado su declaración y que ya no estaba en el comando, por lo tanto, no tenía sentido llegar.
¿Ha hablado con Sichel?
Sí, he hablado con él, somos amigos, tenemos una buena conversación y espero que él se sume al proyecto que tiene que ver con derrotar al comunismo y defender las ideas de la libertad en nuestro país.
¿Usted le ha pedido que se sume activamente a hacer campaña por Kast?
No se lo he pedido, pero es una convocatoria que está en el ambiente, es evidente y me imagino que es parte de la conversación que él ha señalado que puede tener con Kast en los próximos días.
¿Qué factores cree que desfondaron la candidatura de Sichel?
Son varios. Primero, el propio mérito de la candidatura que lo derrotó, que fue capaz de interpretar muy bien un sentimiento de respeto al orden público, de sentido común, de un país que no se compra las tesis refundacionales. En segundo término, el nuevo ciclo político y el respaldo a opciones distintas a las tradicionales de los partidos políticos hacen que el electorado haya mirado por fuera de las coaliciones que han gobernado Chile en los últimos 30 años. Y Kast tenía, claramente, más independencia de lo que significa el gobierno de Sebastián Piñera y de la que tenía Sichel, que había sido ministro y tenía el respaldo institucional de los partidos de gobierno.
¿Cree que hubo un voto de castigo a la administración Piñera?
Estoy diciendo que hay un reflejo del cambio de ciclo político y que Chile votó por fuera de las dos estructuras políticas que han gobernado en los últimos 30 años. Sichel, al mostrarse más cercano a esas estructuras, obviamente lo resintió.
En términos parlamentarios, la UDI tuvo un buen desempeño...
Sí, estamos dentro de las proyecciones más optimistas que teníamos antes de la elección, y en eso influían varios factores; había varios parlamentarios UDI que no podían ir a la reelección y eso iba a tener un impacto, una merma. Segundo, estamos en otro contexto político y social después del 18 de octubre. Y tercero, el Partido Republicano decidió competir por fuera, lo que indudablemente afectaría a la coalición y a la UDI. Entonces, contra todas las adversidades, contra una izquierda que está siendo cada vez más radicalizada, la gente sigue confiando en la UDI. Pero no estamos para celebraciones, no se trata de quedarnos en los aplausos; recibimos este resultado con humildad y con la convicción de que tenemos que trabajar el doble para sacar la tarea adelante, que es, fundamentalmente, que no gobierne el PC.
Hubo derrotas bien significativas también, como las de Jacqueline van Rysselberghe y Ena von Baer. ¿Qué pasó ahí?
Yo solo puedo agradecer a todos quienes fueron nuestros candidatos. Las razones de por qué algunos resultaron electos y otros no es algo que debemos analizar internamente en la UDI. Algunos han dicho que esto tiene que ver con la renovación que tiene que tener el partido o que hay algunos liderazgos que no sintonizaron con este nuevo ciclo político, pero esas tesis se las dejo a otros.
Ha mencionado varias veces la idea de que hay un nuevo ciclo político. ¿Ejemplo de ello podría ser la irrupción de Franco Parisi?
Es la principal sorpresa de ese día. Yo creo que él representó a un grupo de ciudadanos cansados de quienes hemos gobernado el país en los últimos años, cansados de disputas ideológicas, de quién lleva más harina a su molino, y son personas que quieren soluciones, son súper pragmáticos. Ahora, es importante distinguir entre la persona de Franco Parisi y el sentimiento que hay detrás de sus votos; nadie es dueño de sus votos. Uno puede decir muchas cosas de Parisi, se le puede criticar por no estar en Chile o por un montón de situaciones polémicas en su vida, pero lo que no se puede hacer es pensar que quienes votaron por él no lo hicieron por razones concretas, justificadas y que tenemos que tomar en cuenta. No podemos ningunear al votante de Parisi.
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