Juan Antonio Coloma (UDI): “La gente pide que el Rechazo se identifique con un proceso de cambio razonable”

Juan Antonio Coloma
07 Abril 2022 Entrevista a Juan Antonio Coloma, Senador UDI. Foto: Andres Perez

El senador UDI, actual presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, critica duramente el trabajo de la Convención y asegura que “no veo a nadie entusiasmado con el Apruebo”. Dice que en mayo su partido no sólo tomará una definición respecto del plebiscito de salida, sino que también sobre los caminos políticos que podrían derivar del Rechazo.


Dice que habla seguido con el Presidente Gabriel Boric, que tienen una relación de confianza. Pero no profundiza en las conversaciones que han mantenido desde que el exdiputado llegó a La Moneda.

Ambos fueron pieza clave en la negociación que dio paso al acuerdo que inició el proceso constituyente. Pero hoy, el senador UDI Juan Antonio Coloma critica duramente el trabajo de la Convención, y asevera que “no veo a nadie entusiasmado con el Apruebo. Y he visto a muchos que votaron Apruebo muy desilusionados.Y lo que la gente está diciendo es por qué no buscamos otro camino”.

El actual presidente de la Comisión de Hacienda del Senado advierte del crucial escenario que vive el ministro Mario Marcel ante la inminente votación del quinto retiro de pensiones.

El quinto retiro se empieza a debatir y votar la próxima semana en la comisión. ¿Cómo ha visto a Mario Marcel?

Para Mario Marcel es la gran prueba de fuego lo que ocurra con el quinto retiro. Tanto en su resultado final, porque de una eventual aprobación todo el plan que ha expuesto en las comisiones de Hacienda de la Cámara y del Senado -enfrentar la inflación, pensiones- se desmorona. Y de un punto de vista de un gobierno que va partiendo, se apruebe o no, lo que vote el oficialismo para Marcel es decisivo. Porque de alguna manera se va a ver si va a tener capacidad de congregar en materia económica o no va a tener opción.

¿Y si se aprueba quedaría muy debilitado políticamente?

Absolutamente debilitado. Porque si un ministro de Hacienda que expresamente pide al país, a los parlamentarios, particularmente al oficialismo, que no se apruebe el quinto retiro es desoído, es un golpe mortal.

¿Y qué efecto puede tener eso para el gobierno?

Llámese Marcel, o cualquier ministro de Hacienda que pida algo que es clave para su mandato, decisivo es primero si tiene un correlato en la respuesta. Si hay parlamentarios oficialistas que votan a favor del quinto retiro quiere decir que la coalición de gobierno no está a la altura de su responsabilidad. Y si a un mes de iniciado el gobierno no tiene afiatado al menos a su equipo básico, vamos a tener problemas grandes.

¿Lo ve solo?

No lo veo solo, pero tampoco lo veo exuberante de compañía.

¿Marcel ha pedido apoyos a la oposición? ¿Ha hablado con ud.?

Conmigo al menos no. Yo sí me adelanto a decir que hoy somos oposición y tenemos visiones contrapuestas. Yo tengo la mía, que probablemente no es la más grata, pero hay otros que no están en esa misma línea y no me parece tan fácil que se le pida a la oposición lo que no se puede asegurar en el oficialismo.

¿La oposición está dispuesta a darle una mano a Marcel en esto?

El ministro Marcel tiene la suerte de tener una oposición distinta a la que tuvieron los ministros anteriores, pero eso es en función de ideas, de proyectos y en función de no reemplazar lo que el oficialismo debe hacer cuando tiene un gobierno propio.

¿Y por qué va a ser distinta esta oposición a la anterior?

Porque la oposición fue crecientemente obstructiva, se acusó a 10 ministros, que es el mejor reflejo de un ánimo de tratar de enfrentar a un gobierno más que sentirse parte de un resultado. Esto tuvo excepciones, pero para el gobierno anterior fue muy difícil, se sintió permanentemente atacado por las acusaciones constitucionales que fueron extraordinariamente injustas. Tan injustas como, por ejemplo, la que se le hizo al ministro del Interior Víctor Pérez, por no presentar una querella por el tema de los camioneros, en circunstancias que la ministra Siches no presenta una querella cuando la reciben a balazos cuando va a Temucuicui. También hubo espacio para llegar a acuerdos, pero, en general, no fue una oposición que se destacara por colaborar con quienes ejercían el cargo de poder.

Pero la actual oposición también amenazó con una acusación a la ministra Siches, después convinieron en hacer otra cosa.

Sí. Este ha sido el mes más acontecido en materia de elementos políticos que eventualmente podrían ameritar algo de esa naturaleza... El problema es que se van creando culturas: si todo se resolvió de esa manera, hay una tendencia a repetirlo.

En Chile Vamos hay un debate respecto del tono de la oposición. En la UDI algunos sienten que RN está muy entregado.

Son distintas tácticas de cómo enfrentar lo que viene. No creo que haya ahí un problema mayor. Hay que darle espacio al gobierno. En esto de ser blando o duro, yo creo que uno debe tener un sentido de país grande, entender que los gobiernos son difíciles de instalar y puede haber errores. Por eso uno va por etapas. Uno va tratando primero de ayudar y de dar las señales hacia dónde debería ir, pero hay un minuto en que la secuencia cambia, porque los conflictos van aumentando.

¿Con qué sabor de boca quedó la derecha después del gobierno de Piñera?

No con el mejor. Los gobiernos se evalúan con la perspectiva del tiempo. El cortoplacismo frenético de hoy a nosotros mismos a veces, reconociendo que también hubo errores, nos impide ver éxitos relevantes como el manejo de la pandemia. Yo no me sumo al coro de quienes dicen que el gobierno fue un desastre.

¿Pero el sector pagó caros los errores del gobierno?

Pagó caros los errores del gobierno, pero creo que Chile pagó caros los errores de gobierno y oposición. Nosotros teníamos una oposición, la Concertación, que cuando fue mayoritaria era una garantía de cierta estabilidad. Hoy día es muy minoritaria. Eso nos generó un remezón fuerte, pero al final terminamos mejor electoralmente. Yo no soy de los que culpan al gobierno, también cometimos errores propios. Lo que tenemos que ver es cómo volvemos a tocar las teclas que nos identificaron bien con las personas y dónde perdimos ese enfoque. Pero en este minuto, y por lo menos hasta fin de año, el tema de la Convención es excluyente respecto de otras decisiones políticas.

Varias encuestas dicen que el Rechazo a la nueva Constitución ha subido. ¿Cómo ve a la Convención?

La Constituyente hasta ahora no ha dado ni remotamente el ancho que se le pedía. Por más que lo pienso, está claro que a la mayoría de la Constituyente no le interesa construir la casa de todos, sino que algo distinto: rupturista, hacer un Chile nuevo que es identitario, plurinacional, desigual y diferenciador entre chilenos. Me impacta que a un poco más de un millón de chilenos, que vienen de los pueblos originarios, se le entreguen más derechos que a los 17 millones restantes.

Yo recuerdo que la lógica fue la de mejorar los derechos sociales, y se ha transformado -y no sé de dónde surge- en algo distinto. Con modificaciones existenciales al Poder Judicial, que es un gran contrapeso al gobierno, que en la práctica lo debilita; con un cambio total en las reglas del Estado respecto del contrapeso del Presidente, que va a tener mucho más poder, y la eliminación del Senado, que no sé dónde estuvo en la discusión previa y por qué se radica ahí la raíz de los problemas. Se ha ido generando algo impensado, que la sociedad civil ha empezado a plantear que se requieren cambios, pero para un país que una, que se entienda, que respete tradiciones. Y eso le ha ido dando un sentido al Rechazo, que se entiende que no es el fin del statu quo, sino que es el inicio de un proceso distinto para un cambio razonable y entre todos. Esa señal es un remezón importante y el mensaje es que este camino, que era de esperanza, va por mala línea. Démosle un nuevo sentido a lo que significa el Rechazo.

Ya está convencido de votar Rechazo, vemos.

No, a las verdades les llega su hora. Y los constituyentes nos han pedido que tomemos la decisión juntos una vez que termine su trabajo, en mayo. Yo lo que constato es que junto con eso se está viviendo un fenómeno social único y que alumbra mucho. Incluso, en las últimas horas he visto a personas que están en el sector contrario al mío… No veo a nadie entusiasmado con el Apruebo. Y he visto a muchos que votaron Apruebo muy desilusionados. Y lo que la gente está diciendo es por qué no buscamos otro camino.

¿Eso es una tercera vía, una segunda papeleta?

A estas alturas es complejo cambiar las reglas del juego, no creo que tenga mucho éxito. Pero sí valoro lo que está detrás de eso, que es porque el proceso no ha ido cumpliendo las expectativas.

¿Y qué alternativas hay políticamente ante un escenario así?

Es parte de la reflexión que tenemos que hacer. En mayo tenemos que tomar una decisión junto con los constituyentes. Escuchando, creo que lo razonable es entender que la gente está planteando que hay que incorporar que el Rechazo se identifique con un proceso de cambio razonable. No sé cómo, pero es parte de los análisis.

¿Y hay apertura en la centroizquierda?

No lo sé, puede que esté pasando en muchos sectores, porque no veo entusiasmo con el Apruebo, y sí veo que en las encuestas, extrañamente, va fluyendo una fuerza contraria a lo que se está gestando en la Convención.

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