Los activos días de Giorgio Jackson fuera del poder
Tras salir del gabinete, el exministro de la Segpres y Desarrollo Social se ha reunido en, al menos, dos ocasiones con el Presidente Boric. Esta semana se refugió con su familia, pero también realizó varias actividades políticas.
Al menos en dos ocasiones se ha encontrado el exministro Giorgio Jackson con su tándem político y compañero de ruta -el Presidente Gabriel Boric- desde que dejó el gobierno el viernes 11 de agosto.
Ese día, ambos sostuvieron una íntima conversación en la oficina presidencial, tras la cual comunicó su renuncia al Ministerio de Desarrollo Social. Boric le dio la oportunidad de irse por la puerta ancha, y no como parte del grupo de ministros que salió en el cambio de gabinete que realizó cinco días después, el miércoles 16 de agosto, entre los que se contó el otro secretario de Estado de Revolución Democrática (RD), Marco Antonio Ávila (Mineduc).
Pero en el entorno de Jackson afirman que se habría visto con Boric el fin de semana que siguió a su salida. Y, luego, el 15 de agosto, cuando los dos principales rostros de la historia del Frente Amplio se reencontraron en el cumpleaños de Matías Meza-Lopehandía, otrora jefe de gabinete del Mandatario.
Aunque afectado por su salida del cargo -empujada por el lío de platas entre fundaciones y reparticiones públicas y la fuerte presión opositora, que llegó a anunciar una segunda acusación constitucional en su contra-, la primera semana de Jackson fuera del poder ha sido movida.
El día en que salió de La Moneda optó por evitar la exposición. Se excusó de participar del espaldarazo público que le hicieron militantes del Frente Amplio en la sede de RD -donde incluso tres mariachis le entonaron Cielito Lindo-, y acudió a la casa de uno de los integrantes de su gabinete, en una despedida a la que fueron cuatro ministros del comité político: Antonia Orellana (CS), Mario Marcel (independiente PS), Carolina Tohá (PPD) y Álvaro Elizalde (PS).
Ese fin de semana, el fundador de Revolución Democrática se refugió junto a su pareja, la escritora Camila Gutiérrez, y su gato “Jugo”. Tras su renuncia, Gutiérrez subió una foto de Jackson con el sol dándole en la cara y un corazón en la descripción de la imagen, y por estos días, en sus redes sociales, la pareja del exministro ha dado a entender que están viendo la serie de animé Kimetsu No Yaiba.
La idea no suena extraña, pues en su exequipo de asesores recuerdan la afición del otrora titular de la Segpres por Shingeki No Kyojin, otra serie japonesa.
En Palacio afirman que el lunes 14, Jackson tenía certeza del cambio de gabinete que el Presidente realizaría el día miércoles. Lo que no está claro es si tuvo clara con anterioridad la repercusión que este ajuste implicaría para RD, partido del cual fue fundador: de ser la colectividad más importante del gobierno en sus inicios -con dos ministerios, la Subsecretaría de Desarrollo Regional y una plaza ocupada por el propio exdiputado en el comité político-, pasó a ocupar sólo el ministerio menos apetecido, Bienes Nacionales.
La caída libre que implicó el ajuste ministerial de este miércoles tuvo un inmediato correlato en la interna de RD. La directiva encabezada por el senador Juan Ignacio Latorre presentó su renuncia de forma anticipada y pretende convocar a elecciones para mediados de octubre.
A las 14.22 del miércoles, Jackson publicó en X (antes Twitter): “Éxito y fuerza a las nuevas autoridades del gabinete (Marcela Sandoval, Nicolás Cataldo, Carolina Arredondo y Aurora Williams), que tienen por delante desafíos muy importantes para avanzar en el bienestar de Chile. Un abrazo especial a Javiera Toro, que asume desde hoy en el Ministerio de Desarrollo Social”.
Ese mismo día tuvo actividades políticas: se juntó con el presidente de la bancada del Partido Socialdemócrata de Alemania, Rolf Mützenich, quien previamente había participado en un conversatorio organizado por la Fundación Ebert, en el que estuvieron el diputado Gonzalo Winter (CS) y la exconvencional Patricia Politzer.
El jueves 17, Jackson retornó a Desarrollo Social -a la oficina ubicada en el sexto piso de Catedral 1575, que usó por 344 días-, para encabezar el traspaso de mando con su sucesora, Javiera Toro (Comunes). A esas alturas ya habían abandonado el ministerio sus asesores más cercanos: Diego Vela, Claudio Castillo, Nicole Martínez y Camila Astorga, entre otros.
Y en la noche, cenó con la congresista demócrata de Estados Unidos Alexandria Ocasio-Cortez, de paso en Chile, con quien buscaba reunirse desde sus tiempos de diputado.
Su futuro en RD
No son pocos los militantes de RD que le han recomendado a Jackson tomarse un descanso, alejarse de la política o irse a estudiar fuera del país, lo que pretendía hacer antes de que el FA llegara al gobierno.
Pero su futuro aún es incierto. Su participación en el cónclave que RD realiza hoy, en medio de la peor crisis de su historia, aún está en estudio. El partido debe decidir su futura directiva y el exministro Ávila ha afirmado estar disponible para suceder a Latorre. En la tienda advierten que el saliente titular del Mineduc no es el candidato del establishment, un rol con el que sí encajaría el exsubsecretario de Salud Pública Cristóbal Cuadrado.
¿Y Jackson? Quienes lo conocen descartan que asuma un liderazgo en la primera línea y afirman que, más bien, sería una “labor en las sombras”. Su voz seguirá siendo la más escuchada.
Sin embargo, sigue pendiente si presentará o no querellas “para develar aquellas mentiras, injurias y calumnias y que se revelen como tales”, tal como anunció al momento de renunciar.
Uno de los hechos a los que apuntó con ello fue una carta firmada por la bancada de diputados UDI en la que pidieron a Boric sacar a su ministro y lo acusaron de “haber orquestado un esquema de defraudación a través de fundaciones políticas y, (...) estar directamente involucrado en el sospechoso robo de 23 computadores y una caja fuerte desde su ministerio”. Los abogados con los que ha conversado le han advertido que “tiene todas las de ganar”.
La UDI, tras la renuncia de Jackson, ha empezado a recular. Este viernes, en Mesa Central, la secretaria general, María José Hoffmann, afirmó: “Quizás esa carta pudo ser un exceso en términos de su redacción”.
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