Marcela Ríos: “Hay una crítica excesiva al Frente Amplio”
La exministra de Justicia repasa su salida del gobierno. Dice estar “tranquila”, porque en el caso de los indultos actuó de acuerdo a la ley. Aquí señala que la oposición ha sido inflexible y que si se rechaza el nuevo texto constitucional, lo sensato es no insistir en un nuevo proceso.
Durante casi nueve meses Marcela Ríos guardó sagrado silencio. El polémico caso de los indultos a 12 condenados del estallido social significó un duro revés para el gobierno y también para ella, que se vio obligada a dejar el Ministerio de Justicia.
Hoy, alejada de la contingencia y abocada a profundizar en temas de gobernabilidad y calidad de la democracia, la socióloga y cientista política prepara su partida del país. El 1 de enero asumirá como nueva directora regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe.
¿Qué reflexión ha hecho en este tiempo?
Ha sido muy importante que el tema haya quedado bien despejado. Hubo una comisión investigadora, lo revisó el Tribunal Constitucional, la Contraloría, y quedó superclaro que no hubo ninguna irregularidad al tramitar estos indultos. Eso me deja muy tranquila.
¿No hace una autocrítica de cómo se resolvieron los indultos? Había personas con prontuario. Se expuso al Presidente…
Tal como decía, yo estoy supertranquila porque esto fue revisado y quedó establecido que todo se hizo en el marco de la ley.
¿Y por qué salió usted del ministerio?
Los ministerios son cargos de confianza del Presidente. Uno está ahí hasta que él lo estime conveniente. Pero, además, en política uno debe hacerse cargo de sus responsabilidades, y yo puse mi cargo a disposición. Me hice cargo de la responsabilidad que me tocaba.
¿Poner su cargo a disposición significaba reconocer que hubo un error?
Poner mi cargo a disposición significaba que yo tenía claro que en ese momento tenía que dar un paso al costado.
La nueva izquierda del Frente Amplio ha sido criticada por actuar desde una cierta superioridad moral. ¿Diría que eso los ha condicionado?
Creo que hay una crítica excesiva al Frente Amplio. Ahora, efectivamente, algunas personas pueden haber tenido posiciones en el sentido de moralizar la política. Pero habría que diferenciar lo que es una crítica moral de una postura en que se busca mejorar los estándares éticos. Yo fui parte de la Comisión Engel. Vi cómo se trabajó para promover el combate a la corrupción, el tráfico de influencias, los conflictos de interés…
En ese sentido, ¿qué opinión tiene sobre el caso Convenios, que afectó a figuras de Revolución Democrática?
El caso de los convenios demuestra que no hay ningún sector que sea inmune a comportamientos reñidos con la ética. Es importante que todos lo tengamos claro para ver cómo prevenir y cómo reaccionamos.
¿Y cómo se reaccionó en ese caso, a su juicio?
Tanto el Frente Amplio como el gobierno han sido extremadamente duros con las medidas que se han tomado. No he visto las defensas corporativas que sí veíamos en otros momentos.
¿En qué momentos?
Cuando conocimos los escándalos de financiamiento de la política y que dieron origen a la Comisión Engel. En ese periodo me tocó ver de cerca que había una tendencia a la defensa corporativa.
¿Será que del Frente Amplio se esperaba algo distinto? Llegaron a la política diciendo que iban a cambiar esas prácticas…
El Frente Amplio llega al gobierno no solo por una promesa de cambio en las formas, sino también por una propuesta programática para abordar temas estructurales como pensiones, salud, educación. Pero, claro, tener casos reñidos con la ética genera un impacto.
Dice que el Frente Amplio no solo llegó para cambiar la forma de hacer política, sino que para empujar reformas. ¿Lo han logrado?
Considerando que todavía no cumple dos años, yo creo que el gobierno ha tenido logros como el copago cero de Fonasa, el aumento del sueldo mínimo, las 40 horas. Pero, claro, hay otros temas en que ha sido difícil avanzar como, por ejemplo, la reforma de pensiones. Por eso tener un proceso constituyente en paralelo y elecciones todos los años ha afectado la discusión de largo plazo.
Haber puesto todas las fichas en el proceso constituyente, como lo dijo Giorgio Jackson, ¿fue un error? ¿Implicó hacer renuncias?
El gobierno no ha renunciado a hacer las reformas sociales que se había propuesto, pero sí es cierto que haber puesto todo el acento en el proceso constituyente como la única forma de solución posestallido ha sido un error del sistema político en general.
¿En qué sentido?
Pensar que el proceso constituyente iba a ser un remedio mágico para todos los males que tenía el país fue un error, pero fue un error colectivo. De hecho, reformar el sistema de pensiones no requiere de una nueva Constitución, sino de acuerdos en el Congreso.
Este segundo proceso constitucional, ¿podría facilitar los acuerdos?
Independientemente de lo que pase con el proceso constituyente, todos los esfuerzos deben apuntar a sacar la reforma de pensiones, por lo menos.
En el caso de que ganara el “En contra”, ¿qué escenario cree que se abriría?
Si este texto se rechaza, no es políticamente sensato volver a insistir. Hay que darle un respiro a la sociedad. Existe un agotamiento. La sociedad chilena tiene que pasar a otra cosa.
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