Se acabó la cueca: Las fondas emblemáticas se van del Parque O’Higgins

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Cambios en las concesiones por parte de la Municipalidad de Santiago, altos precios por el lugar de las ramadas y cláusulas que los obligaban a pedir autorización para pedir información, son algunas de las razones que llevaron a casi todos los fonderos emblemáticos a salir del tradicional espacio dieciochero.


Enrique Castañeda (56) mantiene una conexión de 24 años con las fondas del Parque O’Higgins. Recuerda que su “travesía” como fondero comenzó en 1998, cuando trabajaba vendiendo chicha de la viña de Portezuelo (Ñuble) a los locatarios que se ubicaban a festejar el 18 de septiembre en el pulmón verde de Santiago. Durante 12 años recorrió pasillos repletos de familias disfrutando de las orquestas en vivo, compartiendo anticuchos y empanadas, mientras otros movían sus pañuelos al son de las cuecas.

“Ese tipo de cosas las disfrutaba mucho, a un punto de que me remontaba a mi infancia, cuando mi papá ponía fondas para las Fiestas Patrias. Fue por eso que cuando se desató el terremoto de 2010 pensé en una forma de reinventarme y así surgió la idea de crear la fonda “Terremoto 8.8″ en las dependencias del Parque O’Higgins. Pero esa felicidad que sentía cada víspera del 18 ya no está, porque debido a las restricciones sanitarias por la pandemia, además de las nuevas condiciones por parte de la Municipalidad de Santiago, con mucha pena he decidido no abrir mi local este año”, explica Castañeda.

Castañeda forma parte de la Asociación de Fonderos Históricos del Parque O’Higgins, agrupación que reúne a 10 de los más antiguos de Santiago, que cada año conforman el 80% de los locales que participan del evento dieciochero en el parque.

Luego de dos años de pausa por el Covid-19, este 2022 se tornó “especial” para los fonderos cuando la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, anunció el pasado 3 de agosto el regreso de las fondas al Parque O’Higgins (15 al 19 de septiembre), lugar que a lo largo de los años ha convocado a más de 200.000 asistentes.

“Todo iba normal, hasta que nos percatamos de las nuevas condiciones del proceso de licitación de cocinerías que lanzó el Cordesan, el 1 de agosto. Dentro del documento se estipulaban nuevos montos de arriendo, además de medidas como el uso de gas en vez de carbón para cocinar y, lo peor de todo, una cláusula que nos prohibía tener conversaciones con la prensa sobre el tema. Como fonderos nos faltaron el respeto, tratamos de hablar con la municipalidad y la corporación, pero no hubo acuerdo. Por eso, nueve de nosotros nos bajamos de la celebración”, sostiene Castañeda.

Fachada de la fonda "Terremoto 8.8", año 2019.
Fachada de la fonda "Terremoto 8.8", año 2019.

La Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan) es el organismo que trabaja junto al municipio de Santiago para desarrollar las ramadas de la comuna. Como es costumbre, lanza una licitación para que una productora externa se adjudique por cuatro años las reglas que se establecen dentro del parque en torno a ramadas, fondas y actividades para Fiestas Patrias. Este año, la mejor oferta fue de ArteMedios, productora relacionada con la “economía creativa y la innovación social”, según reza en su página web.

Felipe Esbir, director ejecutivo de Cordesan, comenta que a diferencia de lo que mencionan los fonderos, “los grandes cambios de este año en torno a las bases es que pasamos de una licitación privada -como era antes- a una de carácter público. Eso generó temores por parte de algunos grupos, porque antes no existían licitaciones públicas ni concursos ni bases para adjudicarse un lugar, sólo bastaba con reuniones con quien era más cercano al director de turno. Eso cambió y ahora todos tendrán que postular en igualdad de condiciones”, sostiene Esbir.

Nelson Grez (39), dueño de la fonda “La Rosa Negra” y presidente de la Asociación de Fonderos Históricos, comenta que las razones de por qué desistieron de participar “fueron más complejas que sólo la forma de la licitación”.

Cláusulas y más cláusulas

“Uno de los primeros puntos por los que solicitamos una reunión con la Cordesan y la municipalidad fue por el valor de los terrenos, pues estos costaban prácticamente lo mismo que en la última licitación de 2019, siendo que en esa oportunidad eran seis días de celebración, y ahora son solo cinco”, recalca Grez.

En 2019, según el fondero, los valores por un puesto eran de $ 19 millones por seis días, siendo el más alto de $ 20.412.000 por 198 m2. Este año, el precio por un sector en el parque puede costar hasta $ 14.642.152 por 262 m2. “El precio de los terrenos son 15% menores que veces anteriores, es la primera vez que esto pasa”, recalca Esbir.

Pese a la disminución de los valores, según Castañeda esto no se ve reflejado al montar la fonda dentro del parque, ya que para levantar un local completo “muchas veces se ocupa uno, dos o hasta tres terrenos. Eso es más plata. Y uno al arrendar e invertir en su puesto también tiene que verlo reflejado en el valor de sus productos y ventas. Es por eso que a nuestra comida también teníamos que subirle el precio. ¿Con qué cara les vendes a tus clientes un anticucho de $ 8.000, si antes no costaba más de $ 4.000?”, añade.

Otro de los puntos que fueron foco de debate por parte de fonderos y la coordinación se debió a la no autorización del “uso de música en los restaurantes, ya sea envasada o en vivo”, pues “la música será dispuesta durante todo el día y en toda la ramada por la producción del evento”, se lee en el punto 18.8 de las bases entregadas por Cordesan.

El pasado miércoles 13 de agosto, Cordesan junto a ArteMedio realizaron el lanzamiento de la parrilla en vivo de más de 30 artistas, además de las actividades y presentaciones que se realizarán en cuatro escenarios disponibles al interior del parque.

Grez, que lleva 10 años con su fonda en el lugar, comenta que esta disposición es “nueva y sin sentido. Años anteriores colocábamos música para amenizar el almuerzo y para ordenar los puestos, pero este año se prohibió frente al argumento de que con música envasada se perdía la tradición y la fonda se convertiría en un patio de comidas en vez de una ramada”.

Fonda "La Rosa Negra", año 2019.
Fonda "La Rosa Negra", año 2019.

Pese a las polémicas, una de las fonderas más antiguas -y parte de la Asociación de Fonderos del Parque O’Higgins- confirmó su participación para las ramadas del 18 de septiembre.

Berta Brito, dueña de la tradicional fonda “La Grandiosa Bertita”, sostiene que “no podemos obligar a otras personas que no quieren trabajar porque no les alcanza el dinero. Yo no lo sé. Los respeto mucho, pero yo soy fondera y voy a ser fondera toda mi vida y voy a trabajar igual toda mi vida, y con buenos precios, no los precios que han dado”, afirmó.

Los precios de las entradas serán de $ 5.000 (preventa) y $ 7.000 (día del evento). Según Enrique Castañeda, la Cordesan “llevará al matadero a los fonderos nuevos que participarán”. Esto, ya que debido a las restricciones sanitarias del Minsal, el aforo para eventos masivos -incluido el parque- era de sólo 10 mil personas. “No permiten que vaya un público amplio a disfrutar de la ramada. En años normales atendíamos a más de 120 mil personas y aún así habían fonderos que perdían plata”, dice.

Sin embargo, esa condición varió ayer, cuando el Minsal cambió la fórmula de asignar los aforos y ahora será posible que acuda el 85% de la capacidad asignada para cada lugar abierto y 75% para los recintos cerrados. Para los fonderos, no obstante, la medida llega tarde.

La tensión entre el municipio de Santiago y el Parque O’Higgins ya había tenido otro episodio en noviembre de 2021, luego de que una concejala de la comuna de Santiago, Rosario Carvajal, cuestionara la realización de la versión 2022 de Lollapalooza en el lugar.

En esa ocasión, Hassler mantuvo reuniones con Sebastián de la Barra, director de la productora a cargo del evento. No obstante, la respuesta por parte de la alcaldesa fue que ella no tomaría una decisión al respecto y llevó la determinación final al Concejo Municipal. Finalmente, Lollapalooza debió mudarse a Cerrillos.

Otro de los puntos que según los fonderos “fue la gota que rebasó el vaso” tiene relación con la cláusula V del punto 22 contenida en las bases, que prohibía “generar puntos de prensa o difundir en medios de comunicación cualquier tipo de información sobre las ramadas 2022 sin coordinación y autorización previa de la corporación y la producción del evento”.

“Este punto nos pareció preocupante, pues cualquier información que nosotros tuviésemos con las ramadas tenía que ser aprobada antes por la corporación. Al discutir sobre el tema, la corporación dijo que esas eran las bases y si nos gustaba bien, y si no que no participáramos”, expresó Grez.

Debido a la polémica que generó la cláusula, Cordesan decidió eliminar el punto de las nuevas bases de la licitación con el fin de “evitar confusión y algún tipo de interpretación errónea”, sostuvo el director ejecutivo.

Poco interés

Pese a que Santiago contará con su ramada, otros sectores de la capital han comenzado a “reinventar” sus históricas fondas frente a la pandemia y la Fase de Medio Impacto Sanitario, que por ahora determina las restricciones en la capital.

La Reina, municipio que anualmente desarrollaba la Semana de la Chilenidad en el Parque Padre Hurtado, junto a Las Condes y Providencia, anunció que este año realizará una pequeña celebración en la Aldea del Encuentro, “para no perder esta fecha tan importante para la comunidad”.

Desde Ñuñoa sostuvieron que este año nuevamente no se realizará la fonda del Estadio Nacional, pero sí desarrollarán la segunda versión de la “Vuelta al Barrio”, con tres fondas barriales.

Cerrillos, en tanto, aún no tiene nada zanjado. “Hasta hoy no sabemos si hay oferentes” para organizar algo en el Parque Bicentenario de la comuna. Lo que sí está claro es que los enredos podrían seguir. Por los precios, las cláusulas, los aforos o el Covid-19.

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