SOS microbios: la alerta por el abuso de antibióticos
Martin Blaser, investigador estadounidense, autor del libro “SOS Microbios”, ha sido pionero en advertir sobre las consecuencias del abuso de los antibióticos en las sociedades occidentales. Su investigación relaciona la pérdida de la diversidad microbiótica con las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo, como la obesidad, la diabetes, las alergias alimentarias e incluso el trastorno autista. Un nuevo documental destaca su trabajo y el de otros investigadores por crear conciencia sobre el problema.
Desde el momento en que nacemos, ninguno de nosotros está solo. Los seres humanos comenzamos a ser colonizados por microbios desde el momento en que tomamos contacto con el mundo exterior, y un poco antes. A esta comunidad de microorganismos, compuesta por bacterias, hongos y virus, la llamamos microbioma, y en gran medida define cómo estamos e incluso, se puede sostener, cómo somos. Es nuestro mundo interno, y se va formando y alterando a partir de nuestro primer “bautizo” maternal. A partir de entonces, lo que comemos, nuestro entorno, nuestro estilo de vida y desde luego los medicamentos que ingerimos van determinando el equilibrio microbiano de nuestro particular mundo interior.
Los microorganismos han convivido y evolucionado junto con los humanos durante milenios, y la gran mayoría no son patógenos. Sin embargo, algunos sí lo son. Desde que en la segunda mitad del siglo XIX Luis Pasteur describió la teoría germinal de las enfermedades infecciosas, dando lugar a la higienización en la medicina, la conciencia sobre estos patógenos llevó a la lucha por eliminarlos. Cuando en los años 40 los primeros antibióticos se disponibilizaron para el público general, esa lucha sumó un arma que parecía perfecta. Los antibióticos parecían la solución para muchas de las enfermedades que aquejaban a la humanidad. Pero en ese momento no se advirtió que también podían ser causa de muchas otras.
Desde hace algunos años, varios científicos han venido advirtiendo sobre la pérdida de diversidad de la microbiota producto de nuestra alimentación, estilo de vida y el abuso de antibióticos, ya sea como medicación o por parte de la industria de alimentos. Quizás el más prominente de ellos sea el médico estadounidense Martin Blaser. Blaser comenzó a trabajar sobre todo en torno a una bacteria particular, helicobacter pilori, asociada al cáncer de estómago, úlceras e infecciones estomacales. “Fue descubierto como un patógeno, pero con el tiempo me di cuenta de que era realmente normal, un habitante normal del cuerpo humano”, comenta Blaser a La Tercera. “Y ahora lo considero el miembro dominante del microbioma gástrico humano. El problema es que está desapareciendo. Y eso en parte es una buena noticia y en parte es una mala noticia.”
A lo largo de su trabajo, Blaser comenzó a advertir que a medida que las poblaciones del mundo urbanizado perdían su diversidad microbiótica varias enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes y las alergias alimentarias, se empezaban a hacer más prevalentes. Blaser, que presenta sus hallazgos en el libro “Missing Microbes” (disponible en español como “SOS Microbios”, de editorial Debate), unió sus esfuerzos con la investigadora Gloria Domínguez-Bello, quien llevaba mucho tiempo investigando el microbioma de poblaciones indígenas de la Amazonía venezolana, que no habían estado expuestas al estilo de vida urbano y mucho menos a antibióticos.
Las investigaciones de Martin Blaser y Gloria Dominguez-Bello -que luego se convertirían en pareja- son objeto de un fascinante documental estrenado en plataformas de streaming hace un par de meses en el hemisferio norte, y que el domingo 23 de abril será exhibido en el Festival Puerto de Ideas Antofagasta. Se llama “The Invisible Extinction” (“La extinción invisible”) y presenta además una serie de investigaciones y pruebas clínicas con las que un puñado de científicos busca demostrar causalidad entre de la pérdida de la diversidad microbiótica y otras patologías o condiciones más presentes hoy en día, incluyendo el trastorno autista, y buscar posibles terapias en base a esto. También muestra el esfuerzo de Gloria Dominguez-Bello y otros investigadores de todo el mundo para crear un banco mundial de microbioma para preservar las muestras recolectadas con la esperanza de que puedan ser utilizadas en el desarrollo de terapias en el futuro.
-¿Cuán disruptiva fue su conclusión sobre esta bacteria cuando comenzó a comunicarla?
-Bueno, fue una situación muy interesante porque yo era uno de los líderes en el campo de la helicobacter y ayudé a establecer que en realidad era un patógeno, lo que ayudó a establecer que es la principal causa de cáncer de estómago en el mundo. Pero como los otros médicos hablaban de eliminar la helicobacter del todo, me inquietó. Y comencé a pensar, ¿es eso realmente correcto?
“Hay evidencia posterior que demostró que los niños se benefician de la helicobacter”, agrega Gloria Domínguez-Bello. “Que son más resistentes a la reactivación de la tuberculosis o tienen diarreas menos severas si contraen cólera”. “Es bueno cuando eres niño, pero luego, cuando eres adulto, se convierte en una amenaza”, resume Blaser.” Puede aumentar sus riesgos de úlcera o cáncer gástrico, sí. Así que desde un punto de vista totalmente biológico el simbionte perfecto porque te mantiene vivo cuando eres joven y te mata cuando eres viejo. Esas no son nuestras reglas, son las reglas de la naturaleza”.
-Y cuando comenzó a vincular esto con el problema del abuso de antibióticos , cuando comenzó a sonar la alarma al respecto, ¿obtuvo alguna respuesta?
-Bueno, esa es una pregunta muy simple con una respuesta complicada porque tiene varias partes diferentes. Me convertí en un hereje, mis puntos de vista eran una blasfemia. La gente que estudiaba helicobacter pensaba que estaba loco o algo peor. Pero en términos de antibióticos, en parte, la mayoría de los científicos saben desde hace mucho tiempo que estamos abusando de los antibióticos. Es una especie de sabiduría convencional. El problema es que hay una tremenda inercia. Hay inercia clínica y hay dogmas. Y todo eso nos mantiene atados al lugar en el que estamos. Entonces, dictaba una conferencia a audiencias de mil médicos o más sobre la idea de que estamos usando demasiados antibióticos y que tiene muchas consecuencias importantes. Y al final recibía un gran aplauso. Después, en la parte de las preguntas, decían “bueno, no son mis pacientes, son los pacientes de todos los demás”. Así que ha habido una especie de desconexión sobre esto, en parte porque toda nuestra relación con los antibióticos carece de transparencia. Cuando los antibióticos aparecieron en escena, fueron tan milagrosos que les atribuimos un tremendo beneficio. Y tienen un tremendo beneficio para las personas que tienen infecciones, pero esa es la pequeña minoría de casos en los que se usan antibióticos. La mayoría de las personas que toman antibióticos tienen infecciones leves o infecciones para las cuales los antibióticos ni siquiera son efectivos, como infecciones virales. Entonces, hemos sobreestimado el beneficio y no tomamos en consideración algunos de los costos porque, a corto plazo, los antibióticos no parecen tenerlos; su toxicidad es muy baja. Pero nosotros y otros investigadores hemos encontrado evidencia de que existe toxicidad a largo plazo, especialmente cuando se administran antibióticos a los niños. Porque cuando los niños son pequeños, su microbioma está formándose. Y los antibióticos cambian eso justo cuando se está desarrollando. Y si nosotros como comunidad médica pudiéramos superar la falta de transparencia y la exageración de los beneficios y la subestimación de sus consecuencias, habría mucho menos uso de antibióticos, comenzaríamos a usarlos de manera mucho más racional.
-Pero sí hubo una respuesta de parte de las autoridades…
-Sí. En 2014, el gobierno de EE. UU. formó una comisión para examinar el uso de antibióticos a fin de proporcionar información al gobierno, el Consejo Asesor del Presidente para Combatir las Bacterias Resistentes a los Antibióticos (PACCARB), establecida por el presidente Obama. Y de hecho, me seleccionaron para ser el presidente de eso. Lo acepté porque, por supuesto, quiero ayudar. Pero en el fondo sabía que la resistencia a los antibióticos es solo la punta del iceberg. El daño que están haciendo los antibióticos no es sólo causar resistencia, sino también desestabilizar nuestro microbioma. La mayor parte del iceberg y la parte que sigo tratando de impulsar es que tenemos que examinar todos los efectos de los antibióticos. Y eso no se ha hecho.
-En este tipo de investigaciones, relacionadas con enfermedades que no tienen terapias o incluso explicaciones claras, que angustian a pacientes y familiares, la puerta queda abierta para que los hallazgos científicos sean aprovechados por charlatanes ¿no? La hipótesis que relaciona el microbioma con el trastorno autista, por ejemplo, da pie para la promoción de “terapias” y dietas especiales… ¿Cómo se hacen cargo de eso?
-Bueno, has planteado muy bien el problema. El punto que me gustaría transmitir al público es que todo esto es muy nuevo, es una frontera científica, y es muy amplia. Y en algunos lugares esa frontera está avanzando. Pero tomará tiempo que esto se traslade a la medicina clínica. En algunas áreas será más rápido. Por ejemplo, el trasplante fecal en casos de C. Diff (Clostridioides difficile) es ya una terapia. Hay otras terapias que no están lejos. Pero hay dos grandes temas acá. Uno es el de los tratamientos. El otro es la prevención. Y Gloria y yo estamos principalmente interesados en prevención. Y me gustaría destacar que nosotros nos hemos centrado en los efectos (del abuso de antibióticos) en la infancia; pero hay mucha evidencia de que incluso para los adultos que toman antibióticos hay consecuencias. Hay evidencia que los relaciona con el riesgo de desarrollar diabetes, cálculos renales y ciertos tipos de cáncer. Nunca has ido a un doctor que te diga “si tomas este antibiótico puede tener todos estos riesgos”. Pero la investigación apunta en esa dirección. Creo que necesitamos un cambio radical en esto, los doctores deberán ser mucho más cautos con esto, y esa será una parte muy importante de la prevención.
“Y un paciente informado debe preguntarle al médico ¿Los niños realmente necesitan este antibiótico?”, agrega Gloria Domínguez-Bello. “Pero en este momento, en la tendencia de los padres de presionar por los antibióticos, ¿verdad?. Tenemos que educar a la gente para que no haga eso y tome nota de sus consecuencias. Es un fenómeno mundial. Estamos tratando de educarlos: vaya con calma, esto tiene un costo”.
El documental “La extinción invisible” será exhibido el domingo 23 de abril a las 12.30 en CineHoyts Espacio Urbano, en Antofagasta, como parte del Festival Puerto de Ideas Antofagasta.
Actualmente está disponible en streaming en Vimeo On Demand. Este es el trailer.
Escucha el capítulo del podcast “Crónica Estéreo” con esta entrevista .
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