La cadena de favores en Curanilahue para fabricar protectores faciales
Lo que partió como una idea de fabricar ortesis y prótesis se ha convertido en una fábrica de protectores faciales, logrando donar más de 380 unidades entre cinco comunas de Arauco, ayudando a la emergencia sanitaria.
En la comuna de Curanilahue, Región del Biobío, funciona la Casa de la Inclusión, un espacio comunitario que trabaja con organizaciones de personas en situación de discapacidad, con las familias y con la comunidad en general. Desde sus inicios, en 2013, busca estrategias que favorezcan la inclusión de personas en situación de discapacidad, en diferentes ámbitos, ya sea laboral, personal, de salud o en la participación comunitaria. En ese escenario, el año pasado trabajaron para ganar un fondo concursable de la fundación AcercaRedes, de celulosa Arauco, con el que pretendían apoyo para comprar una impresora 3D que les permitiera fabricar ortesis y prótesis para los vecinos que las necesitaran. Eduardo Carrillo Guzmán, terapeuta ocupacional y encargado de la Oficina de Discapacidad de la Casa de la Inclusión de Curanilahue, cuenta que sus esfuerzos tuvieron éxito: "Nos ganamos el fondo y nos llegaron dos impresoras en marzo. Luego empezamos a prototipar, pero justo empezó el tema del coronavirus y se suspendieron todas las actividades. Pensando en eso, se nos ocurrió pausar nuestra iniciativa para ayudar a la comunidad a través de la producción de distintos artículos de autocuidado". Camilo Carrasco, director ejecutivo de Fundación AcercaRedes, comenta que por lo general apoyan proyectos centrados en la innovación: "Nuestro equipo es de la zona y trabajamos articulando temas de innovación social y emprendimiento que vayan en directo apoyo de la comunidad", dice. "Cuando nos enteramos de la idea de la Casa de la Inclusión, vimos que las prótesis 3D tal vez no son muy innovadoras en la capital y otras ciudades del mundo, pero en regiones la situación es diferente, y aquí da un beneficio tremendo, porque una prótesis 3D está a años luz de la realidad de la comuna, así que quisimos apoyar. Cuando explotó el tema del coronavirus, apoyamos el vuelco de su idea", añade. AcercaRedes logró conseguir el apoyo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, a través de su Laboratorio de Innovación Tecnológica, otra institución más que se sumó a la fabricación de los protectores faciales, prestando ayuda en la generación del molde y modelo de impresión con los estándares sanitarios correspondientes. "Validamos estos implementos con los equipos de salud de la comuna y desde ahí empezamos a generar todavía más redes de trabajo con AcercaRedes y la municipalidad", explica Carrillo. Su entusiasmo lo llevó a poder donar protectores faciales a diferentes instituciones, la primera entrega fue el 8 de abril para el Centro de Salud Familiar Eleuterio Ramírez y al Hospital Rafael Avaria Valenzuela. En total, donaron 60 protectores faciales en esa ocasión. Luego, las donaciones se expandieron a otros servicios locales, como Carabineros. A la fecha, han logrado dar más de 380, repartidos entre el mismo Curanilahue y las comunas de Arauco, Concepción, Yungay y Cañete. Carrasco cuenta que han aparecido varios actores privados que buscan ayudar y desde los mismos trabajadores que apoyaron el proyecto en su momento surgió una organización, donde se coordinaron para reunir más filamentos. El municipio también reunió más recursos, "y se ha armado algo positivo en este punto porque no es como que haya llegado un filántropo a donar todo, sino que es el esfuerzo de cada una de las personas que conoce lo que hace la Casa de la Inclusión", apunta. En esto concuerda Eduardo Carrillo, terapeuta ocupacional y encargado de la Oficina de Discapacidad de la Casa de la Inclusión de Curanilahue, afirmando "que la ayuda de todos ha sido crucial, una cosa es que la impresora los imprima, pero entre todos los armamos y hacemos la entrega, entonces destacamos esa labor". ¿Quienes están detrás de su fabricación? Apenas dos personas: el mismo Carrillo y Francisco Urriola, diseñador gráfico. "Nosotros teníamos un stock de material para realizar impresiones, que venía incluído en nuestro proyecto inicial de órtesis y prótesis, pero luego el municipio también nos compró unos 50 kilos de filamento, a través del alcalde Luis Gengnagel, que nos ha apoyado en todo. Finalmente, también hemos recibido donaciones de Celulosa Arauco y otras instituciones privadas". Hoy, las donaciones los han llevado a contar con cuatro impresoras 3D, de las cuales extraen ocho protectores faciales al día por cada una. La colaboración de todos ha sido crucial para continuar con la elaboración de estos artículos que continuarán siendo fabricados mientras dure la pandemia, para luego volver a producir ortesis y prótesis que, una vez más, vayan en apoyo de la comunidad.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.