Acción climática: necesidad de soluciones frente a desafíos globales

Uno de los aspectos que más destaca Gonzalo Muñoz, co fundador de Manuia y High Level Climate Action Champion de la COP 25 de cambio climático, es que las cumbres mundiales realizadas durante el segundo semestre dieron paso a una nueva etapa en donde las acciones climáticas que se implementan en la economía son cada vez más cruciales. “Las negociaciones entre diversos actores siguen manteniendo un status de relevancia, pero actualmente el foco ha migrado desde la esperanza de esas conversaciones a la puesta en práctica, ojalá cada vez de manera más amplia y global”, explica.

Y es que en un contexto de triple crisis ambiental de clima, biodiversidad y polución, todos los esfuerzos son necesarios. La COP 29 de clima realizada en Bakú, Azerbaiyán entre el 11 y el 22 de noviembre comenzó en un contexto de gran incertidumbre internacional, pero terminó siendo una de las más concurridas de la historia, con más de 70.000 asistentes.

“Lo más importante es que se pudo defender lo avanzado en las COP anteriores y se logró un piso de 300 mil millones de dólares de financiamiento, mientras se realizan los esfuerzos por alcanzar la cifra de 1,3 billones necesarios. También se dieron pasos relevantes en la estructuración de los mercados de carbono, y se obtuvo un gran apoyo para la agenda de acción climática, asegurando su mantención por otros cinco años”, acota Muñoz.

El ejecutivo -también cofundador de la ONG Ambition Loop-, asegura que las claves de la última COP pueden resumirse en financiamiento climático, emisiones contaminantes, mitigación y adaptación, entre otros temas. “Algunos avances parecen modestos, pero si sumamos lo que está pasando en la economía real, son significativos. Por ejemplo, cada vez normalizamos más el hecho de que las energías renovables son la mejor opción, y que la electrificación de medios como el transporte liviano se está consolidando en todo el mundo. Mientras en ciertos países la discusión parece entrampada, China está asumiendo un liderazgo político y tecnológico excepcional, en compañía del Reino Unido, Brasil y los Emiratos Árabes Unidos, todos países que evidencian beneficios y avances a partir de las inmensas oportunidades que ofrece la economía descarbonizada. Aún así, si bien la COP de Bakú fue una pequeña batalla ganada en tiempos tremendamente desafiantes, desde una mirada macro es insuficiente”, advierte.

A futuro, Gonzalo Muñoz señala que la ambición debe orientarse a establecer una visión y un objetivo común, poniendo a las personas en el centro de las acciones en aspectos claves como la recuperación de tierras degradadas, los sistemas agroalimentarios y la sequía y la resiliencia hídrica. Gran parte de estos temas serán abordados el próximo año en la COP 30 que se realizará en Belem, Brasil, lo que implica una gran oportunidad para la región y también para las empresas chilenas en cuanto a resiliencia empresarial.

“El sector privado local tiene una ventana para trabajar en la actualización de los NDC, y también deberá incorporar la gestión del metano y alinear su estrategia con las crecientes exigencias medioambientales, por ejemplo, en lo que respecta a exportaciones e importaciones, y también fortalecer el trabajo con las comunidades locales. No abordar el factor ambiental dentro de la gestión es un tremendo riesgo para ellas mismas desde el punto de vista del valor percibido por sus productos o servicios en el mercado, el capital financiero, el capital humano y las regulaciones que vienen en camino. Las organizaciones deben entender esto de manera inteligente e incorporar la sostenibilidad en sus métricas y en el centro del negocio”, concluye.