Cómo se está integrando la Inteligencia Artificial en la educación universitaria

“Ojo que las inteligencias artificiales existen hace mucho tiempo”, comienza advirtiendo Claudia Bascur, directora general de Tecnología y Educación Digital de la Universidad Andrés Bello. “Lo que está siendo absolutamente transgresor es la democratización de estas inteligencias artificiales a través de interfaces amigables con el usuario, que permiten tenerlas en el computador o incluso en el celular”, añade.

En rigor, los primeros estudios sobre aparatos que automatizaran procesos eminentemente humanos datan de la década del 40, pero fue recién hasta el año 1956 que el término “inteligencia artificial” fue acuñado. El científico John McCarthy la definió como “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes”, en una brillante exposición en la Conferencia de Dartmouth.

Hoy, a este prominente informático se le reconoce como uno de los padres de la IA, que ha cambiado muchísimo desde aquellos albores, pero que, sin embargo, representa el mismo principio inspirador que este genio esbozó en aquella icónica conferencia: “Este estudio procederá sobre la base de que todos los aspectos del aprendizaje o de rasgo de la inteligencia pueden, en principio, ser descritos de una forma tan precisa que se puede crear una máquina que los simule”, habló, como mirando hacia el futuro.

El concepto de inteligencia artificial está muy en boga hoy por hoy, y teñido tanto de mitos como de incredulidad. Pedirle a un chat que escriba un ensayo basado en los pensamientos de Albert Einstein e Isaac Newton, o que ponga a un avatar a cantar una canción inédita como si la interpretara Michael Jackson y fuese escrita por Freddy Mercury, y que todo esto se produzca en cuestión de 3 a 5 segundos es algo que puede volar la cabeza.

¿Pero esta es la inteligencia artificial de la que hablaba el informático John McCarthy? “Este plus comunicacional que se ha generado en torno a las inteligencias artificiales tiene su explicación en que es muy disruptivo tener este tipo de capacidades en una interfaz que se despliegue fácilmente, pero, por ejemplo, nosotros, como universidad, venimos utilizándola hace muchos años, pensando en acompañar de mejor forma a nuestros estudiantes”, responde la experta de UNAB.

Claudia Bascur destaca que para la Universidad Andrés Bello los estudiantes están en el centro de su quehacer, por lo que permanentemente están trabajando en mejorar la experiencia y la formación académica que se les entrega. Para ello han implementado diversos recursos a los cuales pueden acceder, como Aleks una plataforma que cuenta con un sistema de inteligencia artificial para el aprendizaje de matemáticas.

“A nuestra universidad ingresan alumnos de perfiles diversos, y por ejemplo en ciencias básicas y matemáticas, vienen con antecedentes muy disímiles. Para apoyarlos en esta área contamos con esta plataforma que el Departamento de Matemáticas ha configurado cuidadosamente”, explica.

A través de inteligencia artificial esta plataforma hace un diagnóstico detallado de los estudiantes e identifica con mucha precisión cuáles son los aspectos más débiles de cada uno. A partir de ahí, precisa, “comienza a ayudarlos y guiarlos mediante ejercicios diseñados específicamente para que consigan nivelarse en esta materia y tener éxito en las tareas más complejas”.

En este caso, en la universidad utilizan la tecnología para personalizar lo más posible la enseñanza en una etapa tan compleja como es la nivelación inicial, que puede determinar en gran parte el desarrollo académico de los estudiantes. Esto es precisamente uno de los objetivos específicos de UNAB, recalca la directora general de Tecnología y Educación Digital de la casa de estudios, el cual apunta a cumplir con su propósito de “ofrecerles a los estudiantes una experiencia integradora y de excelencia”.

“La Universidad Andrés Bello tiene más de 50 mil estudiantes, por eso trabajamos permanente, junto con entregar una formación de excelencia, en que la experiencia que tenga cada uno de ellos sea muy personalizada”, enfatiza Claudia Bascur, directora general de Tecnología y Educación Digital de UNAB.

Para conseguir este propósito han incorporado la inteligencia artificial no sólo en la formación académica y nivelación, sino que también en su plataforma de servicio al estudiante para potenciar su experiencia de servicio. Esto, tanto para poder dar respuestas 24/7, así como para predecir problemáticas y llegar a tiempo para evitar aquellas que puedan impactar en la trayectoria académica o en la experiencia de sus alumnos.

Asimismo, están trabajando en conjunto con sus profesores, capacitándolos a través de talleres y webinars, con el objeto de que la inteligencia artificial puede ser un aporte para el trabajo docente. Bascur explica que “buscamos que se utilice también para apoyar la creación o la adaptación de material específico para el aprendizaje, por ejemplo, podcast, guías de repaso, tutoriales, paso a paso y cuestionarios, entre otros”.

“Hoy la inteligencia artificial puede ser un aliado para apoyar algunas tareas, para que así los profesores puedan seguir enfocándose en innovar en el aula y brindar una formación de calidad a sus estudiantes”, añade.

Que la tecnología llegue al corazón del desarrollo educativo no debiese sorprendernos, pero que la inteligencia artificial sea un potente motor para conectar a personas, a alumnos, a usuarios, sí tiene un componente inspirador que tal vez ni el mismo padre de las IA sospechó. Todos estos casos nos muestran que la inteligencia artificial no solo está para hacernos la vida más fácil, sino también para recordarnos que la empatía y la comunicación son poderosas herramientas humanas que pueden seguir cambiando el mundo.