Conectividad en el extremo sur: el impacto de la llegada del 4G a Caleta Tortel
En el pequeño poblado patagónico, en mayo comenzó a funcionar la transmisión de datos de cuarta generación. El proyecto de la Fibra Óptica Austral se transformó en un hito que vino a cambiar la forma de comunicarse en la mayoría de los habitantes de este punto turístico, tras años esperando tener una mejor conectividad. Aquí, historias de pobladores se entremezclan con el avance de la tecnología en zonas extremas.
Para quienes han recorrido la Carretera Austral, en la ruta que conecta extensos paisajes de bosques nativos en la Patagonia, hay un pueblo que todo turista que decide vivir la experiencia en la naturaleza al sur de Chile, tiene como obligación visitar. La Caleta Tortel, a 1130 kilómetros al sur de Puerto Montt, es la población más sureña de la región de Aysén.
Fascinante para quienes llegan a esta comuna que aparece en medio de la desembocadura del río Baker, Tortel destaca por su pintoresca arquitectura, con casas de madera, antiguos botes y puentes que reemplazan las calles, conectado a los más de 600 habitantes que decidieron formar su hogar en el fin del mundo.
Pero el sacrificio de habitar un punto tan aislado al sur de Chile tiene sus consecuencias.
Alejados de las comodidades de la ciudad, los tortelinos nativos, y quienes decidieron vivir en aquel lugar, han sabido convivir con las carencias propias de un sector extremo.
Yesica Becerra (25), nacida y criada en Tortel, mantiene fresco en la memoria lo complejo que era comunicarse con el exterior antes del 2010, año que instalaron la primera señal satelital de teléfono.
La menor de cuatro hermanos, aún recuerda cómo sus padres debían acudir al único teléfono público del pueblo y agendar una llamada con anticipación, tal como los negocios de barrio en la década de los ’80. A finales del siglo XX, aparecieron otros dos teléfonos que se recargaban a la antigua usanza, con tarjetas desechables de varios precios que, en esos años, se consumían rápidamente, convirtiendo la comunicación en una inquietante necesidad. Un ticket de $3500 permitía un máximo de 10 minutos en una llamada a teléfono fijo. Si alguien de Tortel tenía que llamar a un celular, la capacidad de la tarjeta se reducía a la mitad.
Para Becerra era más bien un lujo llamar por teléfono, por lo que ella y su familia preferían escribir cartas a sus hermanos, que a principios del 2000 habían abandonado el pueblo para cursar estudios secundarios en Coyhaique o Puerto Montt. Una relación epistolar que una vez al mes la sorprendía con las nuevas historias de sus familiares. Esas eran parte de las reglas del juego de vivir en el sur.
Tras el arribo de la antena satelital hace una década atrás, el alcalde de Caleta Tortel, Bernardo López, cuenta que el equipo funcionaba con una red celular de segunda generación, que les permitía llamar y enviar SMS, más no contar con los servicios digitales actuales. “El desarrollo viene 20 años atrasado”, asegura el edil.
Por su parte, Candelaria Santana (46), quien se mudó a Tortel y sus dos hijos en 2016, se acostumbró a este atraso. Proveniente de Puerto Montt, Santana se dio cuenta que acciones, que cualquier otro chileno está acostumbrado por su inmediatez, acá se volvían un suplicio.
Por comparar, en Tortel un mensaje de WhatsApp se demoraba hasta 30 minutos en poder enviarse, teniendo el usuario que cerrar todas las otras aplicaciones para que el mensaje pudiera partir. Si sus hijos necesitaban buscar algo en YouTube, ellos tenían que dejar el computador con una pestaña abierta, mientras esperaban por largas jornadas que el video se cargara en su totalidad, conviviendo con la frustración en caso de que se cayera la señal.
La historia se repite con Evelin Vargas (35), empresaria independiente que realiza excursiones de navegación a los glaciares de campo de hielo sur. Para hacer una transferencia bancaria, ella junto a su esposo debían esperar hasta las 4 de la mañana, cuando no hubiese otro conectado, para realizar el trámite.
Si la señal no funcionaba, Evelin tenía que prepararse con casi 5 días de anticipación para viajar a alguna de las ciudades cercanas como Coyhaique o Punta Arenas, con tiempos de traslado que se pueden ver alargados por las condiciones climáticas. 300 kilómetros pueden ser recorridos hasta en 12 horas producto del camino de ripio y las nevazones. Además, Evelin tenía que reservar un presupuesto para arrendar una pieza por la noche en alguna de las ciudades, desde donde partiría temprano para conseguir un buen lugar en la fila del banco, con tal de desocuparse lo antes posible para volver a casa.
La nube de problemas de comunicación que alguna vez habitó en Tortel, hoy parece solo un recuerdo difuso. Un significativo avance para la Región de Aysén se concretó en mayo pasado, cuando comenzó a operar una nueva radiobase 4G de la compañía Entel.
El arribo del 4G
Para un pueblo tranquilo como lo es Caleta Tortel, el 2020 vino a sacudir el silencio del lugar con dos hitos que marcarán su historia. El primero fue el 14 de marzo, cuando la Seremi de Salud de la Región de Aysén decretó cuarentena en la localidad, luego de confirmarse un caso positivo de COVID-19, en un turista británico que estuvo en la zona. Fue la primera comuna en todo el país en convivir con las medidas sanitarias.
Si bien el alcalde Bernardo López reconoce que no hubo infectados en la zona, muchos turistas se vieron incomunicados producto de existir señal solo para una compañía telefónica. “Algunos por dos semanas no pudieron contactar a sus familiares”, expresa. La medida afectó a los vecinos por solo 14 días, volviendo luego a la normalidad. Solo se suspendieron las clases en colegios y jardines infantiles, y los habitantes se acostumbraron a ocupar mascarillas.
El segundo hito fue comenzar a dejar atrás su aislamiento digital, al verse beneficiados con nuevos servicios móviles 4G provistos por Entel. El avance fue posible gracias a una alianza público-privada entre SUBTEL, la compañía telefónica y las autoridades regionales, quienes permitieron que en un corto plazo se conectara esta localidad a la red 4G.
El proyecto, enmarcado en la política de la Fibra Óptica Austral (FOA), permitió que cerca del 30% del territorio nacional logre mejoras sustanciales en conectividad digital, con tendidos de fibra óptica desplegados de modo submarino desde Puerto Montt, con acceso a Caleta Tortel y Punta Arenas, finalizando recientemente en Puerto Williams.
La construcción y habilitación de una radio base 4G permite tener acceso a la tecnología a nivel global, lo que tenía sus restricciones anteriormente debido a que contaban con transmisión satelital. Al conectarse a la FOA, y con la construcción de esta nueva estación base, se mejora la cobertura en la localidad de Caleta Tortel, al tiempo que realizan la habilitación de esta tecnología en el sitio ya existente, permitiendo que ahora todos los pobladores cuenten con la red 4G.
“En términos técnicos es un cambio relevante en la conectividad que ha permitido aumentar el volumen de datos en más de 10 veces, lo que nos muestra que nuestros clientes están utilizando la tecnología implementada en su beneficio y, no menos importante, que estamos respondiendo a sus requerimientos. Todo esto en gran parte por la mejora de cobertura con la construcción de la nueva estación base en tecnología 4G”, señala Manuel Araya, gerente de Regulación y Asuntos Corporativos de Entel.
El impacto en la comunidad fue en su totalidad, permitiendo cambios impensados hace un par de meses.
Candelaria Santana tiene su negocio de joyas de plata y perfumes. Antes, para hacer pedidos online, tenía que madrugar para cumplir con las solicitudes de sus vecinas. Si antes demoraba 4 horas realizando sus compras, hoy son tan solo 20 minutos frente al computador. Mismo caso para Evelin Vargas, que todos los trámites online los realiza en su casa, sin tener que pensar en moverse a las ciudades cercanas.
En otro lado de la caleta, Yesica Becerra está terminando de estudiar técnico en párvulos. Antes de la pandemia, acostumbraba a viajar cada dos meses desde Tortel a alguna de las sedes de su instituto, ya sea Santiago o Punta Arenas para cursar exámenes. Con la crisis de la pandemia, tuvo que quedarse en casa. De no haber llegado la señal 4G en mayo, no habría podido terminar su carrera. “Me ha facilitado la vida. El internet ha arreglado todo”, manifiesta.
Incluso, el pueblo se conectó virtualmente. No hay poblador que no esté en el grupo de WhatsApp “Avisos Tortel” para hacer ventas o trueques de productos, y los foráneos que llegaron a vivir al lugar, principalmente los profesionales del recinto médico, pudieron por primera vez realizar una videollamada, para mostrarle a sus cercanos el color turquesa que acostumbran a ver en el río.
Un avance que el alcalde simboliza como una oportunidad: “La conectividad para el desarrollo, tanto física, terrestre, aérea y digital, es sumamente importante para el crecimiento social, económico, cultural, educacional y de todo tipo”.
Aunque la antena está funcionando a la perfección, el edil reconoce que aún falta conectar los servicios públicos a la red 4G, como el retén de carabineros, la posta central y la municipalidad, con miras a contar con servicios digitales como podría ser la telemedicina, en un poblado con personal médico reducido y que se ve imposibilitado de movilizarse ante la contingencia.
Mientras tanto, Caleta Tortel espera ansioso que las medidas sanitarias puedan superarse para recibir a los turistas que recorren la carretera austral, esta vez más conectados a ese mundo que alguna vez se vio tan lejano detrás de las montañas.
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