El Compromiso Minero con el talento actual y futuro: inclusión, formación y mayor incorporación de mujeres
El sector minero está promoviendo y fortaleciendo la formación de las personas, especialmente de técnicos y profesionales, generando oportunidades y desarrollo laboral a través de la innovación.
Un compromiso con la formación y el desarrollo de talento, considerando la inclusión y la diversidad de las personas en los procesos de la minería es el principio que han abrazado las más de 50 instituciones que conforman la Red Compromiso Minero respecto de sus trabajadoras y trabajadores.
A los 650 mil puestos de trabajo que aporta hoy el ecosistema minero al país, se debe tener presente que se requerirán 25.940 personas adicionales -cada vez más especializadas, conforme avanza la incorporación tecnológica al rubro- según el Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2019-2028, elaborado por el Consejo de Competencias Mineras y el Programa Eleva (CCM-Eleva). Así, la formación de personas es clave para el sector minero y, por lo mismo, el rubro se ha preocupado por captar al mejor talento disponible, así como formar a aquellas personas que ya son parte de la industria, teniendo como base las nuevas competencias y habilidades que requiere el sector.
La alianza CCM-Eleva es una de las iniciativas público-privadas más importante de los últimos años en materia de desarrollo de talento humano. Su trabajo, de la mano con el Ministerio de Educación, dio vida al Marco de Cualificaciones Minero, el primero de su categoría a nivel nacional. Allí se contemplan los perfiles formativo-laborales y las competencias que requieren las personas para ser parte de la minería del siglo XXI, considerando los cambios tecnológicos y la incorporación de innovación en el sector. Todo lo anterior con el fin de contar con los mejores técnicos y profesionales, alineados a las necesidades de la industria.
Como parte de Compromiso Minero, el rector de la Universidad de Antofagasta, Dr. Luis Alberto Loyola Morales, señala que la formación de capital humano avanzado, con competencias en línea con las necesidades de la macrozona norte del país, es una de las prioridades de la Universidad: “Durante los últimos años hemos enfocado nuestra labor, con bastante éxito, en la generación de conocimientos y transferencia tecnológica para aportar al desarrollo de nuestro territorio. Estamos situados en el epicentro de la industria minera y eso nos ha motivado a estar siempre al tanto de las últimas tecnologías, creando investigación en temáticas como el hidrógeno verde, la economía circular, entre otras”.
Loyola es, además, parte del directorio de la Corporación Cluster Minero Región de Antofagasta, instancia que busca potenciar el perfeccionamiento de las empresas proveedoras regionales y la mano de obra local.
En línea con lo anterior, y buscando aportar con información a quienes quieran trabajar en el sector minero, CCM-Eleva creó un portal vocacional que permite a los jóvenes tomar mejores decisiones respecto a qué estudiar, dónde estudiar, y cómo desarrollar una carrera técnico profesional y así ser parte activa de esta industria.
“La decisión de elegir una carrera técnico o profesional puede ser difícil o abrumante si no contamos con la información necesaria. Ante esto, y motivados por orientar a quienes buscan trabajar en la minería, o tienen dudas sobre qué significa y cómo se puede hacer carrera en esta industria, creamos Ser Minería. En este sitio web, los jóvenes pueden encontrar toda la información referente a las universidades, institutos y centros de formación técnica que imparten carreras relacionadas con esta industria; además, enterarse de cuál es la demanda y la proyección laboral en minería de aquí a 10 años”, explica Verónica Fincheira, gerenta del Consejo de Competencias Mineras, quien además explicó que la data compartida en el Portal de Ser Minería se basa en los datos actualizados del Estudio de Fuerza Laboral.
Portal SerMinería.cl
Los jóvenes que rendirán la Prueba de Transición Universitaria (PTU) en dos grupos el 6 y 7 de diciembre y el 9 y 10 del mismo mes, tienen muchas oportunidades en el sector minero. Existen más de 3 mil programas de estudio vinculados a este sector, con la posibilidad de desarrollar una carrera atractiva, innovadora y desafiante desde el punto de desarrollo profesional. En el sitio web sermineria.cl se puede encontrar toda aquella información vinculada a los programas que imparten carreras técnicas y profesionales vinculadas al rubro minero, incluyendo un test vocacional donde los estudiantes pueden seleccionar su área de interés, tipo de trabajo esperado (en terreno, oficina o híbrido), entre otros intereses personales y profesionales, mediante los cuales podrán conocer cuál es la carrera o especialidad que más se acerca o mejor responde a su proyección laboral.
Mujeres en la minería
Hace solo 25 años, en 1996, se terminó con el artículo del Código del Trabajo que impedía la contratación de mujeres en las faenas mineras. De allí en adelante ha habido un largo camino dentro de la industria, desde donde se han ido abriendo espacios para que las mujeres puedan desempeñarse en el sector.
Actualmente, según las cifras preliminares del Estudio de Fuerza Laboral 2021-2030, las mujeres que son parte de la industria minera representan un 11,8 por ciento de la dotación.
La intención de hacer crecer esta cifra es real. Varias empresas mineras han declarado tener metas fijas para aumentar la incorporación de la mujer en la industria. Existen algunas que tienen metas desde el 2021 en adelante, que van entre un 10 por ciento y un 20 por ciento; así como metas en torno al 29 por ciento para el 2022 para posicionar a mujeres en altos cargos.
¿En qué cargos se encuentran hoy las mujeres en la minería? En el estamento de profesionales es donde más ha crecido la participación de mujeres, alcanzando un 13,7 por ciento. Luego le siguen las operadoras con un 7,9 por ciento; supervisoras con 6,2 por ciento; y mantenedoras con solo un 2,8 por ciento.
“El aumento de la participación femenina no es el único fin del sector. Es decir, no es solamente “incrementar” en número; nuestro rol también debe ser retener el talento con el que ya contamos, por medio de buenas prácticas; así como asegurar que esas mujeres que son parte del sector puedan tener un buen desarrollo de carrera dentro de la industria, uno que les permita crecer. Este es un desafío que debe ser liderado por las distintas áreas de las empresas y que requiere tiempo, perseverancia y dedicación, y es parte de un cambio cultural en el cual tanto hombres y mujeres debemos ser parte”, dice Fincheira.
Para lo anterior, CCM-Eleva desarrolló el Modelo de Competencias Conductuales, también conocidas como “habilidades blandas”, el cual está dirigido a los equipos directivos, técnicos y docentes, de instituciones formativas y de capacitación en minería, así como a las áreas de entrenamiento y formación en las empresas, que tienen como desafío facilitar el desarrollo de competencias conductuales requeridas por el sector minero.
Este modelo describe aquellas competencias que deben poseer los actuales y futuros trabajadores y trabajadoras. Las competencias conductuales que el modelo destaca son: aprender y enseñar a otros; diversidad e inclusión laboral; resolución de problemas; disciplina operacional; ética y responsabilidad; coraje y orientación a resultados; comunicación; y trabajo con otros.
El Modelo considera tres componentes que sirven como herramientas para diseñar e implementar procesos de aprendizaje centrados en “cómo enseñar”, aspectos que son clave en el desempeño laboral y que dan cuenta de la presencia de las competencias conductuales para la minería.
En este sentido, el rector Loyola agregó que, a través del Centro de Carreras Técnicas UA, el plantel ha fortalecido la formación técnico profesional, orientando el quehacer hacia carreras asociadas a la industria y relevantes para la zona norte, con enfoque hacia la equidad y la igualdad. “Nos vinculamos como institución con el sector productivo, proyectando el aporte que nuestros y nuestras estudiantes realizan al entorno, no solo desde el área profesional, sino que también desde la educación técnico-profesional”, concluyó.
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