Javiera Correa: “La felicidad organizacional va mucho más allá de tener una mesa de ping pong”
La Chief People Officer de Buk será una de las expositoras del People Day, que se desarrollará mañana jueves 5 de octubre. En su charla, hablará sobre cómo este concepto se suele confundir con la entrega de distintos beneficios, cuando la clave está en movilizar a las y los colaboradores a través del propósito, de las buenas relaciones interpersonales, de un buen liderazgo y de la certeza de que pueden crecer y desarrollarse dentro de una empresa.
Las entradas ya están agotadas. El People Day by Buk, festival de Recursos Humanos que se realizará mañana durante todo el día en Santiago, tendrá su capacidad completa: serán más de 1.000 las personas que, de 8 de la mañana a 8 de la noche, serán parte de charlas, talleres y actividades con un objetivo en común: compartir aquellas ideas que permiten construir lugres de trabajo más felices.
Javiera Correa, Chief People Officer de Buk, estuvo en la versión mexicana de este encuentro, que se desarrolló el pasado 28 de septiembre. “Fue un evento muy disruptivo. Hubo tremendos speakers, de Amazon, Aeroméxico, Nowports, y las personas quedaron impactadas con la experiencia, porque fue muy distinta: relajada y con posibilidades de hacer networking”, cuenta entusiasmada.
Por eso, espera que el People Day chileno tenga ese mismo espíritu. “Sabemos que hay altas expectativas. Creemos que va a marcar una tendencia y un hito, porque es la primera vez que se hace un festival así en Chile”, dice Correa, quien estará presente con una conversación llamada: “Empresas felices: más allá de la mesa de ping pong”.
Un título que hace referencia a ese lugar común que se ha instalado en los últimos años respecto de las empresas “amigables para trabajar”, que disponen de espacios recreativos para sus colaboradores, de dispensadores de comida, espacios para tomar siestas y hasta mesas de pool.
“Hoy está muy de moda tener muchos snacks, hacer after offices, tener una máquina de cerveza, la mesa de ping pong o de taca-taca, y a veces esto se suele confundir con el concepto de felicidad. Pero la felicidad organizacional va muchísimo más allá de eso. Está más ligada al propósito, a mantener relaciones de calidad, a sentirte desafiado, a poder proponer ideas y que estas sean escuchadas, a sentir que te puedes desarrollar. Es un concepto más amplio que tener beneficios aislados”, explica la ejecutiva.
Mucho eso se muestra en el último informe Building Happiness de Buk, que constata que, incluso más allá de una buena remuneración, a las personas les importa tener un trabajo con sentido, con un propósito movilizador; también tener claridad sobre las tareas que debe realizar, un liderazgo empoderador y buenas relaciones interpersonales.
En la encuesta, también, se evidencia una cifra muy llamativa: el 82% de las personas consultadas reconoce que se siente feliz en su lugar de trabajo.
“Hoy está cambiando el paradigma. Antes las personas iban a trabajar porque es lo que hay que hacer; porque debo mantenerme y mantener a mi familia. Pero hoy, sobre todo los jóvenes profesionales, buscan ser felices en su trabajo. Les gusta mucho sentirse parte de la empresa y que esta tenga un propósito. Les preocupa también tener relaciones de calidad, pasarlo bien, tener amigos en el trabajo. Antes, pasabas 15, 20 años en el trabajo ‘que te tocó'”.
Ser “hijo del rigor”: un concepto en retirada
¿Todos los colaboradores y colaboradoras son felices con lo mismo? Antes, las diferencias según generaciones etarias eran bastante marcadas. Hoy, esa frontera se está diluyendo, cree Javiera Correa.
“La clave es que la empresa pueda escuchar a sus distintas generaciones. Quizá el beneficio que valoran las personas sobre los 50 años no es el mismo que valoran los millennials, pero la clave está en escuchar y poder ofrecer beneficios adaptables. Así, las relaciones pueden fluir mucho más. La empresa debe tener una mirada mucho más amplia en la que convivan todos internamente”, explica.
“Además, hemos visto que tener un trabajo con propósito y sentirse feliz en el trabajo son dos variables que están permeando a todas las generaciones, especialmente a las más antiguas. Quienes llevan más tiempo trabajando también están valorando más su tiempo libre, sentirse contentos. No es un sentimiento que sólo sea parte de las nuevas generaciones, sino de toda la sociedad”.
Hoy, el concepto de ser un trabajador “hijo del rigor” y “agradecido” por tener un puesto en una empresa está progresivamente en retirada. Es más: el modelo apunta a que sean las empresas las que desarrollen programas atractivos para atraer talentos y fidelizarlos para estos se desarrollen profesionalmente dentro de sus organizaciones.
“Y si hoy le preguntas a una head hunter qué es lo que se está buscando en un perfil de gerente general, lo más importante es que tenga habilidades blandas, que sepa conocer a su equipo, y no necesariamente que haya estudiado en Harvard o que sea el más inteligente”, agrega Javiera Correa.
En este nuevo escenario, los líderes son fundamentales para el cambio de paradigma.
“Los lideres son clave. Son el capitán del barco; ellos representan la cultura de la empresa y tienen que estar haciendo su trabajo y motivando a su equipo, en un escenario que hoy es mucho más exigente, porque las nuevas generaciones están pidiendo mucho más a sus líderes. Por eso es clave ir formando a los líderes en un modelo que sea afín con los intereses de la empresa”.
En Buk, empresa que ha desarrollado un software de Recursos Humanos que permite automatizar todas las tareas administrativas ligadas a esa área, y además hacer un seguimiento de la situación de cada colaborador, les hace mucho sentido la figura de un líder-coach: uno que esté enfocado en los resultados y que no deba perder tiempo en hacer labores de micromanagemet con cada miembro de su equipo. Un líder que tiene tiempo para conocer a quienes trabajan con él o ella, que sabe qué los mueve y qué los motiva.
“En este cambio de paradigma, digitalizar tareas permite agilizar y gestionar todo en una sola plataforma, lo que ayuda a tener una gestión mucho más eficiente. Así queda más tiempo para la gestión del talento de los colaboradores”, ejemplifica Javiera Correa. “Además, permite tener una visión mucho más completa de los colaboradores y del día a día. Así estás más cerca para escucharlas”.
Después de todo, dice la especialista, es esta área -la de Gestión de Personas- la gran responsable de movilizar a la empresa para poner a sus colaboradores en el centro y hacer un cambio de mirada en la organización. “Es una responsabilidad muy grande”, dice.
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