Los desafíos que suponen los mayores recursos del royalty minero para las regiones
El nuevo royalty minero comenzará a regir en 2024. Un hito para la principal actividad económica del país, que, si bien se ve enfrentada al desafío de que Chile siga siendo atractivo para invertir, tiene la tarea de que los nuevos tributos destinados a regiones sean utilizados de la mejor manera posible.
El impuesto conocido como royalty a la minería, creado en 2005 y modificado en 2010, pretende aumentar la recaudación actual en un 0,45% del PIB, lo que corresponde a US$1.350 millones aproximadamente. De ellos, US$450 millones se distribuirán entre los gobiernos regionales.
El foco de los tributos dirigidos a estas localidades será para el Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo, el Fondo de Apoyo para la Equidad Territorial (a favor de comunas vulnerables) y el Fondo Comunas Mineras, dirigido a aquellos municipios que mantengan dentro de sus territorios yacimientos, fundiciones y refinerías, relaves y puertos, entre otros.
El desafío de las regiones mineras
Chile es un país en el cual la minería es clave para su desarrollo: representa cerca del 60% de las exportaciones y aporta sobre el 14% del Producto Interno Bruto (PIB). Asimismo, la actividad minera se concentra en la macrozona norte, principalmente en las regiones de Antofagasta, Atacama y Tarapacá, donde esta industria explica entre un 30% y más del 60% del empleo.
De allí que los líderes de la industria reconocen que hay un gran trabajo que realizar para que las regiones sigan siendo competitivas frente a otros destinos de inversión, pero que también hay una tarea pendiente con el relacionamiento con las comunidades: los vecinos, trabajadores y la población que son parte del desarrollo de la actividad.
El primer objetivo que comparten los actores del ecosistema minero consultados para esta nota: Juan José Ronsecco, presidente de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (Corproa); Marcos Gómez, gerente general de la Asociación de Industriales de Iquique y el Tamarugal (AII); y Fernando Cortez, gerente general de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), es que los recursos recaudados por el nuevo royalty efectivamente sean destinados a las comunidades locales. Ello, porque los recursos que se esperan recibir serán cuantiosos: $23.145 millones para Antofagasta; $21.995 millones para Atacama y $13.349 millones para Tarapacá en un período de diez años, lo que permitirá la planificación de inversiones y mejoras en los territorios.
Desde el norte del país, Juan José Ronsecco, de Coproa, espera que la mayor recaudación genere beneficios “permanentes y transparentes” para ser ocupados en las necesidades locales. “De este modo, cuando los necesarios estímulos a la inversión generen nuevos proyectos, se encuentren con un ecosistema que estimule la circulación regional, que haga atractivo vivir en la región minera y no sólo trasladarse por turnos de trabajo”, detalló.
Esta visión es compartida por Marcos Gómez, de AII, quien señala que el mecanismo será positivo desde el punto de vista de equiparar la distribución de la riqueza que genera la gran minería para el país. “Cualquier mecanismo que venga a corregir y tratar de equiparar la distribución de la riqueza que genera la gran minería en Chile debe ser bienvenido, siempre y cuando esos recursos se destinen efectivamente a las regiones y a las comunas que asumen los principales costos de la industria minera”, comentó.
El dirigente iquiqueño agregó que el valor de los tributos que llegarán a regiones con identidad minera permitirán dar a conocer el valor que tiene la actividad, ya que muchas veces la mirada centralista no permite difundir esos beneficios. “De nada serviría todo este esfuerzo si esos eventuales fondos no se direccionan hacia temas como infraestructura, conectividad, salud pública, educación superior, servicios regionales, etcétera”, complementa.
Los compromisos de la industria con las regiones
A la par de las nuevas medidas que rigen a la industria, la minería vive hoy un proceso de transformación de sus procesos, que busca continuar aportando a todo el país, con especial foco en las comunidades donde la minería tiene mayor presencia.
De ahí surge el concepto de “Minería 4.0″, que resume el plan trazado por los diversos actores del ecosistema minero para integrar tecnologías y procesos que ayuden a aumentar la calidad, la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad de los procesos productivos de la actividad y donde las regiones tienen especial protagonismo. “Las regiones mineras deben ser actores claves y protagónicos en el proceso de construcción de su desarrollo sustentable”, señala desde Antofagasta Fernando Cortez, de AIA.
En ese sentido, tanto los avances en la sustitución de aguas continentales por agua de mar para los procesos productivos, como la transformación de la matriz energética hacia energías renovables, entre otros aspectos, persiguen responder a los pilares de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de cara al año 2030.
Los actores de la industria señalados anteriormente comparten la urgencia de actuar en conjunto para que no solo a nivel central, sino en todo el país se conozca con mayor profundidad el alcance que tiene la industria, muchas veces desconocido incluso en aquellas localidades donde la minería es la principal actividad productiva. Lo anterior es parte de lo que Compromiso Minero y sus más de 110 adherentes han profundizado en estos dos años, con la mirada puesta en impulsar una minería más responsable en tres pilares del desarrollo sustentable: social, ambiental y económico.
Marcos Gómez posiciona a Compromiso Minero como “un referente privado muy importante”, al ser un espacio donde instituciones activas, desde empresas mineras pequeñas, medianas y grandes, proveedores, emprendedores, universidades y gremios, por mencionar algunos, juegan un rol para hacer crecer a la industria minera de manera sostenida y sustentable en el largo plazo”, profundiza.
Desde Compromiso Minero han puesto en la mesa discusiones transversales que impactan a toda la industria, con una mirada puesta especialmente en los territorios y en trabajar de manera cercana para apoyar el desarrollo de las regiones mineras y para profundizar la relación con las comunidades.
Los objetivos de Compromiso Minero
La agenda de trabajo de Compromiso Minero conlleva otra serie de objetivos a los que se han comprometido sus adherentes y en los cuales han trabajado los últimos dos años. Uno de ellos es la formación y desarrollo del capital humano que requiere de profesionales con las competencias requeridas por la minería actual, así como la incorporación de más mujeres a la industria.
En efecto, parte de los adherentes de la red son la Universidad Central (UCEN), que en su sede de Coquimbo durante agosto y septiembre impartió una serie de talleres abiertos a la comunidad en materia de minería sostenible. Y también la Facultad de Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), que acaba de inaugurar su Centro de Sustentabilidad Empresarial. Compromiso Minero participó de ambas instancias, entendiendo que es clave dar a conocer lo que la industria está haciendo, más allá de la producción de minerales.
El director de la carrera de Ingeniería Civil UCEN, Cristián Sánchez, valoró las actividades académicas realizadas, señalando que “las universidades y centros de formación hemos trabajado y seguiremos trabajando para que las y los jóvenes que quieren ser parte de la industria tengan las competencias que requiere la minería, y es por eso que nos llena de orgullo la alta participación y los temas tratados en los seminarios a lo largo del país”, indicó.
Las charlas dictadas por la UCEN en Coquimbo fueron “Futuro Sostenible, importancia de las buenas prácticas en materia de sustentabilidad”, por Christel Lindhorst, gerente de Comunicaciones del Consejo Minero; “Sustentabilidad y dinamismo económico: clave para un Futuro Próspero”, exposición a cargo de Jorge Bravo, gerente de Estudios y Proyectos de la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (Aprimin); “Empresas Tipo B: Líderes de un Nuevo Paradigma Social”, exposición realizada por Jomaris Rossell y Sofia Celhay, gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático y consultora de Sostenibilidad y Risk Advisory en Deloitte, respectivamente; “Prototipando el Futuro: Gestión de Proyectos para el Emprendimiento Sostenible”, a cargo de Alejandro Galleguillos, presidente del Capítulo Antofagasta del Project Management Institute; “Tecnología y gestión: herramientas clave para prototipar soluciones sostenibles”, realizada por Rodrigo Rodríguez, driving Business Transformation, y Rocío Nino, senior Technology Executive; y “Financiando la Sostenibilidad: Descubre Fondos para tus Ideas Sostenibles”, por Francisco Jiménez, ejecutivo técnico de Corfo. Todas se encuentran disponibles de manera gratuita en YouTube.
El proyecto contempló una serie de exposiciones donde se abordaron materias para sensibilizar a las comunidades que interactúan con diferentes industrias de la región, con particular foco en la industria minera. La actividad fue organizada bajo el paraguas de la carrera de Ingeniería Civil en Minas de la UCEN, Compromiso Minero y el Project Management Institute, con el fin de ofrecer una visión de la importancia de las buenas prácticas sostenibles.
Impulsando la equidad en la minería
Otro tema muy relevante para el ecosistema es la equidad de género en la industria. Durante el mes de la minería, la Red por la equidad de género, diversidad e inclusión, REDEG, liderada por su directora ejecutiva Lilian Denham desarrolló Talento Mujer, una iniciativa que buscó potenciar el empleo femenino en la industria e incentivar a que más jóvenes estudien carreras STEM, para lo cual distintas empresas dieron a conocer su oferta laboral para que más mujeres se sumen a la minería.
“Estos encuentros nos permiten ver cómo ha crecido la participación de la mujer en todas las áreas de la industria minera. El panel de «Historias de Mujeres Inspiradoras», contó con la actual ministra, Aurora Williams, solo unos días antes de que fuera nombrada nuevamente como la titular del Ministerio de Minería. Es importante para nosotras visibilizar los logros que ha tenido la industria, así como sus desafíos; y, al mismo tiempo, incentivar a que más mujeres sean parte de este rubro”, recalcó Lilian Denham.
En la instancia, las más de 600 asistentes compartieron experiencias sobre la incorporación de la mujer a la industria minera, donde su presencia se ha duplicado en una década, pasando de un 7,1% en 2011 a un 15,2% al año 2023, según cifras de la Alianza CCM-Eleva. “Estas cifras sin duda marcan un avance, pero constituyen un desafío permanente para seguir aumentando la inclusión y desarrollo de mujeres en minería. La industria ha tenido una evolución positiva en la contratación de mujeres: desde un 17,3% el año 2018 a un 35,3% durante el año 2022. Es decir, una de cada tres personas contratadas en el 2022 por las empresas mineras fueron mujeres”, añadió la representante de Compromiso Minero, Christel Lindhorst.
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