Nueva vida para la Parroquia María Estrella del Mar de Chanavayita

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Restaurada completamente gracias al trabajo conjunto entre la Mesa Social Comunitaria de Chanavayita, el Obispado de Iquique y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, la iglesia más antigua del borde costero sur de Iquique, ubicada en caleta Chanavayita, se prepara para celebrar la festividad de San Pedro y San Pablo y festejar también la renovación del templo.



Santony Cortés (17) es un joven que nació en Chanavayita, una caleta ubicada a 59 kilómetros de Iquique. En ella, el estudiante ha crecido viendo los amaneceres y atardeceres en el mar, a los pescadores artesanales en sus lanchas y a la comunidad participando de las festividades religiosas que convoca la Parroquia María Estrella del Mar de Chanavayita; una iglesia ubicada en la caleta de pescadores y en la que Santony se bautizó, hizo su primera comunión y confirmación. “Desde muy chiquitito he estado ligado a ella, tanto así que desde los 13 a 16 años fui acólito”, cuenta.

Lo cierto es que la Parroquia María Estrella del Mar es un espacio de encuentro de los habitantes de Chanavayita. Fue construida entre los años 1993 y 1995 con gran esfuerzo del arzobispado y la comunidad, y desde entonces su estructura nunca más fue intervenida. “Con los años se fue deteriorando cada vez más. El techo de la iglesia estaba completamente malo y cuando había viento y lluvia se pasaba el agua hacia dentro. Esto estropeó el sistema eléctrico y las misas se hacían solo con la luz del sol”, cuenta Santony.

Esta situación comenzó a preocuparle al estudiante, que no solo observaba que otros templos de la región estaban en mejores condiciones arquitectónicas, sino que la precariedad del inmueble convocaba a menos feligreses. Fue así que un día conversó con el diácono de la parroquia y le contó su idea de restaurarla y buscar ayuda económica para ello.

Con el consentimiento y apoyo del diácono, el joven estudiante se aventuró. “En Chanavayita tenemos una mesa social donde participan todas las organizaciones de nuestra comunidad como clubes deportivos, juntas de vecinos, la escuela y Collahuasi. En esas mesas se abordan proyectos y programas que pueden realizarse durante el año, entonces en agosto del año pasado expuse -como representante de la iglesia- mi proyecto de recuperación de la parroquia”.

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Al respecto, Macarena Cuevas, supervisora de Relacionamiento del Entorno de Collahuasi señala que: “El proyecto nació a partir de las mesas de trabajo que Collahuasi mantiene regularmente con los dirigentes sociales de la comunidad de caleta Chanavayita. A través de estas instancias de diálogo, en el marco del Plan de Desarrollo Territorial que desarrollamos en conjunto, se visualizó como una iniciativa colaborativa y una alianza entre la mesa social de Chanavayita, el Obispado de Iquique (representado por el diácono Sergio Fernández) y la compañía”.

Se licitaron las obras de recuperación con mano de obra local y la realización de murales participativos con los niños de la Escuela de Chanavayita, y así comenzaron los trabajos en enero de este año. Una acción que, a Sergio Fernández, diácono de la parroquia, lo llenó de esperanza y alegría. “Como toda casa, después de treinta años la estructura se resiente. Acá en el norte hemos tenidos dos grandes eventos climáticos que han sido una sorpresa: una lluvia muy larga que dañó los techos y el sistema eléctrico; y el terremoto de 2014. Todo esto fue un conjunto de situaciones que hicieron que la parroquia se deteriorara. Entonces, esta recuperación ha sido una alegría y bendición porque es un proyecto que surgió desde la comunidad”.

Pilar a pilar

Para los habitantes de Chanavayita la parroquia tiene una importancia histórica y de pertenencia, relacionada con la fundación del lugar que hoy habitan. La iglesia es para ellos el lugar de origen, el centro de espiritualidad y donde dan vida a sus cultos religiosos. “Las caletas del borde costero, y en general la Región de Tarapacá, son muy devotas de la Virgen de la Tirana, San Lorenzo y San Pedro, y en cada festividad se organizan para la realización de procesiones y bailes religiosos”, cuenta Macarena Cuevas.

La restauración contempló arreglos en el exterior de la parroquia que consistieron en pintura, mejoramiento de la techumbre, cambio de puertas y ventanas dañadas, reconstrucción de albañilería y mejoramiento en el acceso para personas en situación de discapacidad; y en el interior de la parroquia también se pintó, se reparó y reforzó el cielo, se realizó el revestimiento de paredes, del altar y pilares, y se mejoró la iluminación.

Santony cuenta que el proyecto contempló también la realización de dos murales participativos, que estuvieron a cargo del connotado pintor y muralista chileno, Patricio Madera. “El trabajo también se hizo colaborativamente con los alumnos de la Escuela Chanavayita y miembros del grupo Misión Jóvenes de Iquique que iban por turnos a pintar con el artista. La idea era que ellos se sintieran identificados con la iglesia; lo mismo ocurrió con el color de la pintura de la parroquia que fue escogido por la comunidad a través de una encuesta que realizó la junta de vecinos”.

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Parte de la restauración tiene además materiales que poseen un sentido muy simbólico para la comunidad. Así lo cuenta Fernández quien señala que: “Cuando vino el Papa Francisco a Iquique, nosotros pedimos parte de la madera que se usó en el presbiterio donde él realizó la misa. Nosotros pensábamos usarla en una restauración de la parroquia, y hoy finalmente fue utilizada en la recuperación de pilares, en el altar y en un centro aéreo que se construyó. Además, en el techo ubicamos estrellas doradas de distintos tamaños que llevan los apellidos de las 400 familias de Chanavayita”.

Totalmente renovada, la Parroquia María Estrella del Mar representa el trabajo colaborativo entre la comunidad y Collahuasi. La inauguración de esta gran obra está contemplada para el próximo 29 de junio, día en que se celebra San Pedro y San Pablo, festividad religiosa que en tiempos normales convertía las calles de Chanavayita en un verdadero carnaval.

Luego de meses de trabajo y de haber sido uno de los gestores de esta importante transformación, Santony comparte que se siente muy feliz de dejar una semilla en su comunidad. Sabe que pronto dará la Prueba de Transición y que posiblemente dejará su caleta para estudiar la carrera que ha soñado desde quinto básico: pedagogía en matemáticas. Por mientras que eso sucede cuenta que: “Después de este proyecto seguí trabajando al interior de las mesas sociales como representante de la iglesia, tomando un rol dirigencial, y hoy tengo ganas de seguir con otro proyecto para que mi iglesia tenga más vida”.

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