Más allá de la sorpresa: reflexiones sobre el triunfo de Trump y sus consecuencias globales
"Es relevante recordar que varias de las medidas propuestas por Trump ya fueron presentadas en las elecciones del 2016 y 2020, lo que podría generar cierta suspicacia en que éstas se puedan llevar adelante, con la salvedad de que, en esta oportunidad, cuenta con un congreso a su favor y una ciudadanía que lo apoya", dice Felipe Vergara, académico y analista político de la Universidad Andrés Bello.
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Más allá de los vaticinios que auguraban un resultado estrecho en la elección presidencial norteamericana, la diferencia fue más categórica en desmedro de la candidata demócrata; sin embargo, esta elección nos dejó ciertas reflexiones que vale la pena considerar, por sus implicancias en otras contiendas que se dan a nivel global.
El primer análisis es que la situación económica del elector norteamericano es el gran elemento de reflexión al momento de votar: si el costo de la vida sube o si los ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas, ello se reflejará en un castigo a quien sea el candidato de continuidad, en este caso Kamala Harris y la apuesta por el cambio es natural.
En esa línea, no es de sorprender que otros ámbitos que habitualmente se toman la agenda electoral al momento de sufragar sean hoy menos relevantes: si la propuesta económica presentada es auspiciosa para los electores, esta se superpone a ámbitos que considerábamos intransables, como las causas judiciales pendientes que hoy pesan sobre Trump.
Observado el resultado de la elección, hay aspectos relevantes de consignar: el partido Republicano no sólo ganó de manera contundente la presidencia, sino que también tuvo resultados muy favorables en el Senado y la Cámara de Representantes; con ello, el plan de gobierno del Presidente electo se fortalece, al contar con el apoyo legislativo requerido, el que se sustenta, además, en la amplia votación obtenido.
Con este contundente apoyo, Trump debiera poder avanzar sin problema en los grandes temas planteados durante su campaña; dentro de ellos, la inmigración será uno de los más relevantes, para lo cual, apoyándose en la Ley de Enemigos Extranjeros, avanzará en la expulsión masiva de migrantes.
En el ámbito comercial, Trump planteó un incremento arancelario importante, procurando con ello aumentar el empleo en Estados Unidos. En esa línea y en base al dinamismo económico que espera lograr, el Presidente electo debiera avanzar en la reducción de impuestos tanto individuales como para las empresas; augurando con ello un auge en el desarrollo económico de Estados Unidos. Esta mirada, con ribetes bastante más proteccionistas para el país del norte, no es de extrañar que genere varias complicaciones en el contexto internacional, en especial con su tradicional rival China.
En política exterior, las relaciones internacionales debieran complejizarse con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Es claro el apoyo explícito por él planteado a Israel, lo que podría agravar el conflicto en el Medio Oriente, pero también ha sido muy crítico del actuar de la OTAN con la invasión a Ucrania por parte de Rusia.
Por otra parte, el Presidente electo ha reforzado su interés en replantear las políticas energéticas y medioambientales de EE.UU. No es novedad su escepticismo en estos temas, llegando a definirlos como una “estafa verde”, así como su apoyo a los combustibles fósiles, propiciando con ello, un aumento en la producción de petróleo y gas natural, con las consecuencias negativas que tiene ello en la lucha contra el cambio climático.
Finalmente, es relevante recordar que varias de las medidas propuestas por Trump ya fueron presentadas en las elecciones del 2016 y 2020, lo que podría generar cierta suspicacia en que éstas se puedan llevar adelante, con la salvedad de que, en esta oportunidad, cuenta con un congreso a su favor y una ciudadanía que lo apoya.
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