54 vueltas al sol

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El 4 de mayo y hasta fin de mes, la artista Isabel Klotz presenta en la Galería Marlborough su trabajo titulado Ma, un conjunto de obras que reúnen cerámicas, pinturas y acuarelas que retratan a una mujer llena de espiritualidad, donde la naturaleza, los viajes y su creencia esencial en la vida son factores primordiales.




Isabel Klotz tiene 54 años. A ella no le gusta que la encasillen por su edad, pero sí le gusta afirmar el hecho de que ha renacido 54 veces, que ha dado 54 vueltas al sol. Y es que esas vueltas han sido un viaje de bellas experiencias que se afirman en su alma. Un alma poderosa, que experimenta, que toca, que se desenvuelve como una sirena en Cáhuil, donde vive hace 5 años. De su currículum como artista no le gusta hablar; cierra los ojos y calla. Qué universidades, qué maestrías, 'bah'... Su corazón se llena de gracia cuando le preguntamos sobre su oportunidad de ser ciudadana del mundo; ha vivido en Berlín, en NY, en Tongoy, en Valparaíso. "Vengo de una familia de inmigrantes, entonces el viaje siempre existió. Comparar mundos. Ahora todo el mundo viaja porque ahora el mundo es mucho más chico, antes tú viajabas para conocer lo que no conocías. Ahora tu viaje es distinto al de antes, porque tu viaje ahora lo vas a fotografiar, lo vas a mandar a tus amigos, tú no viajas por descubrir lo desconocido, sino que viajas por conocer lo que ya se conoce. Cuando yo me fui a vivir NY, era otro viaje, no existían ni siquiera los mails. Era enfrentarte con tu soledad frente al mundo".

¿Y crees que de alguna forma en esta exposición expones un poco tu soledad? No es soledad, es otra cosa. Hay dos palabras en inglés: una es 'loneliness', y otra muy distinta es 'solitude', que no existe en castellano, pero es como escoger ese espacio, dar un paso atrás y la distancia con el ruido; eso sí se nota en mi trabajo. Es un trabajo tremendamente silencioso.

Estudiaste en la Universidad Católica, luego en NY, en Londres, además eres fotógrafa, ¿por qué te cuesta tanto hablar de tu carrera? No creo en las carreras. Lo mío es una profesión, es una cosa etimológica, viene de la palabra profesar, y profesar significa hacer. Me cargan las carreras. Creo más en la elegancia, que no es una cosa tan trivial como se entiende, elegancia es saber elegir; yo creo que es eso, que son los viajes. Hay viajes transversales, que son los viajes que son los que vas profundizando tu conocimiento, y lo que sucede en los viajes es que todo lo que es lenguaje aumenta, y mientras más lenguaje y más palabras en distintos idiomas, en inglés, en español, en mapundungún, en alemán, mientras más lenguajes manejes, mejor puedes decodificar todo; lo que tú sientes, lo que te pasa, la ropa que eliges, asimismo como tus imágenes. La elegancia, eso es la elegancia, saber elegir.

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VARIAS VUELTAS ATRÁS

¿Cuándo empezaste a ser artista? Me acuerdo, a los 9 años, caminando por la playa. Yo soy viñamarina, un pie en el agua y un pie en la arena. Y al caminar me iba dando cuenta de que estaba en un lugar geográfico, me imaginaba que en el mapa yo podía saber donde estaba. Y eso me hacía conectarme con el cielo, y más allá del cielo con el cosmos entero.

Luego una pausa.

Y lo que me han hecho las vueltas alrededor del sol, que yo llamaría así los años, cada año, me ha hecho comprender a cabalidad que vivo en el universo y que ser artista, aparte de ser jodido, es canalizar un lenguaje que sí existe, por algo la música o las películas son totalmente legibles por toda la gente. Lo que pasa es que están un paso más adelante que el lenguaje que es ya común.

¿Y en qué lenguaje estás ahora con esta muestra? Toda esta muestra se basa en la observación de la pluma de un pájaro, qué pasa con la pluma. Tú agarras una pluma y a la vez te vas a dar cuenta de que la pluma tiene un diseño, ese diseño no es casualidad, ese diseño lo genera el viento, la fuerza de gravedad. Yo vivo en un lugar que está lleno de cisnes de cuello negro, en un humedal. Y si sigues observando, te vas a dar cuenta de que tiene que ver con el viento y con el diseño que el viento deja en la arena cuando pasa. Cuando ha habido mucho viento en la playa y sales a caminar al día siguiente por ahí, la arena tiene unas marcas, esas marcas son la velocidad del viento que pasa, y la velocidad del viento tiene que ver con las plumas del pájaro. Yo surfeo, y cuando tú observas la marea, las olas, desde arriba, te vas dando cuenta de que el diseño de las olas tiene que ver con la velocidad, con el desplazamiento, que sí tiene que ver con la pluma. Y si tú estuvieras más arriba aun, te darías cuenta de que la rotación de la Tierra va generando todo el diseño, y la rotación de la Tierra tiene que ver con la relación del sistema solar, y el movimiento del sistema solar tiene que ver con el movimiento de la vía láctea, y este movimiento está al unísono con el movimiento del universo… O sea, todo se resume en inhalar y exhalar, que es como el latido del corazón que es eléctrico, un impulso eléctrico, funcionamos así. Todo y no todo. Y eso va generando la curva.

Por lo que me explicas, es un trabajo superespiritual,… parte de algo que uno toca, como las plumas de un pájaro, hasta llegar a la respiración, algo que se siente en el alma.Exactamente. No hay separación. Entre la naturaleza y el alma, entre tú y nada, estamos todos hechos de lo mismo, somos energía, somos vibración. Es tan increíble lo de la vibración.

La exposición se llama Ma, que es un mantra primario, en sánscrito. Significa el mantra esencial, es el mantra que te conecta con el Ma, con la esencia. No es casual que en la mayoría de las culturas que nosotros conocemos, mamá sea ma - má.

¿Entonces tu trabajo es una observación de la vida entera? Sí…. Nada cambia mucho. Tú naces con eso, lo pierdes y lo vuelves a encontrar. Te confundes con el metro, pagando cuentas, etc. Este trabajo tiene que ver con una doble ola, que se junta con otra, y tiene que ver con qué pasa cuando dos energías se juntan.

Es superesperanzadora tu exposición…

Sí, yo voy para los 120, ja ja ja. No exponía en Chile hace 15 años. Para mí significa volver a saludar a la gente que quiero. No me gusta figurar, es más que nada volver a entregarles algo de mi trabajo, despertar los sentimientos del trabajo que he hecho toda mi vida.

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