Cajita feliz
Sábado 17 de junio de 2017, edición N°736
Demasiado lejos de la promo diabólica de las cadenas de comida chatarra, apunto al tema de nuestro aniversario, el abrazo de las cosas simples, el hacer que la vida vuelva a lo real dejando lo virtual que tanto nos domina. Esos momentos donde la comida tiene ticket hace rato, creando satisfacciones, derritiendo, acurrucando.
El derretir no es al azar, porque el queso es vital a la hora de acoger, uno de los tantos significados de 'hygge'. La cosa de la chimenea (imposible en Santiago, pero logrémosla de alguna manera), el caldero, pancito. ¡Qué les digo! Heidi y el abuelo, otra vez en cuadro.
¿Qué hacemos con los quesos? De todo: pizza, fondue, salsas, raclettes, rellenos… es como infinito. Voy por agarrar pailitas chicas, base de queso y lo que se tenga a mano arriba, desde el merkén hasta el champiñón, tomate deshidratado, jamoncillo, anchoa, etc. Después fuego en cualquiera de sus formas y ya. Vayan a La Vinoteca, que ahora en sus dos locales tiene unas vitrinas queseras estupendas, un pan celestial de masa madre y harto para agregar. De paso vinito rico, pasaporte para calentarse, pero ya hablaremos de eso. Recién empieza el frío.
Acogedoras también son las preparaciones a fuego lento. ¿Carnes? El asado de tira en olla de fierro. Aceite de oliva, sellan las carnes, las sacan y echan dientes de ajo enteros machacados, cebolla, zanahoria, pimentones en juliana, granos de pimienta apenas golpeados y estamos. Unos minutos para que se asienten, entierran las carnes tocando el hueso con el fondo, tapan y cocinan 4 horas bien lentas o hasta que la carne se separe del hueso. Lo mismo para las aves, agregando vino y unos pedazos de panceta en la salteada. En verduras, zapallos enteros en el horno o los butternut partidos a lo largo con aceite de oliva hasta que estén blandos. Después hierbas varias, queso, gratinan y ¡¡¡tarán!!! Felicidad.
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