Con un pie en el futuro
Buenas nuevas. El Museo Histórico Nacional está comenzando a renovarse, a madurar en su quehacer y en su guión museológico. En este afán, la Colección de Artes Decorativas representa de punta a cabo el paso adelante que quiere dar el MHN. Su nueva mirada y el decir sí a una nueva década. Todo, a continuación.
En 1911 se fundó, frente a la Plaza de Armas de la ciudad de Santiago, el Museo Histórico Nacional (MHN).
Años de historia y coyunturas inmensurables han pasado por los pasillos del museo, exhibiendo distintas colecciones que tienen que ver con nuestro acerbo sociocultural e histórico como nación. Hoy, el año 2017, y con un nuevo director, el museo se hace un 'refresh' mirando al futuro y a lo que somos como sociedad. ¿Qué ocurre con la migración, o con los niños? ¿Qué pasa con el mundo indígena? Y así aparecen una serie de interrogantes cuyas respuestas no se pueden encontrar en el museo de un modo satisfactorio. No aborda estos temas; de hecho, genera una distancia con el visitante más bien. "Cuando asumí el cargo de director, el 2016, redefiní metodológicamente mi legado. Y ahí decidimos que el proyecto de un nuevo museo no es un edificio, sino que es un orden museológico distinto que implica un plan museológico, una política distinta de colecciones a la que tenemos hoy. Y un nuevo guion, que se convierte en una columna vertebral de todo nuestro quehacer", detalla Pablo Andrade, la cabeza al mando de todo esto.
El nuevo guion
El nuevo guion es una definición conceptual de cómo el museo abordará la historia del país, y ahí a Andrade se le vienen a la cabeza un montón de preguntas: ¿La historia del país nace con la independencia? ¿La Colonia se aborda, o desde qué prisma se aborda? ¿Qué pasa con el mundo precolombino? "Todo eso hay que definirlo, lo que es bastante complejo. Para eso levantamos datos de regiones de todo el país, con especialistas regionales que tienen una mirada distinta para poder hacer nuestro guion. Salieron cosas que se repetían, y eso es un insumo curatorial para nuestra política. Eso también implica sesgar colecciones que hoy día están un poco mezcladas", agrega.
Un dato implícito a saber: los guiones en los museos de todo el mundo tienen una revisión cada 10 años, y el del MHN lleva 20 años sin sufrir muchos cambios. "Por lo tanto nos damos cuenta de que no está respondiendo a las necesidades de la población actual. ¿Cuál es el deber ser de un museo hoy? Lo que nosotros buscamos es que el visitante reflexione al entrar".
La Colección de Artes Decorativas
La Colección de Artes Decorativas en el museo se clasificó como tal hace 12 años, sin embargo existe un revoltijo de distintas acepciones para ciertos grupos de objetos que a veces hace que sea una colección confusa en sus lineamientos. Están los objetos utilitarios, los que corresponden a herramientas, que solo los separa una línea delgada de diferencia. Y en eso está el equipo de esta colección del museo, que representa justamente el paso hacia adelante que está viviendo la institución hoy. La Colección de Artes Decorativas representa la vorágine por crecer, madurar y avanzar de la institución.
Natalia Isla es la encargada de colecciones de la Colección de Artes Decorativas y Escultura, y nos cuenta que sí, es una colección muy heterogénea, que existen muchos formatos y materialidades, sin embargo todos comparten la misma categoría de Monumento Nacional, "porque al ingresar a esta colección del MHN ya tienen esa categoría. Este año estamos en una revisión de la política de colecciones que se hizo en 2005, y los formatos están quedando obsoletos; hay nuevas tecnologías, entonces estamos planteándonos cómo miramos esta colección. Nos propusimos como equipo remirar la colección, esto bajo el paraguas del nuevo guion del museo en aras de su ampliación física", detalla la experta.
Es por ello que entre las iniciativas que está realizando la entidad pública se encuentra una serie de conversatorios relacionados con la Colección de Artes Decorativas que finalizaron el 14 de septiembre pasado, donde se invitó a connotados personajes ligados a las artes decorativas, la historia y el arte –como Ximena Pezoa e Isabel Cruz–, para crear un primer vínculo de diálogo entre especialistas y la comunidad. "Aprender, escuchar, opinar. La idea es abrir la cancha e interrogarnos cosas nosotros como equipo: ¿Qué objetos vamos a adquirir? ¿Qué entra, qué no, al concepto de artes decorativas? Tenemos que definir aspectos como temporalidad, a pesar de tener el concepto claro; por eso estamos invitando a debatir sobre el tema. De aquí al próximo año vamos a tener una nueva política de colecciones definida, porque creemos firmemente que las artes decorativas abarcan desde el s. XVI hasta el XX en este museo", afirma Andrade.
La riqueza de sus piezas
Hay muchas cosas distintas que se definen en un coleccionismo abarrotado. Son objetos utilitarios, otros conmemorativos, regalos oficiales entre presidentes, objetos utilitarios que pertenecieron a familias aristocráticas de la época. "Los objetos de artes decorativas se caracterizan por ser ricos en la iconografía, por su preciosismo en la factura, en la técnica refinada, la nobleza de los materiales; tenemos cosas de carey, plata, nácar. Las artes populares tienen, en cambio, técnicas artesanales, esa es la diferencia. Hay una cita de Octavio Paz que define muy bien lo que quiero decir sobre las artes decorativas: 'El valor estético se adquiere cuando el objeto deja de estar en uso, cuando el objeto se vuelve inservible'. Todos hablan de un pasado, están obsoletos", explica Natalia.
Y así es como este museo tiene algunas piezas de cristalería Yungay, fanales que también son parte de la Colección de Artes Decorativas; hay discos de vinilo, radios antiguas de los años setenta. Guardapelos, tembleques de la época de la Colonia. Hay cristalería Bacarat, juego de perfumeros, y más.
"Por último, me gustaría destacar al artífice que estuvo detrás del oficio de cada uno de estos objetos. Y eso es muy interesante, porque la persona que lo hizo está invisibilizada, casi siempre son anónimos. También son aporte a la historia nacional, eso es una cosa que el museo también tiene que revelar. No solo quedarnos en la esfera de lo aristocrático. Las artes decorativas son producto de un proceso histórico que pasa por el oficio, por una jerarquización de las clases sociales, donde participan las clases más bajas para llegar a un resultado que son objetos preciosos que adornan estas casas de la aristocracia. Activar la memoria, al visitante, eso intentamos hacer, que se den cuenta de que detrás del objeto hay muchas historias que se entrelazan. Si no, nos quedamos con una visión de museo muy sesgada", termina Isla.
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