Dominga Vergara: Interpretando Berlín

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Su nuevo trabajo se expone este mes en la ciudad alemana como parte del colectivo de artistas chilenas en la feria de arte contemporáneo NordArt.




Dominga está de paso por Santiago, unos días de vacaciones la trajeron de vuelta desde Alemania, donde vive desde 2015 y no ha parado de exponer. Le ha ido bien, cuenta, y está feliz. "Estar en NordArt es un orgullo, hasta hoy he expuesto 6, 7 veces desde que llegué acá, estoy vendiendo y me ha ido bien", resume.

No sabía hablar alemán, pero se fue igual. "Tenía el bichito con Berlín, el área artística ha agarrado mucho vuelo", dice, y por eso partió y en poco tiempo ha conseguido buenos resultados. Primero expuso en la embajada chilena y luego consiguió una galería que la gestionará. "Soy busquilla, imprimí miles de CV y me dije 'voy a ir a todas las galerías personalmente, no puedo estar tan loca, mi trabajo en alguna parte tiene que quedar'. El amigo, del amigo, del amigo vio un cuadro mío, se lo comentó a la galería, me escribieron, mandé mis cosas y empezamos a trabajar. Me quieren mucho, he trabajado harto con ellos, para el fashion week, por ejemplo, me postulan; me tienen dentro de los preferidos por así decirlo". Se refiere a Kunst100, con quienes ha trabajado fuerte el 2016: Pieza I, Neonchocolate / The Arts Festival, KunstFest II, Jägermeister Germany Kunst, edición limitada de botellas para la marca y KunstFest I el 2015.

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NordArt

Por estos días esta artista titulada de la Universidad Finis Terrae se presenta en NordArt, una de las ferias importantes de arte contemporáneo de Europa. Es parte de 12 Artistas Chilenas Contemporáneas, el equipo nacional del que forman parte también Jacinta Besa, Luisa Granifo, Constanza Ragal, Dominique Urnia, entre otras. Postulada por la gestión cultural de la Embajada de Chile, Dominga quedó seleccionada para la feria, entre más de 3 mil artistas de 99 países. "Es un colectivo superpotente. Yo voy con un cuadro ("Synchronic space"), que habla de la deconstrucción, de mi percepción de la ciudad, de lo que está pasando y cómo lo plasmo y lo voy sobreponiendo en planos... vas caminando por la calle y te vas llenando de energía, de información, es cómo te vas integrando en la ciudad, creando tu propia percepción y visualizas lo que está pasando, desde el arte hasta los refugiados.

¿Y cómo ves ese Berlín hoy? Yo creo que hay mucha energía, muchas cosas pasando. Es como el París de los 20, Nueva York de los 80, no solo en la pintura, se están movilizando mucho las energías en todas las disciplinas, música, literatura, teatro. Está muy cosmopolita, hay mucha gente joven, pasan cosas. Se viven cosas fuertes. Ves desde la fiesta que es superfuerte en el tema drogas, hasta la gente vulnerable en la calle que está en nada, hasta la gente que está bien parada en la sociedad. Ahora en junio voy a mostrar dos cuadros, expongo en galería Somos Art House, también en la línea de la deconstrucción, planeamiento de percepciones, de lo que está pasando, mi propio proceso personal, las emociones.

¿Lo que estás viviendo en tiempo real? Exacto, cómo me voy relacionando con los diferentes mundos dentro de la vida de la ciudad. Creo que mi trabajo con los refugiados me ha puesto mucho los pies en la tierra, me hace ver lo que está pasando a nivel mundial.

¿De qué se trata tu trabajo con los refugiados? Yo trabajo con los niños en Albatros, una ONG; estoy haciendo un proyecto de arte, Guernica, un cuadro de 3 x7 m en base a un trabajo de hablar con ellos; al principio con traductores, con mímica, ahora ya en alemán. Les hago clases. Les pongo conceptos: el hogar, felicidad, etc., y cómo ellos lo perciben y lo van dibujando. Hice una composición nueva a partir sus dibujos, por ejemplo un barco que va de Siria a Turquía, a Europa, un corazón roto, la guerra, los alimentos, etc. Habla de la vida en Siria y Afganistán, antes, (la felicidad) y su vida en Berlín. Yo hice mi tesis en factores protectores a través del arte, entonces les inculco cómo tener herramientas de fortaleza, autoestima, de todo tipo de cosas, a través de la pintura.

¿Qué te impresiona de todo eso? Yo creo que ellos (los refugiados) se sienten identificados un poco conmigo, en el sentido de que yo también vengo de afuera; no son las mismas circunstancias, pero no hablar el idioma, no insertarse en la cultura, no tener tus raíces. Lo que más me impacta son sus ganas de involucrarse en la sociedad y las dificultades que tienen para realizarlo.

¿Cómo se traduce todo esto en tu pintura, en qué elementos, por ejemplo?

En una pugna entre lo pictórico, los planos de pintura de color y lo gráfico. Porque es totalmente abstracto. Hay una pelea entre estas dos fuerzas y llegan a un equilibrio que al mirarlo te genera una energía especial, dan ganas de observarlo, meterte adentro, pero al mismo tiempo hay inquietud, está en constante movimiento.

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