Econciencia: La ropa

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Sábado 16 de septiembre de 2017, edición N°749




Una segunda piel, una que podemos cambiar a gusto, ya sea por imagen, moda, trabajo, ocio, estación del año, jerarquía, ceremonias, etc. El problema es que esta se adquiere con más frecuencia y necesidad de la requerida, transformándose al final en un problema. Los clósets se repletan con vestimentas que no se usan, estas con suerte se donan o se botan, generando otro problema en los vertederos ya colapsados. Muy rara vez se reciclan, especialmente las elaboradas con tejidos sintéticos como el poliéster.

Hay países que exportan ropa usada a países de menos recursos para ser vendidas a muy bajos precios, con ello liquidando muchas empresas textiles locales, dejando sin trabajo a muchos. Otros producen ropa de dudosa calidad en grandes cantidades para grandes tiendas (luego se pone algún logo de marca). En estos casos con el fin de bajar los costos se produce en países pobres y con deficientes leyes laborales; allí los trabajadores aceptan laborar por falta de alternativas, con unos salarios pésimos. Aquí ganan solo los intermediarios, los cuales para mantenerse vivos deben recurrir a ingeniosas propagandas y dudosas liquidaciones convenciéndonos de que es necesario estar a la moda, cambiando los productos cada mes. Desafortunadamente para todos, el consumo de ropa denominada 'low cost' ha subido los últimos años.

La industria de la moda es una de las más contaminantes, se estima que el 20% de los vertidos químicos que se hacen al agua provienen de este sector y muchas de sus telas son imposibles de reciclar. Ya se ha comentado que la energía más ecológica es la que no se consume, pues con la ropa pasa algo similar. Por muy atractiva que sea la ropa nueva, y buena sea la intención, siempre será un derroche de materias primas si no obedece a criterios funcionales. Es ideal preferir vestir con ropa que está hecha para durar, algo totalmente opuesto a la filosofía de la moda rápida que propone un estilo de vida basado en el consumo desmesurado y en la idea 'de usar y tirar'. La moda sostenible reniega de esas prendas baratas hechas para durar apenas una temporada, lo que supone un importante problema ambiental. En este aspecto, la moda sostenible está más ligada al mundo de 'slow fashion', aquella que se compra para que dure.

Por otra parte, el 'upcycling' es otra forma de crear moda sostenible. Se basa en la idea de confeccionar una prenda a partir de otra ya existente, usar restos de prendas, residuos y otros materiales en desuso para crear un producto atractivo y de mayor valor que pueda usarse de nuevo, y que por tanto debiera prediseñarse como tal.

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