Editorial

Ya estamos de lleno en el segundo mes del año, y cuando pensamos en febrero la palabra vacaciones debe ser a lo que más se asocia. A pesar de que muchos están optando por salir en enero o incluso diciembre y marzo, febrero sigue siendo el mes ícono del relajo. Almuerzos largos, tardes conversadas y ponerse al día con amigos que hace tiempo no vemos son parte de los rituales. Los dos espacios que elegimos para este número grafican lo anterior y más: la casa de Caroline Cable, amable, cercana y llena de vida como su dueña; ya hemos publicado su cocina en Santiago y otros proyectos hechos por su oficina y siempre el resultado sorprende por lo acogedor, por lo alegres que son gracias al uso de telas y papeles estampados. Su casa además debe oler rico, ya que es conocida por su buena mano y pasión por la cocina.

La segunda es una casa que gracias a una muy buena renovación recuperaron espacios exteriores que antes estaban subutilizados; quincho, piscina, vistas y mucho asado es la fórmula que esta familia descubrió para reunir a familiares y amigos.

Pensando siempre en la casa de veraneo, investigamos qué pasa con los jardines, puntualmente con el uso o abuso de agua, ya que la constante es que cada año el país se ponga más desértico. En palabras simples les explicamos cómo reciclar las aguas grises, aguas que no presentan ningún problema para ser usadas en riego y que si no van a parar directo al alcantarillado o fosa, perdiéndose. Fácil de hacer en un proyecto nuevo, pero tampoco imposible en uno ya hecho, también les proponemos plantas locales para sumar a los jardines, lo bueno es que ya están adaptadas a la realidad hídrica.