Editorial
6 de octubre de 2018, edición N° 804
Hemos estado con una primavera inestable: días lindos, de calor, y luego lluvia y frío intenso que obligaron a muchos a prender calefacción, algo que al menos yo ya había desterrado hasta el próximo invierno. Pero después sale el sol y uno se acuerda de lo lindo que se ve Santiago con brotes verdes y algo de nieve en la cordillera. Y porque es primavera, y el cuerpo lo sabe, es que este número lo pensamos completamente en exteriores, pero no solo para el disfrute visual. El placer de meter las manos en la tierra y ver cómo nacen cosas nuevas y buenas es mucho más gratificante que solo sentarse en una terraza a contemplar el horizonte. Y si esa huerta además nos alimenta de manera sana y estacional, no solo estamos generando un ahorro económico importante, también nos garantiza su origen. Les presentamos dos ejemplos de huertas dignas de copiar, ambos llegaron a los cultivos desde distintas rutas pero el resultado es similar, aunque en escalas diversas. La gracia de ambos es que no hay vuelta atrás; al revés, mientras más cultivan, más proyectos paralelos relacionados han ido generando, transformando una buena idea en una forma de vida.
Por el lado de la arquitectura y el diseño les mostramos tres propuestas de quinchos, que van desde una rica terraza con una buena área para parrillar –gracias a las nuevas parrillas inoxidables, estas pueden estar instaladas año corrido– hasta la construcción independiente con techo y puerta, alejada de la casa y que por lo mismo permite una dinámica propia, más relajada y divertida. También les mostramos un proyecto en Barcelona que nos encantó; trabajan con flores y están en una antigua fábrica transformada en taller. Su propuesta es amplia y diversa como el techo que los abriga, y por lo mismo difícil de definir.
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