Esperanzas de descentralización

Santa Olga fnt

Cuando falta un poco más de dos semanas para que se cierren las postulaciones al Premio Aporte Urbano (20 de octubre), junto a ganadores y a quienes fueron parte del jurado que los reconoció, revisamos dos categorías fundamentales. Integrando los anhelos de la comunidad que hará uso del proyecto, entendiendo muy bien el emplazamiento y sus necesidades específicas, saliendo de los límites de Santiago, así es como se gana el PAU.




Sebastián Correa era una de las 21 personas a bordo del C-212 Aviocar de la FACh que cayó al mar en las proximidades de la isla Robinson Crusoe en septiembre de 2011. Su padre y su hermano continúan el trabajo de Correa 3 –la oficina de arquitectura que los tres formaron en 1999– y bautizaron con su nombre la biblioteca del Complejo Educacional Santa Olga, proyecto por el que recibieron el Premio Aporte Urbano 2019 en la categoría Mejor Proyecto de Equipamiento. El gesto no es solo un homenaje al hermano e hijo que perdieron, también simboliza el compromiso de la oficina con obras de vocación social –especialmente en el ámbito de la educación– y en particular la relación que mantienen con Fundación Desafío Levantemos Chile. De alguna manera también enlaza dos grandes tragedias –la de Juan Fernández y el incendio que devoró a Santa Olga en enero de 2017– con una propuesta que mira hacia nuevos comienzos.

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La estrategia de diseño aplicada en el Complejo Educacional Santa Olga consiste en una especie de abrazo a esa comunidad afectada por un gigantesco incendio en 2017.

“Pensamos en un colegio de emergencia que se levantara rápidamente con un sistema modular. Eso avanzó hacia el encargo de desarrollar uno definitivo. Se asignó un terreno y comenzamos a armar esta estrategia proyectual que es una suerte de gran abrazo a estas familias, a estos niños que quedaron en una situación totalmente desamparada. Desde el acceso al liceo se da una especie de secuencia que abraza la prebásica y comienza el camino formativo hasta llegar a la media, para que finalmente el colegio te suelte hacia tu futuro”, dice el arquitecto Eugenio Correa, de Correa 3. Con el propósito de entregar un proyecto del mayor nivel posible, convencidos de que hoy la enseñanza debe ser comunitaria y colaborativa, decidieron no separar los patios de básica y media generando un espacio donde todos se ven y todos comparten.

Con relación a este reconocimiento que se otorgó al Complejo Educacional Santa Olga, a Humberto Eliash, presidente del Colegio de Arquitectos, quien participó en esa votación, le gustaría destacar primero la tendencia que se observa en el premio PAU: hacer participar y premiar proyectos en regiones, saliendo de la gravitación que tradicionalmente ha tenido el área metropolitana de Santiago: “Es una buena señal que abre esperanzas de una descentralización en la actividad de la arquitectura y la construcción. Hay que seguir en esa línea de buscar y reconocer proyectos en regiones hechos con recursos y actores locales, con las comunidades. Es imperdonable que no sepamos ver y premiar toda la larga diversidad que tenemos en nuestro territorio”. Entre muchos méritos de la obra de Correa 3 -construida por CMG-, destaca su valor como parte fundamental en la reconstrucción del tejido urbano y social de Santa Olga, tras el gigantesco incendio que sufrió. “Esta escuela con toda seguridad es mucho mejor que la que perdieron. Es realmente un proyecto muy lindo, muy armónico con el lugar. Está hecho con una materialidad muy robusta que incorpora la madera, dando una nueva lectura en un sector eminentemente forestal”.

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La madera es uno de los recursos más importantes en la zona y es una de la materialidades empleadas en el proyecto, ahora tratada con tecnologías ignífugas.

Ganar la categoría Mejor Proyecto de Equipamiento significa para Eugenio Correa tener luces sobre el trabajo que su oficina realiza con cariño y, sobre todo, empatía: “Empatía con el encargo, el contexto y la comunidad. Nos propusimos entregar el mejor nivel arquitectónico, pero sin implicar más costos. Más aun cuando todo el colegio fue producto de donaciones. El premio PAU es una enorme gratificación y alegría y nos motiva a seguir en proyectos de colegios rurales de alta calidad, donde existe un déficit importante”.

Postulaciones 14 de septiembre al 20 de octubre, hasta las 23:30 hrs.

Preselección 21 de octubre hasta 23 de octubre.

Evaluación del jurado 26 de octubre hasta 9 de noviembre.

Deliberación del jurado 10 de noviembre.

Anuncio de nominados 12 de noviembre.

Premiación 19 de noviembre.

Bases y postulaciones en www.premioaporteurbano.cl

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