La evolución de Cristián Donoso
Unos cientos de miles de horas. Así calcula el reconocido mueblista el tiempo que ha dedicado a reflexionar sobre su actividad y los conceptos y valores que involucran su trabajo. Pero más que pensarlos, Cristián Donoso los ha vivido: "No vas a sacar mayores conclusiones sobre los procesos de la madera sin vivirlos. Cuando llevas 25 años trabajando en un taller y estás atento a los mensajes, lo que dice ese proceso, se da una conversación que se llama experiencia".
La primera etapa podríamos llamarla 'del artesano'. Son esos años posteriores a la escuela de artes y oficios donde aprendió la mueblería clásica, incluso la colonial. "Me dediqué 15 años a adquirir las habilidades manuales necesarias. Junto con eso, de manera personal, comenzó mi preocupación por las terminaciones", recuerda Donoso sobre esos tiempos.
Luego aparecieron los proveedores, los insumos, los costos asociados, y él tuvo que aprender sobre finanzas y asuntos tributarios. Entró al mundo de los negocios y comenzó la segunda etapa, la 'del empresario'. "Ya no se trataba de una persona que quería comprar un mueble para su casa, era una empresa que quería comprar varios y obtener una ganancia".
Cristián Donoso cree que hoy no podría estar entrando a una tercera etapa sin haber pasado por las dos anteriores. De hecho lo agradece: "Cualquier acorte de camino habría sido un riesgo mayor y habría significado tener menos peso específico. Creo que son etapas lógicas y me siento conmovido de llegar a esta situación. Conservo una parte del mueble clásico que aprendí a hacer y adicionalmente hago una propuesta que tiene que ver conmigo; se trata de un mueble básico, elemental, muy simple pero con todos los conocimientos que tengo; con una opción rústica que llamamos étnicos y una contemporánea. Todas las técnicas manuales que aprendí las apliqué en líneas más limpias, con materias de primera calidad, tratadas de otra manera, pero con la misma base".
Desde el entendido de que puede interpretar grupos de personas, identificar necesidades desde la función y adicionar estética, se siente con la libertad y la opinión personal necesarias para entrar en la etapa 'del diseñador'.
Los materiales siguen siendo los más nobles disponibles en Chile y en el extranjero, como lenga o raíz de nogal. Usa las pátinas de los muebles que lo han hecho conocido, mezclas de goma laca con poliuretano, también muchas terminaciones con pinturas al agua. "Hay muchas pátinas de por medio. Hay un hilo conductor con lo que hacíamos y seguimos haciendo". Dentro de esta línea moderna –con que sorprende a los conocedores de su trayectoria– se despejan un poco las decoraciones, cada pieza adquiere un valor propio. "Son menos elementos y cada uno tiene una utilidad. Nada sobra. El uso de materias primas tremendamente nobles toma un papel sumamente protagónico. El ebanista respeta la materia prima como una herramienta fundamental; no es la mano del maestro la que predomina como en los muebles clásicos".
Como siempre recibe requerimientos de muebles a pedido, pero en este momento se concentra en fortalecer colecciones propias, donde hay cabida para pequeñas modificaciones propuestas por los clientes. Estas colecciones involucran una línea contemporánea, una rústica y una clásica, porque de acuerdo a su experiencia en Chile ni en ninguna parte la gente se inclina por un solo estilo: "En los 25 años que llevo haciendo muebles nadie me ha pedido que todos los muebles para su casa sean del mismo estilo. En ese sentido, todo el mundo es ecléctico. La diferencia es que no todos eligen bien". cristiandonoso.com
"Solo trabajamos con madera sustentable. Buscamos que el árbol cumpla un segundo objetivo de vida. Que ese mueble pueda pasar a tus hijos, y quizá a los hijos de tus hijos. Si yo me fuera a morir y me dijeran que van a hacer eso conmigo me sentiría bastante en paz. El margen de trabajar con madera no sustentable es irracionalmente chico como para ser parte de la deforestación", dice Cristián Donoso.
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