Poder natural
BEBESTIBLES DEL MOMENTO. Algunos las tildan de modas, otros las tienen hace mucho entre su rutina. Lo indiscutible es que pasamos por un tiempo en que la preocupación por el cuerpo, interno y externo, es un continuo reflote de información sobre tés, raíces, frutos y hierbas, nuevos alimentos aunque sean milenarios y sus usos también. Hoy el mundo enloquece con el matcha, kombucha, cúrcuma y varios más. Abrimos botiquines naturales, buscamos dónde los ofrecen, los preparamos.
Hablar de qué viene para este 2017 en el tomar es decir una sola ondera palabra: nitro. Una forma de servir y producir bebestibles de manera diferente y muy agradable al paladar. Hablamos de, visiblemente, un producto (infusión, café, té) frío que sale de un sifón o un grifo mezclado con nitrógeno líquido, lo que crea una burbuja ínfima que convierte el líquido en una bebida cremosa, suave, espuma tersa y bella como la más sana de las cervezas.
El año pasado fue el momento del café nitro. Un hit en el planeta que acompañó las temporadas estivales. Ahora se espera la entrada del té nitro y de todo tipo de infusión. Aquí, en la 3841 Coffee Roaster, una barra de café frente a una barbería sobre la calle Lastarria, están haciendo y deshaciendo con el nitro. Ponen café, obvio, son tostadores y lo suyo es este grano, pero también se atreven con nitro de mate (hace mucho considerado el levantador herbal del sur del planeta) o incluso jengibre y demases. Vayan a darse una vuelta. Métanse en esta sana cremosidad y háganse adictos a este BB, beneficioso beber.
CASEROS. Ahora, si vamos a hablar de cosas que comprar y hacer en casa, hay dos palabras que debe anotar: cúrcuma y maca.
Las dos se pueden tener en polvo, sin embargo ahora, y gracias a la venta de productos peruanos, la cúrcuma se encuentra fresca, aromática y poderosa en La Vega y mercados con venta de productos de ese país al que por cierto le llaman palillo, lo usan gastronómicamente y es físicamente casi igual que un jengibre. La maca, por otro lado, es una planta del altiplano, consumida ancestralmente, fuente de energía y fertilidad, entre otras cosas. A muy reducida y simplificada receta, es una cucharadita que se le puede agregar, tanto cúrcuma como maca, a todo yogur, leche, batido que se vaya a hacer. De hecho, es mejor que predomine otro tipo de sabor (sobre todo con la maca) y que solo se apueste por sus aportes, no por gusto como pasa con la cúrcuma, que a pesar de teñir todo con su amarillo anaranjado característico, deja un sutil sabor a las preparaciones.
A la cúrcuma y su uso ahora se le llama Golden Milk, la leche de oro, el efecto colorinche que da cada vez que se usa. Es el antiinflamatorio por excelencia, solo basta con poner en la juguera un trozo, luego leche o yogur, alguna fruta y ya está. Casi lo mismo que con la maca (a la venta en yerberías o tostadurías) que, cuidado, llega a acelerar el pulso si se empieza con demasiado o no se controla la dosis y, sépalo, de que despierta, embala y energiza, ni lo dude.
Otro poderoso es el conocido cacao, tan usado en repostería y tan poco manoseado en sus propiedades. Hasta ahora, claro, cuando un montón de productos lo ofrecen puro, sin agregados artificiales y por lo mismo potenciando sus beneficios: levantar, energizar, poner pilas cuádruple 'A' si se quiere. Tan sencillo como comprar uno puro y agregarlo a batidos o jugos, leches, etc.
En la misma escena energética hay otro famoso que anda por los laureles y harto mérito que tiene: la kombucha, no es más que cualquier té fermentado, al que literalmente le sale un hongo (llámese tela densa) que potencia, acidifica y concentra su sabor y lo transforma en más beneficioso. Si lo hablamos en términos básicos, la kombucha agrega con y por su hongo, más flora intestinal, por lo tanto, mejor digestión y estado de esa parte del cuerpo. Potencia el sistema inmunológico y una serie de mejorías y limpiezas.
Hubo un momento aquí y en los noventa que empezó una suerte de esoterismo natural que repartía té con un hongo al que le salían 'hijos', los que se entregaban y seguía la producción. Pues bueno, eso es una especie de kombucha que varios en esa época tomaban o lo tildaban de vinagre.
En otra parte del globo la kombucha vivía una realidad distinta, era algo así como el energizante que tomaban los hippies, sobre todo en Europa, para fiestear, porque puede llegar a tener 4% de alcohol ya que es un fermento. Más hacia Oriente, su lugar de origen, tiene cargas espirituales, de continuidad, es un producto que parte de un hongo madre que se alimenta (con té) por el resto de la vida. Desde hace más de 3.000 años que la consumen como poderoso potenciador de la salud y la energía.
El asunto es que hoy la kombucha es mirada como el bebestible cotidiano que hace bien. Muchos lo elaboran caseramente, otros lo compran, pero dentro de, es como un té frío –ácido y fuerte– que beber. También hay embotellados de distintas marcas y diferentes tés, algunos saborizados con jugos de frutas, stevia y demases. En La Fraternal (Holanda 3363), reino natural donde todo sabe más rico, venden algunas, esas botellas con las que se puede empezar, ver efectos, optar por algo fácil y sabroso que consumir. Lastarria 288
Y de pronto aparecieron un montón de alimentos verdes cuando no lo eran por naturaleza. Ese juego cromático destacó –y todavía– en los instagram comestibles mundiales, esos que van poniendo bocados callejeros, platos en restaurantes y obviamente tazas, las mismas que empezaron con los cafés de especialidad y que hoy se visten de Hulk. De hecho, si seguimos con la comparación del superhéroe, a estos comestibles verdes –desde un batido a una torta, pasando por una pasta, salsas, guisos y lo que se pueda ocurrir– se les otorga tanto o más poder que el de los desorbitantes músculos del dibujo.
Ese tono es el matcha, literalmente té en polvo en japonés, el punto principal de la 'ceremonia del té' en dicha isla que, a diferencia de los otros tés verdes, tiene un cultivo mucho más cuidado y delicado que parte en su crecimiento cubierto, selección a mano, secado con vapor y luego pulverizado, dando un producto que se diluye en agua (ahora en mucho más) y se consume completo, distinto a todo el resto de los tés donde se usa la infusión de las hojas descartándolas una vez utilizadas. Esto hace que su nivel de antioxidantes esté en una proporción de 1 es 10, es decir, una taza de matcha equivale a 10 de té verde común, previniendo el envejecimiento, reduciendo la inflamación, ayudando a perder peso, relajando y hasta combatiendo el cáncer, según dicen.
Entonces Hollywood se enamoró y las fotos se millonizaron, haciendo que toda una industria se tornara verde, promoviendo su consumo (como dijimos, mucho más allá de una simple taza) con un montón de preparaciones bajo su hechizo. El efecto moda, claro está, pero a la vez su indiscutible beneficio que ha servido para potenciar creatividades y controlar un poco su valor, que por cierto es mucho más caro que cualquier otro té que quieran tomar. Pero sí, es rico. Y sí, está de moda y es saludable.
Mientras vemos este contagio buscamos dónde está en Santiago y llegamos a Milagritos, el salón de té que hace siete meses inauguró en José Miguel de la Barra 848, hijo de la tienda homónima en la calle Huérfanos abierta hace una década. Aquí encontramos tres preparaciones verdes: Matcha Latte, un rico té mezclado con leche (hay varias), espumita y buen sabor profundo. También y como parte de sus Batidos Funcionales, el rey del verano con matcha, yogur natural, leche de soya orgánica, mango y hielo, endulzado con estevia natural. A veces tienen cupcakes de matcha, fácilmente distinguibles si se vuelve a pensar en Hulk.
Si andan con ganas de experimentar, piensen lo siguiente: el matcha es un polvo. Si quieren una taza de él solo hay que echar una cucharadita, luego agua a 80 °C (antes de que hierva) y lo revuelven con un tipo esterilla o batidor para que se disuelva. Si lo quieren para divertirse con otras preparaciones tipo queque y demases masticables, solo suéltense usándolo como polvo. Lo venden en Adagio y varias otras teterías.
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