Autoridades norteamericanas cuestionan solución de Ford a fugas de combustible en Bronco Sport y Escape
La marca del óvalo realizó un recall para evitar incendios, pero la NHTSA cuestona que se haya atacado la raíz del problema.
Los llamados a revisión son comunes en la industria automotriz, ya que cualquier indicio de un potencial problema puede transformarse en una bomba de tiempo si el problema es muy grave, con miles de autos circulando por las rutas del planeta. Es por esto que cuando se descubre una falla que puede afectar la integridad de las personas, las marcas están obligadas a ofrecer la cobertura necesaria para que esto no pase a mayores.
Esto le pasó a Ford hace algunas semanas, cuando levantó una alerta para dos de sus modelos, Bronco Sport y Escape, por un posible riesgo de incendio debido a una fuga de combustible que podría producirse en el motor 1.5 litros, producida por la posible formación de gritas en los inyectores de combustible, que, al entrar en contacto con superficies calientes del motor, podrían derivar en un incendio.
Ante esta situación, Ford implementó un retiro para los vehículos afectados y propuso una solución que incluye:
- Actualización del software de control del motor: Esta actualización buscará detectar caídas en la presión del riel de combustible. En caso de identificar una, el software desactivará la bomba de combustible de alta presión, reducirá la potencia del motor y disminuirá las temperaturas en el compartimento del motor.
- Instalación de un tubo de drenaje: Este tubo permitirá que el combustible que se escape de un orificio de drenaje en la culata se drene al suelo debajo del vehículo, alejándolo de potenciales fuentes de ignición.
Investigación en curso
Hasta aquí, vamos bien. Eso al menos en la teoría, ya que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) ha abierto una investigación para evaluar la idoneidad de la solución propuesta por Ford. La principal preocupación de la agencia radica en que la solución no contempla el reemplazo de los inyectores de combustible agrietados, lo que podría dejar latente el riesgo de incendio. Es decir, se atacan las consecuencias del problema, pero no el defecto que lo provoca.
Ford aún no ha emitido comentarios al respecto, pero se espera que pronto pueda dar una versión oficial para resolver este potencial defecto en unas 43.000 unidades producidas entre 2022 y 2023.
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