La industria automotriz teme sufrir como Huawei con las políticas de Trump
Así como ocurrió con Huawei, el presidente estadounidense quiere catalogar como amenaza a la seguridad nacional las importaciones de vehículos, lo que causaría enormes problemas en la industria automotriz.
La tensión entre Estados Unidos y China sigue escalando, lo que se refleja en la decisión de Google de bloquear los sistemas operativos a Huawei. Pero no sólo en el terreno de la tecnología se aprecia la fuerza que quiere imponen el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sino también en la industria automotriz, desde donde se ve con bastante preocupación los próximos pasos del líder republicano, quien declaró que algunas importaciones de vehículos y partes suponen una amenaza para la seguridad nacional. Eso sí, optó por retrasar hasta en seis meses la decisión de si imponer nuevos aranceles para así ganar tiempo en las negociaciones con la Unión Europea y Japón.
La medida que quiere instalar Trump a los vehículos extranjeros importados de algunos de sus aliados más cercanos no tiene precedentes y provocó la molestia de fabricantes, concesionarios y gobiernos extranjeros, tras conocerse un documento de la Casa Blanca que indicó que promovería cuotas de exportación voluntarias de automóviles de socios comerciales. Otra estrategia de Trump que busca repetir lo que logró con Huawei.
Toyota Motor Corp, que en marzo anunció una inversión de 13.000 millones de dólares en Estados Unidos hasta 2021, calificó la medida como "un importante retroceso para consumidores, trabajadores y el sector, que envía el mensaje de que nuestras inversiones no son bienvenidas".
"El caso está claro: los autos no amenazan la seguridad nacional", dijo en un comunicado la cámara empresarial Alianza de Fabricantes de Automóviles. "Nos preocupa profundamente que el gobierno siga estudiando la imposición de aranceles sobre los autos. Al elevar los precios de autos en general y los costos de reparaciones y mantenimiento, los aranceles son en esencia un enorme impuesto a los consumidores".
Cabe señalar que las exportaciones de vehículos a China ya viene a la baja en el último año, pasando de 262.500 unidades en 2017 a 164.000 en 2018, en gran medida por los aranceles de 25% que China impuso como represalia a vehículos estadounidenses de julio a diciembre de 2018. A pesar de la caída, China sigue siendo el segundo mercado más grande para la exportación de vehículos hechos en Estados Unidos y estaba en evaluación la disminución de aranceles.
Sobre esta compleja situación que se avecina, Don Stewart, vicepresidente ejecutivo de relaciones públicas de la Asociación Global de Fabricantes de Autos , dijo que las exportaciones caerán todavía más cuando China inevitablemente tome represalias por el aumento de aranceles más reciente del gobierno de Trump. "El impacto en el mundo real es que menos autos hechos en Estados Unidos serán enviados al extranjero y eso tiene un efecto en los obreros", dijo Stewart.
Europa no quiere repetir el caso Huawei
La preocupación por los siguientes pasos que dará la Casa Blanca es alta. La Comisaria de Comercio europea, Cecilia Malmstroem, precisó que "rechazamos completamente la idea de que nuestras exportaciones de automóviles sean una amenaza para la seguridad nacional. La UE está preparada para negociar un acuerdo comercial limitado incluidos los automóviles, pero no un comercio administrado ilegal para la OMC".
Las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) prohíben las restricciones voluntarias a la exportación y la UE ha dicho repetidamente que no aceptará ningún cupo para las exportaciones de automóviles.
La decisión de Trump, al menos por ahora, evita lo que se perfilaba como una nueva escalada en las guerras comerciales, incluida una con China.
Trump continuó el viernes atacando a las importaciones de la UE. "Tienen barreras comerciales. No quieren nuestros productos agrícolas, no quieren nuestros autos. Envían Mercedes-Benz aquí como si fueran galletas", dijo a un grupo de agentes de bienes raíces. "Envían BMW y no les cobramos impuestos".
El presidente enfrentaba un plazo límite del sábado para tomar una decisión sobre las recomendaciones del Departamento de Comercio para proteger a la industria automotriz de Estados Unidos e imponer, por motivos de seguridad nacional, aranceles de hasta el 25 por ciento.
Trump ordenó al Representante de Comercio, Robert Lighthizer, que prosiga las negociaciones con la UE, Japón y cualquier otro país que considere apropiado e informe en 180 días. Si no se llega a un acuerdo decidirá "si se deben tomar medidas y qué medidas".
Fuente: Reuters
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