La Hilux busca darle nueva vida a Toyota

Toyota Hilux

La octava generación de la camioneta arribó a Chile y espera vender 600 unidades mensuales.




No quedó nada de la Hilux que conocimos hasta su séptima generación. Bueno, se salvó el nombre. Claro, porque la totalmente nueva pick-up de Toyota asoma con una misión y visión nada despreciable: instaurar una nueva era en el segmento de camionetas, exhibiendo y demostrando credenciales que la catapulten como un referente en la categoría.

El menú en Chile es acotado, pero muy completo: cuatro versiones equipadas con dos posibilidades de motorización diésel de la serie GD, totalmente nuevas. El motor 1GD-FTV de 2.8 litros cuenta con 174 caballos de potencia y 450 Nm de torque, y el 2GD-FTV de 2.4 litros eroga 148 Hp, con un par máximo de 400 Nm.

Gracias a mejoras aerodinámicas, de peso y uso de materiales, Toyota promete hasta un 10% de mayor eficiencia de combustible en comparación a los registros obtenidos por la generación relevada. Ambos propulsores cuentan con un turbocompresor de geometría variable, intercooler, que fueron capaces de responder con aplomo durante una toma de contacto efectuada en los parajes desérticos alrededor de San Pedro de Atacama.

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El evento de presentación permitió que obtuviésemos una impresión de manejo de tres de los cuatro componentes de la gama que habrá como oferta disponible en Chile: 4×4 con motor 2.4 litros y caja manual de seis velocidades ($ 19.890.000); la 2.8 con transmisión manual de seis marchas 4×4 ($ 23.790.000), y la tope de línea, que es la 2.8 litros, 4×4 y caja automática de seis relaciones ($ 26.990.000). Sólo faltó la versión de entrada, que equipa el motor 2.4, tracción simple y caja mecánica ($ 15.990.000).

Para el marketing managing officer de Toyota Chile, Paul Cheetham, la nueva generación de Hilux representa una nueva era para las pick-ups. "Más de 45 años de calidad, durabilidad y confiabilidad avalan a Hilux. Su poderío ha sido probado en terrenos inhóspitos del mundo y ha salido victoriosa, por lo que el desafío era trabajar en la comodidad y lo hemos logrado. La nueva Hilux reúne lo mejor de dos mundos y se transforma en un referente para la categoría".

Detrás de tales asertos hay datos y cifras elocuentes: esta octava generación del modelo fabricado en la planta de Toyota, ubicada en Tailandia, demandó un desarrollo de seis años, donde los recursos destinados superaron los mil millones de dólares. También, más de mil ingenieros tomaron parte del proceso que ha dado como resultado unas 500 versiones posibles del producto repartidas por diversos mercados del mundo.

Las pruebas abarcaron bosques rudos y barrosos, caminos inundados por la temporada de lluvias, hasta desiertos con temperaturas de más de 50°C para crear una Hilux más resistente que sus antecesoras. Toyota habla de dos consumos promedio aproximados: 13,1 km/l para la versión 2.4 litros y 12,8 km/l para el modelo que monta el 2.8 litros.

La eficiencia se ha mejorado, según Toyota, gracias a detalles como el nuevo parabrisas con un mayor ángulo de inclinación, o el techo "Pagoda", que deja ver unas canaletas que favorecen y optimizan la circulación del aire. Junto con haber reducido su peso un 10%, la marca hace hincapié sobre el uso de hojas de acero anticorrosión y una rigidez mucho más forjada gracias a 388 puntos de soldadura (frente a los 260 que contaba la generación anterior). También se mejora la eficiencia por el tema de las transmisiones.

La automática tipo 6 Súper ECT, o transmisión controlada electrónicamente, modifica su patrón de cambio según la forma de conducción, inclinación y nivel de carga del vehículo. Esto brinda mayor confort y seguridad al exigirles menos al motor y a los frenos. En la transmisión mecánica, en tanto, se ha optimizado la forma de los engranajes y la cantidad de dientes, lo que la hace más fuerte y resistente, ideal para transportar o remolcar grandes cargas. Ambas transmisiones cuentan con un mayor rango de operación (hasta 28% menor rango en primera y hasta 23% mayor en sexta) que las transmisiones de la generación anterior.

La optimización de relación de engranajes permite un menor consumo de combustible, con una sensación de aceleración superior y amplio torque en toda situación. El selector de tracción integral permite conducción en 2H (4×2) y pasar en marcha al modo 4H (4×4). Para ir al 4L es preciso detenerse.

Las versiones 4×4 disponen del sistema A-Trac, que es capaz de actuar en forma autónoma mandando mayor fuerza de tracción a la rueda, con mejores posibilidades de adherencia (la versión 4×2 del motor 2.4 litros no cuenta con este mecanismo).

Qué ves cuando la ves

La gente de la marca afirma que la camioneta posee un diseño exterior que busca redefinir la palabra "fuerte" con una apariencia aún más atractiva. Su parachoques frontal grueso pretende generar un contraste dinámico con la parrilla y faros delanteros delgados. Esta sensación de fortaleza, apuntan desde Toyota, se aumenta aún más con las extensiones de guardafangos incorporados en la carrocería. Sus faros halógenos multirreflectivos brindan una gran iluminación en cualquier terreno y, como ocurre en el Land Cruiser Prado, los lados de los faros cuentan con el emblema del vehículo.

Si se ve de forma lateral, resalta su apariencia fuerte y gruesa, que consigue armónica integración con el resto de la cabina. A la vez, su silueta fluye de la parte frontal y cuenta con un leve ángulo en la parte trasera. Esa zaga, en tanto, se muestra limpia y brinda una apariencia voluminosa y refinada.

El espacio de carga cuenta con una estructura que utiliza acero galvanizado con un tratamiento anticorrosivo. La historia del modelo que arrancó el año 1968 hoy se reescribe de la mano de alta tecnología y firmes pretensiones comerciales: en Chile, Toyota pretende vender entre 550 y 600 unidades mensuales de la camioneta. La Hilux ya está lista para la batalla.

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