[MT MAG.] Range Rover Velar: Sobredosis de lujo
<p>Se vivían los últimos años de la década del 60 en el mundo. La industria automotriz avanzaba con fuerza y la aparición de nuevos modelos era constante. También las preocupaciones y el cuidado de los fabricantes por no dar pistas acerca de sus trabajos estaba al alza. Land Rover era una de esas marcas que […]</p>
Se vivían los últimos años de la década del 60 en el mundo. La industria automotriz avanzaba con fuerza y la aparición de nuevos modelos era constante. También las preocupaciones y el cuidado de los fabricantes por no dar pistas acerca de sus trabajos estaba al alza. Land Rover era una de esas marcas que guardaba con recelo sus desarrollos, aunque llegado el momento de llevar a pruebas reales los modelos, era poco lo que se podía hacer.
Para sortear esa dificultad, los ingenieros de la compañía denominaron Velar a los prototipos que adelantaban sus siguientes pasos. El nombre surge de la palabra Velare, que en latín significa ocultar o esconder.
Pasaron los años y aquellas unidades de preserie que hoy tienen un cotizadísimo valor se convirtieron en una historia anecdótica. Sin embargo ahora, a medio siglo de distancia, Land Rover revive la nomenclatura para darle nombre al cuarto integrante de su familia más premium, el Range Rover Velar.
El nuevo todoterreno, diseñado y desarrollado en los centros de Jaguar Land Rover del Reino Unido, se fabricará en la planta de Solihull. Es más que un vehículo que se instala entre el Evoque y el Range Rover Sport. Representa para la casa británica una verdadera declaración de principios respecto de lo que debe entregar un modelo de lujo que porta el emblema de la marca más tradicional de todoterrenos.
» Nuevo estándar
Land Rover se caracteriza por presentaciones dinámicas de sus modelos en lugares poco tradicionales. Si alguna vez visitamos Islandia para conocer el nuevo Discovery Sport, ahora se escogió Noruega para el estreno en sociedad ante la prensa internacional.
La elección del país nórdico fue certera. Largas carreteras y monumentales puentes que se van insertando entre maravillosos fiordos transforman el escenario en una pista de pruebas paradisíaca. Eso sí, la zona de Trollstigen (de donde se toma el nombre de los pequeños seres llamados trolls) es la que se queda con los recuerdos más simbólicos, debido a que se trata de una carretera de montaña con pendientes del 9% y 11 cerradas curvas que dejan caer sobre sus laderas impresionantes cascadas. Y desde su punto más alto, a 620 metros de altura, una panorámica que incluye como una pintura el fiordo de Geirangerfjorden, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Esa belleza natural, adornada por caminos que no destruyen su esencia, sino que están presentes para realzar su majestuosidad, es precisamente lo que busca Land Rover con el Range Rover Velar. Armonía le dicen algunos.
No debe haber sido un trabajo sencillo para el equipo de diseño. Cerca de cuatro años de trabajo y tras cientos de horas, se llega al objetivo deseado. Una evolución del dibujo que tantos elogios recibió el Evoque, con una línea coupé que no es gratuita y que enfatiza un perfil más aerodinámico, lo que deriva en el menor coeficiente de resistencia de toda la familia, con un 0.32 Cx.
Pero es el concepto minimalista y la pureza de sus líneas lo que sobresale en su figura. En este sentido, destaca la imponente grilla que domina el frontal abrazada a finos grupos ópticos delanteros con luces LED, que en algunos casos cuentan con la avanzada tecnología láser que aumenta la proyección de luz hasta los 550 metros. Otro detalle no menor y que le permite diferenciarse de sus hermanos son las manillas de las puertas. Extendiendo esa idea de limpieza en el diseño, se trata de un sistema que esconde por completo los tiradores en la carrocería, apareciendo de forma automática cuando se presiona el botón de apertura en la llave y replegándose cuando el vehículo está bloqueado o alcanza una velocidad superior a los 8 km/h.
Sobre el resultado general, Gerry McGovern, chief design officer de Land Rover, señaló que "Velar es el diseño más atractivo de su clase, con un volumen perfectamente optimizado, superficies potentes y firmes y una impresionante silueta&".
Si el exterior genera aceptación inmediata, en el habitáculo el asombro es mayor. Está bien, quienes conocen la marca esperan -y con razón- una calidad muy superior al promedio, sin embargo, en este caso también da un salto respecto de lo que encontramos en otros modelos de la compañía. Ahora, la tarea de los británicos será equilibrar el resto del line-up a esta nueva medida de comparación.
Haremos particular mención en un aspecto para graficar esta sensación. Todos (o gran parte de) los fabricantes de vehículos se preocupan de la calidad. En este caso, Land Rover quiso marcar la diferencia y no sólo buscó materiales premium sostenibles que fuesen alternativa a la piel, sino que fue hasta donde un experto textil para que le confeccionara el tejido de los asientos. Así llegó hasta las oficinas de Kvadrat. El especialista danés creó una tapicería especial con tejido diamantado, lo que potencia la idea de sencillez elegante, sofisticación y refinamiento.
Junto al avance en la materialidad y a la preocupación de los detalles, otro aspecto que es signo de evolución lo apreciamos en la tecnología del nuevo sistema de infoentretenimiento Touch Pro Duo, que actúa como eje central en el habitáculo. Está conformado por dos pantallas táctiles de 10 pulgadas de cristal fino y alta definición que se mimetizan con la superficie al permanecer ocultas hasta que se enciende el vehículo, integrándose de manera armónica con la arquitectura interior. Prácticamente sin botones, funciona de forma muy intuitiva y se maneja como si fuese un smartphone.
La pantalla superior, además, se puede inclinar hasta en 30º para comodidad del conductor, y ahí se visualiza el navegador, el sistema de audio y el teléfono. En la segunda pantalla, instalada inmediatamente más abajo, se controla el sistema multimedia, el climatizador y lo más importante para los aventureros, el sistema de gestión de tracción Terrain Response 2, que le permite al Velar moverse en las condiciones más complejas. Mal que mal, es un Land Rover y esas cualidades no se transan.
Por lo mismo, las capacidades son una prioridad. Así, la carrocería tiene un 80% de aluminio de alta resistencia, lo que le permite bajar el peso sin perder rigidez estructural, mientras la suspensión neumática reduce en 10 mm la altura del suelo al pasar los 105 km/h, mejorando de paso la aerodinámica. Esta avanzada suspensión, presente en las motorizaciones de seis cilindros, también reduce la altura en 40 mm cuando se apaga el motor, para hacer más sencilla la entrada o salida del vehículo.
En seguridad sucede algo similar, con un completo equipamiento que incluye seis airbags y un conjunto de asistencia como frenado de emergencia autónomo con detección de peatones, control crucero adaptativo y limitador inteligente de velocidad.
¿Y qué pasa con las motorizaciones? En nuestro país, se dispondrá de dos opciones cuando empiece su venta en octubre, aunque desde el 16 de agosto existe una preventa especial.
La motorización a gasolina contará con un bloque de 3.0 litros supercargado que desarrolla 380 Hp, asociado a una caja automática ZF de ocho velocidades. Estará en las versiones R-Dinamic, SE, y en la Fist Edition, que se distingue por un equipamiento aún más exclusivo, destacando un sistema de sonido Meridian de 1.600 W, faros Matrix-láser LED y llantas de radios dobles de 22 pulgadas con un acabado de pulido a espejo.
La propulsión diésel, por su parte, llevará el motor turbo de 2.0 litros que entrega 240 Hp, también asociada a la misma caja ZF.
En resumen, un SUV de lujo de tamaño medio que marcará un punto de inflexión en cuanto a niveles de calidad, elegancia y tecnología.
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