Amnistía Internacional señala a talibanes y EE.UU. como responsables del “sufrimiento” de la población afgana
“Los meses previos al derrumbe del gobierno en Kabul se caracterizaron por los reiterados crímenes de guerra y el implacable derramamiento de sangre cometidos por los talibanes, así como por las muertes causadas por las fuerzas afganas y estadounidenses”, aseveró la secretaria general del organismo, Agnès Callamard.
La organización Amnistía Internacional señaló al antiguo Gobierno afgano, el Ejército de Estados Unidos y a los talibanes como “responsables” de ataques que han provocado el “sufrimiento” de la población civil, a la par que ha lamentado que el ascenso talibán al poder haya estado marcado por “reiterados crímenes de guerra”.
En un informe sobre la situación en el país asiático tras la caída del expresidente Ashraf Ghani, Amnistía ha denunciado “actos de tortura, ejecuciones extrajudiciales y homicidios” a cargo de los insurgentes en los últimos tramos de su llegada al poder.
Por su parte, las fuerzas militares de Estados Unidos y las Defensas Nacionales afganas también han sido responsables de una serie de operaciones terrestres y aéreas que se saldaron con bajas civiles, lamentó el organismo.
“Los meses previos al derrumbe del gobierno en Kabul se caracterizaron por los reiterados crímenes de guerra y el implacable derramamiento de sangre cometidos por los talibanes, así como por las muertes causadas por las fuerzas afganas y estadounidenses”, remarcó la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.
Así pues, Callamard ha mostrado su consternación por el hecho de que la población civil afgana “haya pagado una vez más con su vida” las ambiciones de poder y se haya dado continuidad a su “sufrimiento”.
“Hogares, hospitales, escuelas y comercios se convirtieron en escenario de crímenes mientras se sucedían los homicidios y las heridas. La población afgana lleva demasiado tiempo sufriendo y las víctimas deben tener acceso a la justicia y recibir reparación”, ha exigido.
En el marco de las tensiones en el país previas al derrocamiento de Ghani, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán informó de que, en los primeros seis meses de este año, más de 1.600 civiles han perdido la vida y más de 3.500 han resultado heridos, lo que supone un 47 por ciento más que en 2020.
“El Tribunal Penal Internacional debe anular su errónea decisión de restar prioridad a las investigaciones sobre operaciones militares estadounidenses y afganas, y debe seguir los indicios sobre todos los posibles crímenes de guerra, sin importar a dónde le conduzcan”, manifestó al respecto Callamard.
Ataques a minorías y opositores
Durante el proceso de su ascenso al poder, las fuerzas talibán “torturaron y mataron” tanto a ciudadanos de minorías étnicas y religiosas, como a aquellas personas que habían estado vinculadas al antiguo Gobierno, como exsoldados o afines a Ghani.
El informe de Amnistía Internacional recoge los testimonios de algunos de los afganos capturados por los talibanes, que denuncian malos tratos, torturas, amenazas y la falta de acceso a comida y bebida.
“Nos mantuvieron en un lugar subterráneo. Cuando pedíamos asistencia médica para los heridos, los talibanes decían: ‘Que mueran’ (...) No había comida ni agua, ni ayuda a los heridos. Su trato hacia nosotros era de brutalidad”, denunció uno de los 20 hombres capturados por el movimiento islamista en la ciudad de Bazarak a comienzos de septiembre.
La organización también ha puesto sobre la palestra ataques en Spin Boldak -ciudad fronteriza con Pakistán- a ciudadanos afines al antiguo gobierno en Afganistán, así como masacres en Ghazni y Daykundi contra personas de etnia hazara.
Sin embargo, cuando ya han pasado cerca de cuatro meses desde el ascenso talibán al poder, aún se desconocen las cifras reales de homicidios en parte debido al corte de suministro de redes de telefonía e internet que el nuevo gobierno ha aplicado en muchas zonas rurales del país.
EE.UU. y fuerzas afganas
Por otro lado, respecto a las maniobras de las fuerzas militares de Afganistán y de Estados Unidos, Amnistía Internacional ha notificado cuatro ataques aéreos y ocho terrestres en los últimos años.
Las ofensivas aéreas, en su mayoría protagonizadas por el Ejército estadounidense, se habrían cobrado la vida de al menos 28 civiles y habrían herido a otras seis personas, incluidos cinco menores.
Del mismo modo, el informe documenta que los ocho ataques por tierra se saldaron con la muerte de doce civiles, otros seis de ellos menores, y al menos quince heridos.
“Con una combinación de negligencia y desprecio a la ley, las Fuerzas de Seguridad y Defensa Nacionales afganas, adiestradas por Estados Unidos, lanzaron frecuentes ataques de mortero que alcanzaron casas y mataron a civiles que se ocultaban”, apunta Amnistía.
Finalmente, el informe detalla que muchas de las familias de los heridos y fallecidos en el conflicto armado denuncian que no han recibido una reparación suficiente por parte del gobierno.
“Nadie del gobierno vino después. Fuimos al distrito y les dijimos lo que había pasado, pero nadie nos hizo caso. Dijeron: “Eso no está bien. No debería haber pasado. Compartimos su dolor’. Pero no sucedió nada”, ha lamentado un hombre afectado por la destrucción de su vivienda tras un ataque aéreo.
Es por esto que Amnistía Internacional ha pedido a los talibanes y al gobierno de Estados Unidos que ambos cumplan con sus obligaciones internacionales y “establezcan mecanismos claros y sólidos” para dar soluciones a la población civil.
“Las autoridades talibanes tienen ahora la misma obligación legal de otorgar reparación que el gobierno anterior, y deben abordar seriamente todas las cuestiones relacionadas con el daño a civiles”, dijo Callamard, quien ha apuntado que las familias “deben recibir reparación” y los responsables “deben rendir cuentas en juicios justos”.
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