Analista británico Mike Breen tras cumbre Trump-Kim: "La clave para la paz es que se priorice el desarrollo económico"

Mike Breen, analista británico de Insight Communications, es un experto en los temas relacionados con Corea del Norte. En conversación con La Tercera señala que lo más probable es que el líder norcoreano Kim Jong Un se inspire en el modelo económico vietnamita, pero opte por el de China, y asegura que la implementación del plan dará lugar a más problemas.

¿Qué modelo económico tiene más opciones de ser elegido?

Vietnam, al igual que China, sigue siendo comunista porque el Partido Comunista gobierna políticamente, pero se ha vuelto capitalista y está mejorando la vida de sus habitantes como resultado. Creo que Kim se inspirará en este ejemplo. Sin embargo, es más probable que siga el modelo chino, porque el líder comunista fundador de Vietnam, Ho Chi Minh, fue muy popular. Pero Kim no lo es, la apariencia de afecto por él es propaganda.

¿Qué condiciones se deben dar para que se aplique este modelo?

La clave para la paz en la península coreana y para la eventual liberación de los pobres norcoreanos de su sufrimiento es que sus líderes den prioridad al desarrollo económico sobre la seguridad. Hay dos condiciones para que esto suceda: la paz exterior y la paz interna. Si Trump y Kim acuerdan un tratado de paz y si hay algún acuerdo con respecto a las armas nucleares, los norcoreanos ya no tendrán ninguna amenaza de seguridad externa. El tema de la paz interna es más complicado. Corea del Norte se ha resistido a seguir el modelo chino de apertura económica porque siente que es como "abrir la ventana y dejar que entren las moscas de la disidencia política". Lo mejor para los norcoreanos puede ser una medida de apertura y luego un golpe de estado que elimine a la familia Kim y ponga en su lugar a un líder militar o un liderazgo colectivo que realmente siga el ejemplo de China y Vietnam.

¿Qué significaría la implementación de este modelo para Corea del Norte?

La paz externa en la península de Corea dará lugar a otro problema. Las dos Coreas existen en la rivalidad, y todos sabemos qué lado ha ganado y qué lado ha perdido. Los surcoreanos no tienen ningún deseo de apoderarse de Corea del Norte. Sienten que cualquier unificación rápida los abrumaría económica y socialmente. Sin embargo, los coreanos se conciben a sí mismos como un solo pueblo. Por eso, el liderazgo norcoreano se verá sometido a una gran presión desde el exterior porque su gente querrá vivir como los surcoreanos libres. Así, la tan esperada solución al problema coreano será el comienzo de una era nueva, pero igualmente complicada.