Caucus de Iowa: comienza la carrera por la Casa Blanca

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El próximo 3 de febrero los precandidatos demócratas deberán sortear su primera prueba electoral. El riesgo para muchos es quedar en el camino.


Es la primera y la mayor apuesta de los precandidatos demócratas que buscan la nominación presidencial de su partido para enfrentar a Donald Trump en noviembre. El próximo lunes 3 de febrero está previsto que arranquen las primarias del Partido Demócrata con el tradicional caucus de Iowa, la asamblea ciudadana que para muchos postulantes suele ser una sepultura o un trampolín.

La contienda en Iowa es distinta a todas. No solo porque es un caucus, sino porque suele marcar la tendencia de las elecciones primarias. En 2008 Barack Obama obtuvo en este estado un 38% y de ahí no paró más. Desde 1996 en adelante, todos los postulantes demócratas que se impusieron en esta asamblea terminaron por conseguir la nominación presidencial del partido: Bill Clinton, Al Gore, John Kerry, Barack Obama y Hillary Clinton. Eso sí, no todos llegaron a la Casa Blanca. También se ha dado el caso contrario: en 2016 Donald Trump terminó segundo en el caucus de Iowa, pero luego ganó la nominación republicana y la Presidencia.

Según el promedio de encuestas de Real Clear Politics, Pete Buttigieg es el favorito para ganar el caucus de Iowa, seguido por Bernie Sanders, Joe Biden y Elizabeth Warren. Sin embargo, esto no quiere decir mucho aún, ya que todo podría cambiar en las próximas tres semanas.

"La respuesta de a quién le irá mejor no está clara aún. Los votantes demócratas de Iowa se deciden muy tarde, en las últimas semanas. Las campañas duran cerca de un año, pero la gente continúa yendo a los eventos considerando varios candidatos y la mayoría no se decidirá hasta que ya llegue el caucus. Pete Buttigieg ha estado liderando en las encuestas recientes, pero eso no dice que él será el ganador", cuenta a La Tercera el profesor de la Universidad de Delaware y experto en el caucus, David Redlawsk.

La importancia del caucus se remonta a 1976, cuando la campaña presidencial de un "desconocido" Jimmy Carter puso el foco en Iowa.

"Jimmy Carter sorprendió a todos porque era un desconocido de Georgia y ganó el caucus, y al hacerlo creó esta mitología de que se debe ir a Iowa para poder ganar las elecciones", explica Redlawsk.

Sin embargo, no se trata de una regla. De hecho, en su momento el caucus de Iowa se volvió más bien un indicador de quién perdería definitivamente las primarias o las elecciones. "Creo que este año veremos algo similar. No creo que Iowa decida quién va a ganar la nominación, pero sí va a decidir quién va a perder la nominación en el sentido de que después de Iowa la mayoría de los precandidatos a los que les va mal en Iowa van a desistir", advierte Redlawsk.

En la antesala del caucus de Iowa de 2016 había cinco precandidatos demócratas, dos de los cuales desistieron antes de que arrancara la asamblea, mientras que el tercero se retiró tras un estrepitoso fracaso en este estado. Así, después de Iowa solo quedaron Hillary Clinton y Bernie Sanders.

El próximo 3 de febrero miles de demócratas se reunirán en 1.700 lugares en Iowa, como juntas vecinales, gimnasios escolares o sótanos de iglesias. En cada sitio, las personas se pararán en una esquina de la sala para mostrar su apoyo a su candidato. A los indecisos se les podrá convencer de que se sumen para apoyar a cierto candidato.

Para Redlawsk, lo más importante que se puede esperar en esta cita es que probablemente será el caucus más grande para los demócratas. Hasta ahora, 2008 tiene el récord de participación, con 240.000 asistentes al caucus durante la campaña de Barack Obama. "Estoy en Iowa viendo los eventos y el nivel de entusiasmo e interés es algo que nunca vimos en 2008. Además, hay muchos candidatos con su gente trabajando para el caucus. Mi predicción es que podremos ver una tasa récord de participación este año", indica este experto.

De todas formas, según The New York Times, Joe Biden y Bernie Sanders no necesitan ganar Iowa "como trampolín para las primarias", ya que el desafío es para precandidatos como Buttigieg, Warren o Amy Klobuchar, que si pierden la batalla siguiente (las primarias de New Hampshire, 11 de febrero) su aventura presidencial tendría los días contados.

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