Cómo Dominique Pelicot habría orquestado las violaciones a su esposa

El caso Pelicot, en el que se juzga a Dominique Pelicot de haber contactado por internet a decenas de hombres para violar a su esposa, ya está en su recta final, y este jueves se sabrán las condenas para todos los que tomaron parte en los delitos, que se extendieron durante cerca de 10 años.

Contactando hombres por una página de chats anónimos, Coco.fr, Dominique organizó noches en las que drogaba a su esposa, Gisèle, y hacía entrar a sujetos en su casa para que la violasen mientras estaba inconsciente. Una investigación de CNN da cuenta de los mensajes y el modo en que, durante una década, Dominique fue capaz de hacer esto.

Hoy por hoy, la página Coco.fr está cerrada: de inscripción anónima, el foro se había convertido en un lugar donde abundaban el contenido pedófilo y la venta de drogas. En junio de este año, en medio de la polémica por el caso Pelicot, un juzgado parisino cerró el sitio.

Ya en medio del juicio, después de confesarse culpable, Dominique Pelicot le contó a la policía cómo buscaba hombres que quisieran violar a su esposa, Gisèle. En un sitio de web de chat anónimo, sin mayor inscripción, charlaba libremente con otros hombres sobre violaciones y compartía fotos de su esposa.

CNN accedió a los informes policiales, pudiendo dar cuenta de los miles de mensajes que Dominique compartió con otros hombres, tanto en Coco.fr como a través de Skype y SMS. Estos mensajes fueron evidencia clave para la policía, que pudo acreditar que Gisèle había sido violada después de ser drogada en más 200 ocasiones durante un rango de 10 años, y que cerca de 70 hombres distintos habían tomado parte en esto.

El sitio, sin estar en la dark web, era de fácil acceso para Pelicot, y aún a pesar de su cierre, una serie de alternativas aún existen. Dominique Pelicot había participado en una comunidad online que compartía imágenes y contenido sobre abusos sexuales que cometían, y donde el hombre de 72 años pudo organizar el abuso sistemático de su esposa.

Entre los mensajes, se ve uno en que habla con “Karim S.”, hoy uno de los imputados en el crimen, y le dice: “Tienes que estar limpio, sin aftershave, y no tener uñas largas ni sucias. Corta el sonido si no estás solo. Te mostraré”. A esto, Karim le responde: “¿Ya empezó a hacer efecto la pastilla para dormir?”. En los mismos chats se leía a distintos hombres que animaban y alentaban a Dominique. Entre ellos, uno que llevaba por nombre Voyeur 15, y que decía: “No sé cómo haces esto, pero sueño con hacer lo mismo con mi esposa y compartirla con cómplices como tú”.

Este tipo de mensajes se intercambiaban en medio de un foro que llevaba por nombre “sin su conocimiento”, en la plataforma Coco. Así, durante todos esos años reclutaba hombres para que fueran a su propio hogar, en la localidad de Mazan, cerca de Aviñón, en el sur de Francia.

Aunque se sabe de más de 70 hombres, son solo 50 los que pudieron ser identificados, y sus perfiles incluyen bomberos, periodistas, electricistas, militares, informáticos y trabajadores de los más distintos ámbitos. El menor de los acusados tiene hoy 27 años, mientras el mayor tiene 74, y todos vivían a menos de 50 kilómetros de Mazan.

A menudo, Pelicot realizaba videollamadas por Skype con los otros hombres, donde giraba la cámara para mostrar a Gisèle sin que ella se diera cuenta. Además, compartió fotos y videos íntimos de la mujer, varios de los cuales la mostraban siendo violada. Uno de los acusados del juicio no violó a Gisèle, pero fue imputado por drogar a su propia esposa para invitar a Dominique a violarla, según indicaron los documentos judiciales. Era común que en los chats otros hombres expresaran admiración por Dominique y el deseo de hacer lo mismo con sus parejas. Era habitual también que, en Skype, Pelicot pidiera a los hombres que se comunicaran por SMS.

La plataforma usada por Pelicot, Coco.fr, consistía en un foro de chat anónimo que no registraba historial más allá de unas horas, y fue un espacio ideal no solo para Dominique, sino para otros delincuentes: ahí se organizaban emboscadas contra homosexuales y se compartía contenido pedófilo.

Comercializado como “un sitio de citas”, Coco.fr fue abierto en 2003, y llegó a su apogeo en 2023, cuando consiguió tener 778 mil visitas mensuales, según indica el medio Le Parisien. A causa de su desregulación, el lugar era ideal para discusiones gráficas sobre temas ilegales.

A partir de un momento, un número cada vez más grande de usuarios de Coco empezó a señalar haber sido atacado durante encuentros que se organizaban en el sitio, y al menos dos asesinatos han sido vinculados a la página. Ya en 2013, distintas ONG francesas habían identificado la plataforma como una amenaza. Al final, en medio de la polémica por el caso Pelicot, un tribunal en París ordenó finalmente el cierre de la página.

Por su parte, CNN alcanzó a examinar cerca de seis mil mensajes enviados en 24 horas en 30 distintas salas del sitio, y da cuenta de varios patrones sorprendentemente similares a los utilizados durante los 10 años que Dominique Pelicot organizó las violaciones a su cónyuge.

“Surgió una clara tendencia de hombres compartiendo fotos explícitas de sus esposas y novias en el sitio para el placer de otros hombres. No está claro si las fotos fueron tomadas o intercambiadas con el consentimiento de las mujeres”, indica el medio. Antoine Camus, uno de los abogados que representa a Pelicot, indica que la existencia de páginas como Coco y similares son “el arma del crimen”, argumentando ante el tribunal de Aviñón que “sin este sitio web” el caso “nunca habría alcanzado tales proporciones”.

De los 50 acusados, 15, incluido Dominique, se han declarado culpables de violación. En su testimonio, el mismo Pelicot indicó que su responsabilidad debía ser compartida entre los acusados: “Soy un violador igual que todos los demás en esta sala”. El veredicto de este juicio se dará este jueves 19 de diciembre. La fiscalía ha solicitado penas que van desde los cuatro a los 20 años de cárcel, dependiendo de cada caso. Para Dominique Pelicot, en tanto, se pide la pena máxima, de 20 años de cárcel.