Concluye cerco a Universidad de Hong Kong y autoridades no encuentran manifestantes
La universidad, localizada en la península de Kowloon, se convirtió en un campo de batalla a mediados de noviembre, cuando los manifestantes se atrincheraron y se enfrentaron a la policía en un duro intercambio de molotov, carros lanza agua y lacrimógenas.
Las autoridades académicas de la Universidad Politécnica de Hong Kong se disponían a comenzar el miércoles la limpieza de su campus, después de que un asedio policial de casi dos semanas concluyó sin que fueran hallados los manifestantes prodemocracia escondidos en el lugar.
La policía seguía vigilando el perímetro, mientras los equipos de seguridad peinaban por segundo día el laberinto de edificios del campus, un foco de enfrentamientos en las últimas semanas en el marco de las protestas que estallaron en Hong Kong en junio.
La vicepresidenta ejecutiva de la Universidad Politécnica, la doctora Miranda Lou, dijo que hasta ahora no se ha encontrado a nadie.
"Esperamos poder reabrir la universidad pronto para comenzar las obras de renovación y reducir el impacto en nuestros estudiantes y proyectos de investigación", afirmó.
La universidad, localizada en la península de Kowloon, se convirtió en un campo de batalla a mediados de noviembre, cuando los manifestantes se atrincheraron y se enfrentaron a la policía en un duro intercambio de cócteles molotov, cañones de agua y gases lacrimógenos. Unas 1.100 personas fueron arrestadas la semana pasada, algunas de ellas mientras intentaban escapar.
La universidad pidió a los departamentos gubernamentales que ayuden en la retirada de "materiales peligrosos" del lugar, que quedó lleno de basura podrida y detritus, al tiempo que instaron a la autoridades a adoptar una postura "humana".
El principal partido prosistema de la ciudad, la Alianza Democrática para la Mejora y el Progreso de Hong Kong, instó a las autoridades a enviar médicos al lugar y a trasladar a los manifestantes restantes al hospital.
El campus de la Universidad Politécnica fue el último de los cinco ocupados por los manifestantes para usarlos como bases para paralizar la ciudad, bloqueando el cercano túnel de Cross-Harbour, que une Kowloon con la isla de Hong Kong y otras destacadas arterias.
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