Cristina Kirchner carga contra el “partido judicial” en su declaración por el atentado en su contra
En lo que fue su primera intervención oficial en el juicio que investiga el fallido atentado que la afectó en septiembre de 2022, la expresidenta argentina cuestionó que no se busque a los “autores ideológicos” ni a “los financiadores”. Su declaración llega en medio de la tormenta política que significa para el peronismo el caso de presunta violencia de género por parte de Alberto Fernández.
Casi dos años han pasado desde ese momento en que Cristina Kirchner llegaba a su hogar en Recoleta y una pistola se asomaba a solo centímetros de su cara. Era el 1 de septiembre de 2022, y la bala no salió disparada. Fue el inicio de la causa que investiga el intento de atentado contra la expresidenta de Argentina, y que este miércoles la llevó a prestar declaración en el Tribunal Oral Federal Número 6.
La líder kirchnerista llegó a las dependencias de Comodoro Py a las 9.41, y se mantuvo allí hasta cerca de las 11 de la mañana. Acompañada de unas 150 personas a la salida de los tribunales, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) hizo un repaso por lo que sintió y vivió ese jueves 1 de septiembre, pero también lanzó sus dardos por cómo se ha llevado la investigación y por la “violencia política” alrededor de la exmandataria. Fue en ese contexto donde habló del “partido judicial”, refiriéndose críticamente al Poder Judicial y su efecto en la política.
Antes de su intervención en el estrado, La Nación describió la ponencia de la expresidenta como una declaración judicial convertida en acto político, pues fue transmitida en una pantalla gigante en las puertas del Instituto Patria -think tank fundado por Cristina Kirchner en 2016- en tiempo real.
El complejo presente del kirchnerismo, con Alberto Fernández en las cuerdas por la acusación de su expareja Fabiola Yañez por violencia de género, salpicó a todo el sector, pese a que la totalidad se desmarcó del otrora líder del Partido Justicialista. De hecho, según la prensa local, esta instancia judicial sirvió como plataforma unificadora, considerando que varios de los referentes peronistas, como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, estuvieron apoyando a la expresidenta tanto de manera presencial como en redes sociales.
Según Clarín, en el entorno de la posible carta a futuro del peronismo bajaron el tono a la fuerte discusión de La Cámpora con Kicillof. “Es algo cotidiano que hable y la vea a Cristina, no existe esa pelea”, señalaron al periódico. También hubo una foto tipo “familia”, añadió el medio, en un intento de mostrar unidad en momentos difíciles para el sector.
De su intervención este miércoles, destacaron sus acusaciones a la parcialidad de la investigación, el rol que tuvo en la efervescencia social la resolución del juicio en su contra por el llamado “caso vialidad”, donde fue condenada solo tres meses después del ataque.
“Faltan los autores ideológicos, los financiadores. El partido judicial sigue protegiendo a los ideólogos, no a los financiadores. Más que un reclamo mío es una deuda que se debe saldar con la democracia”, disparó quien fue la mandataria trasandina entre diciembre de 2007 y de 2015.
Del segundo punto, aseguró que la condena por corrupción en la obra pública de Santa Cruz impulsada por el fiscal Diego Luciani -y lo apunta directamente a él como responsable- “contribuyó a la violencia política”. El trabajo del persecutor trasandino “tuvo prime-time durante 22 días cuando acusó de corrupción, no a mí, al peronismo”, añadió sobre Luciani, quien vinculó a la exmandataria con el traspaso de dineros en favor del empresario Lázaro Báez, entre otros involucrados.
Según CFK, esa persecución “motivó manifestaciones en la puerta de mi casa que finalmente concluyó con el tiro fallido, con la bala que no salió”. Y prosiguió: “Uno de los autores materiales pidió ser defendido por Luciani. Están los autores materiales, pero no los financiadores”, volvió a repetir.
En efecto, la instancia de este miércoles tenía como objetivo avanzar en las imputaciones contra “Los Copitos”, con Fernando Sabag Montiel y su novia, Brenda Uliarte, como los principales acusados, aunque no los únicos. La pareja está bajo la lupa judicial por tentativa de homicidio calificado, hecho que tiene una pena de entre 13 años y cuatro meses de prisión en su mínima expresión, y de 20 años en la máxima.
Junto a Sabag Montiel y Uliarte, está Nicolás Gabriel Carrizo, jefe de ambos en su emprendimiento de copos de algodón de azúcar coloreados, detalló La Nación. Al igual que sus subalternos, Carrizo es apuntado como partícipe del atentado.
El mismo periódico aseguró que la estrategia de Fernández de Kirchner es ampliar el rango de la investigación, ya que su hipótesis es que los tres procesados del martes son solo los autores materiales del hecho, pero este habría involucrado a más gente. Es más, la ronda de preguntas de la defensa empezó precisamente atacando este punto.
“Después de la pandemia, creció la violencia política. Atacaron mi despacho en el Senado con piedras. No intervinieron ni la Policía de la Ciudad de Buenos Aires ni la Policía Federal”, dijo la exmandataria. “La policía con los peronistas o kirchneristas de la ciudad muy agresivos y muy permisivos. Casi cuidados y protegiendo a los que venían a insultar a la puerta de casa”, prosiguió, aludiendo a la policía porteña.
La última vicepresidenta argentina, previo a Victoria Villarruel, también añadió que sería “ingenuo” pensar que “las tres personas que están sentadas ahí fueron las que idearon esto”, refiriéndose a los imputados. “Están solo los autores materiales, el hilo se corta siempre por lo más delgado”, añadió.
Sin embargo, Clarín planteó que este juicio se centra puntualmente en la responsabilidad material del atentado, por lo que en el banquillo de los acusados solo podía estar Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, pese a que CFK insistió en incluir al debate a los supuestos autores intelectuales.
“Cuando el caso se elevó a juicio oral, se determinó que a raíz de las medidas de prueba realizadas, nada arrojaba la posible vinculación del atentado con alguna organización política, como tampoco se contempla la tesis de la presunta existencia de un financiamiento externo”, recordó el periódico trasandino. En junio pasado, al terminar el proceso de investigación y dar paso al juicio oral del presente, la jueza federal María Eugenia Capuchetti descartó la participación de una mente intelectual al sostener que no había pruebas ni elementos que así lo sugirieran.
El paso por el estrado de la exmandataria también sirvió para recrear la línea de sucesos de ese 1 de septiembre de 2022 desde el punto de vista de la afectada. En su reconstrucción, señaló que se había detenido a saludar a sus simpatizantes “como todas las noches” y no se dio cuenta de lo que realmente había sucedido. Vale recordar que fueron los guardias de su escolta personal los que saltaron sobre ella y alejaron al supuesto agresor.
De hecho, en su declaración aseguró que su secretario, Diego Bermúdez, le preguntó si había alcanzado a escuchar “un clic de un arma”. Fue en ese momento que encendió la televisión y se enteró de lo que realmente había pasado. “Decían que parecía que yo vi el arma, pero afortunadamente no la vi”. Más adelante, aseguró que trata “de no ver esa imagen”, en referencia al momento en que Sabag Montiel intentó disparar su arma.
La expresidenta no es la única testigo. Se espera que otros 229 más pasen por el estrado, pero para este miércoles solo estaba programada la intervención de Cristina Kirchner.
En su presentación, CFK también se lanzó contra los medios y los “grandes poderes” concentrados mediante una triangulación. “Hay una articulación con los medios hegemónicos que son la otra gran pata. Y por supuesto, lo que digita esto, medios de comunicación -no nos hagamos los tontos- y poder judicial, es arriba el poder económico concentrado”, dijo la líder del kirchnerismo mientras hacía una suerte de triángulo con las manos.
“En los medios de comunicación se realiza el juicio, los periodistas dicen tener las pruebas y la justicia convalida esto”, señaló en la misma línea.
La coyuntura política también estuvo presente en la instancia judicial. “La verdad que para mascota del poder no sirvo, no serví y no serviré nunca. Y eso les molesta, y lo irrita más (porque soy mujer). Si un hombre se opusiera a eso, no les molestaría tanto como una mujer”, planteó CFK. “Vuelvo a reiterar, no soy feminista, pero tampoco soy estúpida”, cerró.
Luego, y de forma sorpresiva, aseguró La Nación, la fiscal Gabriela Baigún nombró a Fabiola Yáñez para preguntarle a Cristina Kirchner si sentía una “revictimización”. En un principio, la última señaló no entender la pregunta, al igual que la jueza Sabrina Namer.
“Sí, claro. Es increíble que me quiero hacer la ´víctima porque sufrí un atentado contra mi vida’”, inició su respuesta. “Hay una doble victimización. Primero tengo que demostrar de que no tuve la culpa de que quieren matarme. Ridículo. Dos: la invisibilización de todo este procedimiento. La invisibilización de que solamente estamos ante los autores materiales hoy sentados acá. Pero no están los autores intelectuales ni los financiadores. Más allá de todas las pruebas que se adjuntaron”, volvió a plantear CFK.
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