Dominic Cummings, el polémico asesor que complica a Boris Johnson
El arquitecto de la campaña del Brexit está siendo criticado por haber violado las reglas de confinamento a fines de marzo. En una conferencia de prensa hoy dijo que no se arrepiente de sus acciones.
“No me arrepiento de lo que hice, lo que hice fue razonable bajo la circunstancias. Creo que me comporté razonablemente”. Con esas palabras Dominic Cummings, el principal asesor del primer ministro británico Boris Johnson, justificó hoy en una conferencia de prensa haber roto la normativa que llamaba a no salir de sus casas por la crisis del coronavirus, una polémica que tiene al gobierno sumido en una lluvia de críticas.
Cummings violó las reglas de confinamiento a finales de marzo cuando viajó de Londres a la localidad de Durham (a 400 kilómetros), mientras él y su esposa se aislaban por presentar síntomas de coronavirus. Esto generó una polémica y múltiples llamados, incluso de 22 diputados tories, para que Cummings renuncie.
La presión se ha hecho aún mayor tras las revelaciones de que pudo haber violado el confinamiento en otras dos ocasiones, según una investigación conjunta de los diarios The Guardian y The Daily Mirror. La primera, en Barnle Castle, en una salida con toda la familia el 12 de abril. La segunda, nuevamente en Durham el 19 de abril, cinco días después de la reincorporación de Cummings a su trabajo en Londres.
Johnson lo defendió el domingo y dijo que Cummings “siguió los instintos de cualquier padre y cualquier progenitor” al viajar para que su familia extendida pudiera cuidar a su hijo de 4 años si tanto él como su esposa se enfermaran. Pero muchos británicos consideraron el viaje como una clara violación de la orden nacional del gobierno de quedarse en casa implementada el 23 de marzo. Muchos han llamado “hipócrita” a Cummings. Políticos del gobierno y la oposición han pedido la renuncia del asesor, mientras varios clérigos ya se unieron a las críticas. El obispo de Leeds, Nick Baines, dijo que al público le han “mentido, subestimado y tratado… como tontos”. El obispo de Manchester, David Walker, tuiteó: “A menos que muy pronto veamos un claro arrepentimiento, incluido el despido de Cummings, ya no sé cómo podemos confiar en qué ministros dicen lo suficiente para que la @churchofengland trabaje con ellos en la pandemia”.
En medio de la polémica y los llamados a renunciar, Cummings -que suele ser muy arrogante y se ha negado a dimitir- tuvo que hacer hoy un recuento detallado de todas sus salidas en un acto, que dijo, era de “responsabilidad” por su cargo. Además señaló que no le informó a Johnson sobre sus salidas, porque entonces el premier estaba encerrado porque había dado positivo por coronavirus.
Arquitecto del Brexit
Cummings es licenciado en Historia Antigua y Moderna de la Universidad de Oxford, habla ruso, es admirador de Tolstoi, Chejov y Dostoyevsky. Ha leído muchas veces Anna Karenina y quienes lo conocen señalan que le gusta repetir su cita de que “todas las familias felices son iguales, pero cada familia infeliz lo es a su manera”.
Es famoso por tener un carácter explosivo, ser muy inteligente y ser muy agudo en sus comentarios. Es un viejo conocido de la política británica, pero se hizo reconocido a nivel mundial al ser el artífice de la campaña por la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Es más, incluso, la serie de HBO, Brexit, lo coloca como el protagonista de este proceso.
Actualmente es el asesor más cercano del primer ministro, en su entorno dicen que Cummings es a Boris Johnson, lo que Rasputín era al Zar Nicolás. Cuando entró en el gobierno al ministerio de Educación, lo primero que hizo fue hacer un curso de matemáticas del más alto nivel, para hablar con autoridad cuando surgieran cuestiones de números.
Lo primero que hizo al instalarse en Downing Street, con la misión triple de sacar al país de la UE el 31 de octubre, neutralizar al Partido del Brexit de Nigel Farage y derrotar al laborista Jeremy Corbyn en unas elecciones, fue exigir lealtad absoluta. “Quien discuta mis decisiones se puede considerar despedido”, dijo a los miembros de su equipo.
La controversia por sus salidas, para muchos británicos, fue la gota que rebalsó el vaso. Hace unas semanas estuvo también en el centro de una polémica, por el nivel de influencia en el gobierno, después de que la prensa revelara que asistió a unas reuniones del Grupo Asesor Científico para Emergencia (SAGE), que aconseja al gobierno por la pandemia. Downing Street tuvo que publicar la lista completa de los miembros del SAGE, sin que apareciera el nombre de Cummings.
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