Economía de Rusia recibe impulso por exportación de cereales, pese a sanciones de Occidente

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Barcos cargados con millones de toneladas de granos salen de puertos de Ucrania y Rusia, gracias a acuerdo mediado por ONU y Turquía. Foto: AP

Si bien Estados Unidos y sus aliados europeos intentan aplastar las finanzas de Rusia con una montaña de sanciones por invadir Ucrania, han evitado castigar directamente los cereales y otras mercancías que alimentan a personas de todo el mundo. El trigo, cebada, maíz y aceite de girasol de Rusia y Ucrania son importantes para países de Asia, África y el Medio Oriente, donde millones dependen del pan subsidiado para subsistir.


Con mucha fanfarria, barcos cargados de granos han zarpado de Ucrania uno tras otro después de permanecer varados casi seis meses en puertos del país que dan al Mar Negro. De manera más discreta, un acuerdo paralelo satisfizo las exigencias de Moscú y allanó el camino para que su trigo también llegue al mundo, dando impulso a un sector vital de la sancionada economía de Rusia.

Si bien Estados Unidos y sus aliados europeos intentan aplastar las finanzas de Rusia con una montaña de sanciones por invadir Ucrania, han evitado castigar directamente los cereales y otras mercancías que alimentan a personas de todo el mundo.

El trigo, cebada, maíz y aceite de girasol de Rusia y Ucrania son importantes para países de Asia, África y el Medio Oriente, donde millones dependen del pan subsidiado para subsistir. Debido a que la guerra ha disparado los precios de los alimentos y la energía, millones de personas han sido empujadas hacia la pobreza o más cerca del borde de la inanición.

Dos acuerdos mediados por Naciones Unidas y Turquía el mes pasado para liberar los suministros de alimentos dependen uno del otro: uno protege los barcos que exportan granos ucranianos por el Mar Negro y el otro garantiza a Rusia que sus alimentos y fertilizantes no enfrenten sanciones, lo que salvaguarda uno de los pilares de su economía y contribuye a disminuir las preocupaciones de aseguradoras y bancos.

El acuerdo permitió a una compañía naviera occidental sacar de Rusia dos barcos de cereales en cuestión de semanas. Esto solía tardar meses porque los bancos occidentales se rehusaban a transferir los pagos a Rusia. Aunque las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea no afectan directamente la agricultura rusa, los bancos occidentales han sido cuidadosos en no incurrir en infracciones, lo que ha obstaculizado el acceso de los compradores y de los transportistas al grano ruso.

“Tienes que invertir tiempo con los bancos para hacerlos entender todo el asunto porque la autoridad dice: ‘Adelante, no hay sanción alguna’, pero los bancos se autosancionan”, comentó Gaurav Srivastava, cuya compañía Harvest Commodities compra, embarca y vende granos procedentes de la región del Mar Negro.

Lo que ha cambiado en las últimas semanas, señaló Srivastava, es “la apariencia… de esto como un tipo de tregua entre todas las partes”.

El acuerdo interesaba a Rusia porque es el mayor exportador de trigo en el mundo, y aporta casi una quinta parte de los embarques a nivel global. Además, se prevé que el país tenga este año una de sus mejores cosechas. La agricultura representa alrededor de 4% del producto interno bruto de Rusia, según el Banco Mundial.

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