El mundo se prepara para unas fiestas de fin de año marcadas por el Covid-19

Coronavirus disease (COVID-19) outbreak in Tokyo
Foto: Reuters

Tanto los gobiernos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaron a no bajar la guardia y evitar las reuniones masivas durante Navidad y Año Nuevo.


El mundo se prepara para celebrar unas inusuales fiestas de fin de año por el Covid-19, con la Reina Isabel privada de su familia, los alemanes de su tradicional vino caliente y los suizos, de sus villancicos.

Llamados a la prudencia

Tanto los gobiernos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaron a no bajar la guardia, pese a las ganas que pueda tener la gente de reencontrarse con sus seres queridos y relajarse tras un año complicado.

“Soy el tipo que te roba la Navidad”, declaró Brian Pallister, primer ministro de la provincia canadiense de Manitoba, pidiendo a los ciudadanos que “no se reúnan en Navidad”.

“Si tenemos demasiados contactos ahora, antes de Navidad, y luego resulta ser la última Navidad con los abuelos, habremos pasado algo por alto”, advirtió con emoción la canciller alemana, Angela Merkel.

Una Navidad con menos gente

Bélgica es el país que más ha limitado el número de comensales en Navidad: un invitado por hogar, dos para las personas que vivan solas. Luxemburgo autoriza dos invitados.

En Francia, no podrá haber más de seis personas en la mesa.

Los noruegos han flexibilizado sus restricciones para las fiestas y permiten reuniones de hasta diez personas. “Deberán improvisar y quizá alargar un poco la mesa”, declaró la primera ministra, Erna Solberg, para respetar la distancia.

En el Reino Unido, las reuniones familiares (tres hogares como máximo) estarán permitidas entre el 23 y 27 de diciembre. La reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe, pasarán las Navidades en el castillo de Windsor --algo excepcional-- y no en familia, en su residencia de Sandringham.

En cambio, la provincia canadiense de Quebec dio marcha atrás en su decisión de permitir reuniones durante cuatro días en Navidad, ante el aumento de infecciones.

Desplazamientos limitados

Italia adoptó reglas muy restrictivas a los desplazamientos, prohibidos entre regiones del 21 de diciembre al 6 de enero, y entre ciudades los 25 y 26 de diciembre y el 1 de enero. Se mantiene el toque de queda de 22.00 a 05.00 (prolongado hasta las 07.00 en Año Nuevo).

En Bélgica, habrá toque de queda en Navidad de medianoche a las 05.00, y en Luxemburgo, de 23.00 a 06.00 durante las fiestas.

En España, el gobierno pidió que se eviten los desplazamientos entre regiones, salvo cuando se trate de visitas familiares.

En Francia, entrará en vigor un toque de queda a partir de las 20H00, salvo el 24 de diciembre.

Tiendas, restaurantes y espectáculos

Alemania, que ya había cerrado restaurantes, bares, lugares culturales y recintos deportivos, también ordenó el cierre de los comercios “no esenciales” a parir del miércoles y prohibió la venta de alcohol en la vía pública, vetando de facto los puestos de vino caliente.

En Francia, los comercios “no esenciales” volvieron a abrir, con motivo de la campaña navideña, pero los restaurantes y las salas de espectáculo siguen cerrados.

En otros países, donde los restaurantes siguen abiertos, estos podrán cerrar más tarde, como en Suiza por Año Nuevo.

La misa se adapta

El Papa Francisco adelantó dos horas la “misa del Gallo” para adaptarse al toque de queda italiano.

La misa de Navidad de Belén (Cisjordania) se celebrará sin asistentes.

En Suiza, se prohibieron los cantos litúrgicos en las iglesias y Grecia, que reabrirá sus iglesias por Navidad y por la epifanía, limitó a nueve el máximo de asistentes en las iglesias y a 25 en las catedrales.

Tradiciones relegadas

Los austriacos se quedaron sin sus mercados navideños.

En España, los madrileños no podrán comerse las doce uvas a medianoche en la Puerta del Sol para dar la bienvenida al 2021.

En Bélgica y Holanda se prohibieron los fuegos artificiales, para no sobrecargar los servicios de urgencias con eventuales heridos.

Londres y París anularon los castillos de fuegos artificiales con los que suelen recibir el año nuevo.

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