El Partido Laborista se prepara para volver al gobierno británico después de 14 años

El líder del Partido Laborista de la oposición británica, Keir Starmer, asiste a un evento de campaña en Redditch, el 3 de julio de 2024. Foto: Reuters

La colectividad de Keir Starmer, favorita para ganar las elecciones de hoy en Reino Unido, ha mantenido la ventaja de dos dígitos en las encuestas no solo desde que el primer ministro, Rishi Sunak, hiciera un llamado a comicios en mayo, sino que durante más de 18 meses, reposicionándolo como una alternativa creíble de centroizquierda a los conservadores, que se encuentran divididos.


La colectividad de Keir Starmer ha mantenido la ventaja de dos dígitos en las encuestas no solo desde que el primer ministro británico, Rishi Sunak, hiciera un llamado a elecciones en mayo, sino que durante más de 18 meses, reposicionándolo como una alternativa creíble de centroizquierda a los conservadores, que se encuentran divididos.

Si la ventaja por más de 20 puntos que vaticinan las encuestas se mantiene, el Partido Laborista tendrá este jueves una victoria tan arrolladora como en 1997, y después de cuatro años al mando de la colectividad, Starmer entrará al número de 10 de Downing Street.

El líder del Partido Laborista de la oposición británica, Keir Starmer, asiste a un evento de campaña en Redditch, el 3 de julio de 2024. Foto: Reuters

Los candidatos parlamentarios y Starmer han querido restar importancia al nivel de apoyo del que goza el partido, por temor a la complacencia de los votantes, una postura que podría provocar apatía de los electores y una menor participación de partidarios en las urnas, o una reacción negativa de sectores del electorado con inclinaciones conservadoras.

En ese sentido, el lunes, Starmer dijo que no se debe dar por sentado ningún voto y pidió a sus partidarios que continúen haciendo campaña hasta el cierre de las urnas el jueves.

“La lucha por el cambio es por ustedes, pero el cambio sólo se producirá si votan por él. Ese es el mensaje que tenemos que llevar a todas las puertas durante las últimas horas y días hasta las 10 de la noche del jueves”.

“No hay que dar nada por sentado, hay que ganarse cada voto. Las encuestas no predicen el futuro, tenemos que salir a votar”, dijo a sus seguidores en la campaña en Hitchin.

“El Partido Laborista quiere poder convencer a los votantes de que es absolutamente central que salgan a votar, porque de lo contrario los conservadores ganarán, y los conservadores están desesperados por que la gente piense que todavía tienen una oportunidad y, por lo tanto, vale la pena salir a votar”, señaló a la cadena estadounidense CNBC el principal experto en encuestas de Gran Bretaña, John Curtice.

En este contexto, Sunak ya tendría claro la derrota de este jueves y, según The Guardian, confió a miembros de su círculo íntimo que tiene miedo de perder su circunscripción de Yorkshire en las elecciones generales.

El primer ministro, que sería el primer líder en funciones del país en perder su escaño, dijo a sus confidentes antes de un mitin conservador el martes que pensaba que la votación en Richmond y Northallerton estaba demasiado reñida para predecir un resultado. En 2019 ganó el escaño con una mayoría de más de 27.000 y el 63% de los votos.

Una fuente dijo: “Tiene un miedo genuino de una derrota en Richmond: el riesgo de que sea un partido reñido lo ha afectado mucho. Está nervioso, no puede creer que esté tan cerca”. Otra fuente agregó: “Ha recibido tanto fuego amigo de su propio bando que me sorprende que haya tenido la fuerza para seguir adelante”.

Keir Starme, habla en un evento de campaña electoral general laborista, en el estadio Caledonia Gladiators en East Kilbride, Escocia, el 3 de julio de 2024. Foto: Reuters

En conversación con La Tercera, el académico de la Universidad de Lancaster, Mark Garnett, explicó que entre las razones para el desempeño de los laboristas está en que “en 2019, el partido se había movido hacia la izquierda y su líder, Jeremy Corbyn, fue descrito como demasiado izquierdista para ser primer ministro. Y eso perjudicó al Partido Laborista ese año, por lo que perdió escaños frente a los demás partidos, principalmente frente a los conservadores, debido al disgusto hacia Corbyn. Ahora tiene un líder que atrae a la gente moderada. Aunque es bastante de izquierda, nadie le tiene miedo a Keir Starmer. Así que eso es algo que los laboristas han hecho parecer como un gobierno alternativo muy seguro frente a los conservadores”.

“La gente que quiere deshacerse de los conservadores y ahora mira al Partido Laborista, más que pensar en votar por otros partidos. En otras palabras, debido a nuestro sistema electoral, el segundo partido más grande es siempre al que la gente mira. Si quiere deshacerse del partido más grande, el gobierno y Keir Starmer han hecho que el Partido Laborista parezca seguro. Y así, en cierto sentido, ha hecho que el partido parezca más elegible. Pero lo más importante es que el Partido Conservador ha dado la impresión de ser inelegible”, añadió.

En este contexto, entre los votantes que determinarán el resultado de estas elecciones, un grupo crucial está formado por aquellos que apoyaron a los conservadores en las últimas elecciones generales, pero que ahora dicen que no saben cómo votar. Estos votantes indecisos marcarán la diferencia entre lo que podría ser una derrota conservadora por un estrecho margen y una derrota aplastante como la de 1997, cuando Tony Blair se convirtió en primer ministro.

Rishi Sunak hace gestos durante su manifestación final en el Romsey Rugby Football Club como parte de un evento de campaña electoral general conservador en Hampshire, el 3 de julio de 2024. Foto: Reuters

Alrededor del 70% del electorado son mujeres y los sondeos sugieren que en su mayoría son propietarias de viviendas de mayor edad, no fueron a la universidad y se concentran principalmente a lo largo de la costa este de Inglaterra. Las pequeñas ciudades y suburbios donde viven conforman distritos que fueron bastante seguros para los conservadores en 2019. Scarborough y Whitby en Yorkshire es uno de ellos: una victoria aquí, suponiendo ganancias de alrededor de 25 escaños en Escocia de acuerdo con las encuestas recientes, le daría al Partido Laborista una mayoría absoluta, indicó el diario Financial Times.

El electorado que le daría el triunfo a esta colectividad ha sido personificado por la prensa como la mujer de Whitby, esa famosa ciudad costera del noreste de Inglaterra, que es famosa por las ruinas de su abadía, pero también por ser el escenario de Drácula. Se trataría de una mujer de unos 61 años, que siempre votó por los conservadores, pero que esta vez, la desilusión con la gestión del costo de vida por parte de los ministros conservadores, la frustración por el fracaso en el control de la inmigración y las dudas sobre Rishi Sunak personalmente la han empujado a la columna de indecisos, precisó el periódico.

Pero el Partido Laborista mira al sur, a Stevenage, en Hertfordshire. El grupo de campaña Labour Together ha identificado a la “mujer Stevenage” como clave para el futuro de su partido. Es una madre de unos 40 años que está desilusionada con la política. Probablemente votó por los conservadores en 2019, pero ahora los ha abandonado. Así el partido ha pasado estas semanas convenciéndola de que un gobierno de Starmer puede realmente marcar una diferencia en sus principales cuestiones, como el costo de la vida y el Servicio Nacional de Salud.

La holgada ventaja que tienen los laboristas ha traído a la memoria al triunfo de Blair, pero los analistas consultados por el diario The Times dicen que hay profundas diferencias entre el Nuevo Laborismo de 1997 y el partido de hoy. “Blair hizo campaña como un apóstol de la economía global, alguien que creía que el gobierno no debía intervenir en los mercados. Starmer adopta un enfoque mucho más activista, argumentando que un papel sólido del Estado es fundamental para brindar seguridad económica a la clase trabajadora”, indicó el periódico.

La seguridad es un mantra que recorre todo el mensaje del Partido Laborista, desde la economía hasta la inmigración y la seguridad nacional. Eso refleja la visión de Starmer de un mundo que se ha vuelto económicamente más turbulento desde la crisis financiera de 2009 y geopolíticamente más peligroso desde la invasión rusa de Ucrania.

“La base misma de cualquier buen gobierno es la seguridad económica, la seguridad fronteriza y la seguridad nacional”, dijo Starmer en su primer discurso de campaña importante el mes pasado en la ciudad costera de Lancing. “Ésta es la base, la piedra angular sobre la que se construirán nuestro manifiesto y nuestros primeros pasos”.

Para muchos, la llegada de Starmer al número 10 de Downing Street es la culminación de un extraordinario proyecto de cuatro años, en el que el político de 61 años, “purgó a su predecesor izquierdista, Jeremy Corbyn, y a sus leales; atacó el antisemitismo que había contaminado las filas del partido; y acercó sus políticas económicas y de seguridad nacional al centro”, escribió The New York Times.

“Cuando asumió el cargo en 2020, se propuso eliminar todos los factores negativos que impidieron que la gente votara por el Partido Laborista en 2019″, dijo al diario Steven Fielding, profesor emérito de historia política en la Universidad de Nottingham. Como resultado, “ha podido ampliar el grupo de votantes”.

Robert Ford, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Manchester, comentó a The New York Times: “Hace cuatro años, Keir Starmer básicamente ofrecía un corbynismo con rostro humano, y ahora ha dejado todo eso de lado. Se ha desplazado hacia el centro porque los incentivos se han desplazado hacia allí y la audiencia se ha desplazado hacia allí”.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.