Erdogan pide congelar bienes en Turquía de dos "ministros de EEUU"
En respuesta a sanciones similares de Washington por la detención de un pastor estadounidense en Turquía.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió este sábado congelar los bienes en Turquía de los ministros estadounidenses de Justicia y de Interior, una réplica a sanciones similares de Washington por la detención de un pastor estadounidense en Turquía.
Erdogan pareció no obstante querer frenar la escalada de tensión entre ambos países, aliados en el seno de la OTAN, en un momento en que la economía turca sufre y podría verse aún más afectada si se imponen más sanciones económicas.
"Hasta ayer por la noche nos mantuvimos pacientes. Hoy doy la orden: congelaremos los activos en Turquía de los ministros estadounidenses de Justicia e Interior, si los tienen", declaró Erdogan en un discurso en Ankara retransmitido en televisión.
La declaración es una respuesta a la decisión de Estados Unidos de sancionar, el miércoles, a los ministros turcos de Interior, Suleyman Soylu, y de Justicia, Abdulhamit Gul.
Ambos están la mira de Washington por su presunto papel en el juicio contra Andrew Brunson, un pastor estadounidense acusado en Turquía de actividades "terroristas" y espionaje.
Brunson, que niega estas acusaciones, fue puesto bajo arresto domiciliario la semana pasada después de un año y medio de cárcel.
Con todo, el sábado no estaba demasiado claro a qué ministros estadounidenses se refería el presidente turco: en Estados Unidos, el secretario del Interior, Ryan Zinke, es el responsable de los Parques Nacionales y de los asuntos indios.
Erdogan también podría haber hecho alusión a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
La AFP se puso en contacto con responsables turcos, que no ofrecieron más detalles.
Riesgo de nuevas sanciones
Las sanciones congelan cualquier propiedad o activo de los ministros turcos en territorio estadounidense, y prohíben a los ciudadanos estadounidenses hacer negocios con ellos.
Pero los dos ministros turcos sancionados aseguraron que no tenían ninguna propiedad en Estados Unidos. Tampoco es probable que los responsables estadounidenses contra los que tomó medidas Erdogan tengan bienes en Turquía, por lo que las sanciones no dejarían de ser simbólicas.
Pese a ello, éstas pueden, según los expertos, tener un impacto en la economía turca, socavada por una fuerte inflación y una moneda debilitada.
La libra turca se cambia desde el miércoles por la noche a más de 5 TRY por un dólar, cada vez más devaluada frente al dólar.
"Existe un riesgo de nuevas sanciones [...] que podrían golpear más directamente a los intereses del gobierno turco y que tendrían el potencial de provocar" una corrida hacia el dólar, considera Anthony Skinner, de la consultora Verisk Maplecroft.
Pero Erdogan parecía querer evitar que la situación se degradara más.
"No queremos ser parte de un juego perdedor. Llevar una disputa política y judicial al terreno económico daña a los dos países", matizó el sábado.
Las relaciones entre Ankara y Washington se crisparon en los últimos años por el apoyo de Washington a una milicia kurda en Siria, que Turquía no ve con buenos ojos, así como por la negativa de Estados Unidos de extraditar al predicador turco Fethullah Gülen, al que el gobierno turco acusa de haber instigado el golpe de Estado fallido de julio de 2016.
Instalado en Estados Unidos desde 1999, Gülen desmiente cualquier implicación.
Por su parte, Estados Unidos protestó contra el arresto de empleados locales de las misiones estadounidenses en Turquía, acusados de llevar a cabo actividades "terroristas".
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