Erdogan presiona a Arabia Saudita y pide castigos por muerte de periodista
El Presidente turco pidió que todos los implicados sauditas en el asesinato de Khashoggi sean castgados. Dos miembros de la familia del columnista se reunieron con el Rey Salman y el príncipe heredero.
Tal como lo había anunciado, el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mantuvo la presión sobre Arabia Saudita al calificar la muerte del periodista disidente Jamal Khashoggi como un "asesinato premeditado", echando por tierra la versión de Riad de que se trató de un incidente espontáneo.
Si bien trató de exculpar al Rey Salman -a quien llamó "su majestad" y "guardián de las dos mezquitas"- al señalar que estaba "seguro" en cuanto a que cooperará con la investigación, Erdogan usó un lenguaje que dejó la puerta abierta a las sospechas que pesan sobre su hijo, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, conocido como "MBS", sin mencionarlo implícitamente.
Jamal Khashoggi ingresó el martes 2 de octubre al consulado saudita en Estambul y nunca más salió. Arabia Saudita reconoció el viernes que el periodista había muerto producto de una pelea que se produjo al interior de la legación, aunque no dijo qué ocurrió con el cuerpo. Esta versión difiere de la que han filtrado a la prensa funcionarios turcos, que señalan que Khashoggi fue desmembrado en el consulado el mismo día que ingresó. Y, además, han dicho que asesores cercanos al príncipe heredero estarían implicados en el asesinato.
Erdogan pidió que todos los implicados en la muerte del periodista, "desde los ejecutores hasta los patrocinadores", sean castigados e instó a Riad a revelar "las responsabilidades de cada uno en este caso, desde el más alto nivel hasta el más bajo".
Erdogan exigió en particular que las 18 personas detenidas en Arabia Saudita en el marco de las investigaciones del asesinato de Khashoggi sean juzgadas en Turquía.
Mientras Erdogan ofrecía su discurso, la cadena Sky News señaló que los investigadores turcos habían encontrado los restos de Khashoggi en el jardín de la residencia del cónsul. Sin embargo, la oficina del fiscal turco desmintió la versión y aseguró al canal local TRT World, que no habían hallado nada hasta el momento.
Posteriormente se conoció que la policía había encontrado un computador, documentos y pertenencias personales en un auto abandonado con patente diplomática. Algunos canales de televisión turcos dijeron que estos objetos pertenecían a Khashoggi, pero hasta anoche esa información no había sido confirmada.
El diario Sabah también informó que antes de la visita de Khashoggi al consulado, un diplomático saudita -que identificó como Abdullah Almuzaini, jefe de estación de Estambul-viajó a Arabia Saudita.
Mientras ocurría esto, en Riad el Rey Salman y el príncipe se reunieron con dos miembros de la familia de Khashoggi. Entre ellos estaba su hijo Salah, que no puede abandonar el país y a quien el Rey expresó el domingo sus condolencias.
A su vez, el Presidente Donald Trump dijo que el caso Khashoggi había sido uno de los "peores encubrimientos de la historia".
La atención no sólo estuvo puesta en las declaraciones de Erdogan, sino que también en Riad, donde se inició la conferencia de inversión en el país, conocida como "Davos del desierto", la que fue boicoteada por varias empresas en represalia por el caso Khashoggi. El evento contó con la presencia del príncipe Bin Salman, que realizó una visita sorpresa al encuentro y recibió una ovación de pie, según el diario The New York Times. Pese al boicot, el periódico señaló que al evento asistieron unas tres mil personas.
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