Estados Unidos descarta reabrir su Embajada en Siria hasta que el nuevo Gobierno cumpla con “ciertos principios”
“Esto no es algo que vaya a suceder de la noche a la mañana. Tiene que ser un proceso dirigido por Siria que se desarrolle en las próximas semanas", explicó el portavoz del Departamento de Estado, Mathew Miller.
El Gobierno de Estados Unidos ha afirmado este martes que no tiene previsto reabrir su Embajada en Damasco próximamente, puesto que no reconoce a Hayat Tahrir al Sham (HTS), el grupo que ha encabezado la ofensiva rebelde contra el régimen de Bashar al Assad hasta derrocarlo el pasado domingo, como la autoridad gobernante en Siria.
“No es algo que tengamos planes inmediatos de hacer, pero hemos dejado claro los pasos que queremos ver que el Gobierno de Siria toma y (...) estamos dispuestos a reconocer a un Gobierno sirio que lo haga. Y, por supuesto, la apertura de una Embajada es el tipo de paso que seguiría a ese reconocimiento”, ha explicado el portavoz del Departamento de Estado, Mathew Miller.
En una rueda de prensa, el portavoz ha defendido esta posición porque no han “reconocido a Hayat Tahrir al Sham (HTS) como la autoridad gobernante en Siria”, si bien ha destacado los reciente logros del grupo yihadista al “tomar el control de algunos resortes del poder” y “trabajar para nombrar un primer ministro en funciones”.
“Esto no es algo que vaya a suceder de la noche a la mañana. Tiene que ser un proceso dirigido por Siria que se desarrolle en las próximas semanas. Pensamos que era importante, en nombre de Estados Unidos (...), dejar claros ciertos principios que deben mantenerse durante este proceso de transición y durante la formación de un nuevo gobierno”, ha destacado el portavoz.
Estas declaraciones llegan después de que el propio Miller afirmara este lunes que Estados Unidos quiere “mantener conversaciones con los grupos clave dentro de Siria”. “Es obvio que HTS es uno de ellos”, señaló, pese a que no contempla sacar al grupo de su lista de organizaciones terroristas.
En los últimos días, el Departamento de Estado ha reiterado sus mensajes en apoyo a un “proceso de transición política” en el país árabe que respete los derechos de las minorías, garantice las libertades civiles, cumpla “con los estándares internacionales de transparencia y responsabilidad” y evite que Siria se convierta en una “base para el terrorismo”.
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