Estatua de Cristóbal Colón sale del centro de Ciudad de México y reemplazan por escultura de mujeres indígenas
“Colón, pues claro que fue un gran personaje universal y también hay que reconocerlo, pero creemos que, en el centro de nuestra ciudad, ahí tiene que haber un reconocimiento a la mujer indígena y, por eso, este monumento”, dijo la alcaldesa de la capital azteca, Claudia Sheinbaum. La nueva escultura que se colocará en el Paseo de la Reforma este año se llamará “Tlali”, que significa “tierra” en náhuatl.
La alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum anunció que la estatua de Colón en el Paseo de la Reforma que había sido retirada a finales del año pasado -teóricamente para su restauración- será reemplazada por una escultura en honor a las mujeres indígenas.
“Colón, pues claro que fue un gran personaje universal y también hay que reconocerlo, pero creemos que, en el centro de nuestra ciudad, ahí tiene que haber un reconocimiento a la mujer indígena y, por eso, este monumento”, dijo el domingo Sheinbaum, al hacer el anuncio.
La decisión se une a una serie de iniciativas que han tenido lugar este año destinadas a repensar y, sobre todo a renombrar, efemérides de la historia mexicana justo cuando se conmemoran los 500 años de la caída de Tenochtitlan, la capital mexica, en manos de los españoles.
La estatua de Colón, donada a la ciudad en 1877, ha sido un importante punto de referencia en el bulevar de 10 carriles que es una de las principales arterias de la capital y objetivo favorito de los manifestantes que, muchas veces, la rociaron con grafitis que denunciaban la represión europea de las civilizaciones indígenas de México.
La escultura fue retirada el año pasado supuestamente para su restauración, poco antes del 12 de octubre, cuando en México se conmemora el Día de la Raza y en España el “descubrimiento” de América. En Estados Unidos, a este día le llaman Columbus Day (“Día de Colón”) porque fue cuando llegó el navegante llegó al continente americano en 1492.
Cuando se retiró la estatua el año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que, según sus datos, la bajaron “para restaurarla” y que no debía “prestarse a malos entendidos” el hecho de que hubiera coincidido con la efeméride de octubre.
Ahora parece que sus palabras solo pretendían suavizar un tema que sigue siendo objeto de debate a ambos lados del Atlántico, sobre todo desde que el presidente instara a España a que pidiera perdón por las masacres cometidas durante la conquista.
La petición fue criticada por académicos mexicanos y grupos de indígenas como los zapatistas, que la consideraron demagógica. No obstante, hay académicos que sí han apostado en los últimos años por revisar estereotipos de la historia que han promovido actitudes racistas y huir de lecturas que dividen el pasado entre buenos y malos.
De momento, los cambios han sido de forma más que de fondo. El quinto centenario del fin del imperio mexicano fue conmemorado como el 13 de agosto como el comienzo de la resistencia indígena y la hasta ahora conocida como “noche triste” -que se refería a la peor derrota sufrida en por Hernán Cortés en junio de 1520- se rebautizó como “noche victoriosa”.
En España tampoco es un asunto muerto para los sectores más radicales del país. El partido ultraderechista Vox, la tercera fuerza política en el parlamento, dijo en su cuenta oficial de Twitter con motivo de la caída de Tenochtitlan que “México y toda América deberían agradecer a los españoles que llevaran la civilización y pusieran fin al reinado del terror y barbarie al que estaban sometidos”.
En lugar de recordar las matanzas y las muertes por las enfermedades que la conquista provocó, hubo quien respondió de forma más irónica.
Ruben Ríos Uribe, un diputado de Morena, el partido oficialista, en el estado de Veracruz, optó por días después por poner en sus redes este mensaje “por la libertad y la democracia”. “Hay que invadir España y llevarles la República. No puede ser que sigan teniendo rey en pleno siglo XXI”.
La nueva estatua que se colocará en el Paseo de la Reforma este año se llamará “Tlali”, que significa “tierra” en náhuatl.
La de Colón no se desechará, sino que se trasladará a un lugar menos prominente en un pequeño parque en el vecindario de Polanco.
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