Estrategias sobre Covid Cero y Taiwán marcan discurso de Xi Jinping en apertura de histórico congreso del PC de China
Dando inicio al XX Congreso del Partido Comunista de China, el gobernante se refirió ayer a sus últimos cinco años de gestión, señalando que “no van a renunciar al uso de la fuerza armada” para lograr la reunificación con Taiwán. Se espera que Xi sea ratificado para un inédito tercer mandato al final del cónclave que se desarrollará durante una semana en Beijing.
Este domingo, el secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, abrió el XX Congreso Nacional de la colectividad con un discurso de 104 minutos, más breve que el de 2017 que duró cerca de 203 minutos. En la alocución, frente a cerca de 2.300 “delegados” congregados en el Gran Salón del Pueblo de la Plaza de Tiananmén, en Beijing, el presidente del gigante asiático llamó a un desarrollo militar acelerado, invocando también el lema del “rejuvenecimiento de la nación china”, lo que incluye una revitalización del rol del partido como un líder económico y social.
El discurso abrió el congreso quinquenal del PCCh, que se extenderá por una semana, en el que se prevé que Xi Jinping se mantenga en la secretaría general del partido. Con ese tercer mandato, Xi extendería a 15 años su período como presidente de China (hasta 2027), perfilándose como uno de los líderes más importantes de Beijing en las últimas décadas.
Uno de los aspectos más esperados de su discurso tuvo que ver con la posición de China en Taiwán, sobre todo luego de las recientes tensiones que sucedieron a la visita de la líder de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, a la isla. Xi se refirió a Taipéi como parte del territorio chino, y aseguró que “nunca prometería la renuncia al uso de la fuerza armada” para lograr la reunificación.
“La reunificación completa de nuestro país debe y será realizada”, señaló Xi, indicando también que desde Beijing se alentaría a la cooperación económica con la isla y a una unificación pacífica.
El presidente chino también se pronunció sobre la situación de Hong Kong y lo que ha llamado los “desarrollos turbulentos” de los últimos años, en los que el movimiento prodemocracia ha luchado por preservar los derechos del territorio autónomo frente a la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Beijing. “El gobierno central ejerció su jurisdicción para asegurar que Hong Kong lo gobernaban patriotas. Restauramos el orden”, afirmó Xi.
Xi también apuntó al nuevo lugar que Beijing ha tomado en el contexto mundial: “La influencia, atractivo y poder de China para dar forma al mundo ha aumentado significativamente. Confrontando cambios drásticos en el escenario internacional, hemos mantenido una resolución estratégica firme, y mostrado un espíritu guerrero”, dijo el líder chino.
Analistas citados por Bloomberg señalaron que esta forma de ver la política internacional se relaciona con un quiebre respecto a Deng Xiaoping, cuya doctrina fue conocida como “oculta tu fuerza, espera el momento”. En cambio, Xi ya había declarado en su discurso de 2017 que China se tendría que “parar alta y firme desde Oriente”.
Otro de los temas tratados en la alocución de Xi Jinping fue la política de Covid Cero, que a pesar de su costo económico en el gigante asiático, ha servido para mantener la cantidad de casos y muertes por coronavirus en cifras bajas. Por esto mismo, Xi respaldó una y otra vez la estrategia sanitaria.
“En respuesta al repentino ataque del Covid-19, pusimos a las personas y sus vidas por sobre cualquier cosa, y perseguimos tenazmente la dinámica Covid Cero. Hemos protegido la salud y seguridad de las personas hasta donde más hemos podido”, aseguró.
En ese sentido, se ve muy difícil que esta política cambie en China. Aún así, luego de tres años, de a poco se han visto señales de descontento hacia el Covid Cero: solo tres días antes del inicio del XX Congreso de PCCh, se desplegaron inéditas pancartas en contra de las medidas de contención de la pandemia, y llamando por el fin del gobierno de Xi.
En materia ambiental, Xi aseguró que se impulsarán “las industrias bajas en carbono, y promoveremos un estilo de vida que sea bajo en carbono. Intensificaremos el control de la contaminación. Trabajaremos para eliminar toda contaminación grave”. De todos modos, el presidente chino aseguró que no eliminará la energía a carbón por el momento. “Estamos construyendo lo nuevo antes de descartar lo viejo”, indicó.
Respecto al ámbito económico, Xi no anunció grandes cambios ni hizo virajes muy profundos sobre sus discursos anteriores: señaló que el desarrollo es la principal prioridad de su partido, como había hecho en ocasiones previas, lo que es leído por los analistas como una señal de que Beijing podría tolerar un crecimiento económico más lento, si este era necesario para otros objetivos políticos.
“Vamos a intensificar el entrenamiento militar bajo condiciones de combate a lo largo del Ejército para asegurarnos de que nuestras Fuerzas Armadas puedan pelear. Innovaremos en nuevas guías estratégicas y en desarrollar estrategias y tácticas para la guerra del pueblo, estableceremos un fuerte sistema de disuasión estratégica, incrementaremos la proporción de nuevas fuerzas de dominio con nuevas capacidades de combate”, señaló Xi en esa materia.
Según apuntó Bloomberg, Xi se ha inclinado en los últimos años por modernizar un Ejército que, hasta su llegada, era particularmente dominado por la infantería. En miras a tener Fuerzas Armadas modernas, se ha disminuido el Ejército de tierra, mientras que la Armada y los misiles han ganado prominencia en el presupuesto militar.
Luego del discurso de Xi, el profesor asociado de la Universidad Nacional de Singapur, Alfred Wu, señaló: “En el pasado, los líderes chinos basaron su legitimidad en la habilidad de proveer crecimiento económico. Ahora que la economía se ralentiza, Xi trata de mover la base de su legitimidad del crecimiento económico a la seguridad: que él es el único que puede salvar y proteger a China”.
Ja Ian Chong, profesor asociado de Ciencias Políticas de la misma universidad, aseguró que el énfasis en la seguridad presente en el discurso de Xi se relaciona con los múltiples frentes en los que China debe atender, y que son mucho más preocupantes de lo que eran hace cinco años: “Primero, la competencia con Estados Unidos se ha vuelto más intensa. Luego, esta incertitud alrededor de la guerra en Ucrania y el apoyo de Xi a Putin. El mundo luce hoy mucho más conflictivo que hace cinco años, también con el Covid, y hay temas con las cadenas de suministros que encajan con los esfuerzos norteamericanos de limitar el acceso chino a la tecnología. En el tema de la seguridad, China tiene mucho más de que preocuparse hoy”.
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