Ex combatientes de las FARC: entre la guerra y la paz
El 29 de agosto, un grupo de exmiembros de la guerrilla colombiana, entre ellos los líderes Iván Márquez y Jesús Santrich, anunciaron su regreso a las armas. Cuatro antiguos guerrilleros y ahora legisladores relatan a La Tercera su descontento y "decepción" con sus excamaradas.
En 2016, las FARC estaban convencidas de que la paz era el camino que les aguardaba para el futuro, una nueva ruta en la que podrían desarrollar una actividad política en la legalidad y que les permitiría el regreso a la vida civil. Iván Márquez, el entonces "número dos" de la guerrilla, y el comandante Jesús Santrich, formaron parte del grupo que negoció los acuerdos de paz que condujeron al desarme de unos 7.000 combatientes. Por eso, nadie esperaba que fueran ellos mismos quienes a través de un video de 32 minutos anunciaran la semana pasada su regreso a la armas y a la selva.
"Siento decepción. Fueron ellos quienes llegaron a los campamentos a convencernos a nosotros de la necesidad de aceptar la firma del acuerdo pactado, bajo el argumento de que no era el mejor acuerdo, pero que era un acuerdo viable. Nosotros confiamos plenamente en ellos", dice a La Tercera Jairo Cala, congresista en la Cámara de Representantes de Colombia por el partido político de la exguerrilla, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).
"Es desafortunado. Es una aventura delirante de un grupo reducido de excompañeros que hacen una lectura particular de lo que significa la implementación del acuerdo", complementa a La Tercera la senadora FARC y excombatiente, Sandra Ramírez, viuda de Manuel Marulanda, "Tirofijo", fundador de la guerrilla fallecido en 2008.
En el video, Márquez leyó un extenso discurso, secundado por Santrich a un lado y "El Paisa" -otro importante miembro de las FARC- a su otro costado, los tres rodeados por 17 hombres y mujeres con fusiles y una pancarta al fondo que dice "Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP". Ahí explicaron que la decisión representa la "continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana", y denunciaron "la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica".
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Mural en el que aparecen el líder de las FARC, Simón Trinidad, preso en EE.UU., junto a Simón Bolívar.[/caption]
"Yo no comparto esa decisión de volver a la guerra, eso es volver al pasado. Si bien es cierto que existen dificultades con la implementación de los acuerdos, la guerra es criminal, ha dejado muchas víctimas", expresa a La Tercera el senador FARC Pablo Catatumbo, quien durante la época de la guerrilla compartió con Márquez en el Secretariado del grupo desde 2008.
"Nadie dijo que sería fácil"
Los miembros del partido FARC y su presidente "Timochenko", salieron inmediatamente a recalcar que ellos seguían comprometidos con el proceso de paz. El descontento con la decisión de sus excompañeros es evidente, y ya iniciaron el proceso para la expulsión del partido de quienes participaron de ese video.
Eso sí, en conversación con este diario, los políticos del partido FARC reconocen que sí coinciden en que la implementación del pacto no ha sido lo que esperaban, ya que el "acuerdo no se ha venido cumpliendo en los tiempos que nosotros hubiésemos querido", asegura Cala. Sin embargo, Ramírez asevera que "nadie nos dijo que firmar el acuerdo e implementarlo iba a ser fácil, lleno de miles y miles de dificultades que no pueden ser superiores a las que vivimos en la confrontación armada".
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El expresidente cubano Raúl Castro, junto con el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño "Timochenko", en La Habana, en 2015.[/caption]
"Nosotros ratificamos nuestro convencimiento de que el camino que escogimos después de largos análisis, en los cuales incluso ellos participaron, es el camino de la construcción de la paz. No importan los obstáculos, los incumplimientos, la falta de voluntad política", asegura a La Tercera Marco León Calarcá, exguerrillero y actual representante en el Congreso colombiano.
Para este legislador, que se unió a las FARC en 1977 y fue enviado a La Habana al encuentro exploratorio en el cual se acordaron las formas del diálogo, efectivamente existen "disconformidades las cuales compartimos". "El incumplimiento por parte del Estado colombiano de lo firmado, las trabas que le está poniendo este gobierno con presentación de leyes, diciendo públicamente que están de acuerdo, que van a cumplir, pero en la práctica eso no se concreta. Podemos nosotros compartir eso, lo hemos venido denunciando. Lo que no compartimos, lógicamente, es a esa conclusión a la que llegan", sostiene.
Riesgos y garantías
Pablo Catatumbo asegura que el 57% de las normas requeridas para la implementación del acuerdo aún está pendiente de trámite en el Congreso. "El gobierno de Iván Duque no ha asumido el compromiso del acuerdo final y la paz como un deber del Estado, sino como una política y un compromiso del gobierno anterior y eso es un gravísimo error", dice.
Los cuatro ex FARC mencionan los problemas de seguridad a los que se han visto expuestos los guerrilleros desmovilizados. Ya suman más de 140 los excombatientes asesinados en extrañas circunstancias. "Son las exigencias que estamos haciéndole al Estado colombiano para que se nos brinden esas garantías. Los riesgos que nosotros ahora estamos corriendo no son muy distintos a los riesgos que estábamos corriendo cuando estábamos en la actividad armada", señala Cala.
El "mensaje" de Tirofijo
"La rebelión no es una bandera derrotada ni vencida, por eso continuamos con el legado de Manuel (Marulanda) y de Bolívar, trabajando con los de abajo y desde abajo en el ámbito político y social", recitó Márquez en el video, haciendo alusión al fundador de las FARC.
Pero la figura del fallecido jefe guerrillero hoy provoca división. Sandra Ramírez, quien fue su pareja, califica de "inaudito" que Márquez utilizara la palabra de Tirofijo como justificación para el regreso a las armas. "Me da de todo; me da tristeza, rabia y risa, que se utilice el nombre de un hombre que luchó toda la vida por la paz y le tocó crear este Ejército con las manos, siempre soñando un país mejor", sostiene Ramírez. "Si él estuviera aquí se lo aseguro que aquí estaría con nosotros, al lado de su partido, ayudándonos con esa gran experiencia que poseía, tratando por todos los medios de superar las dificultades que a diario se presentan en la implementación del acuerdo", concluye.
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