Exministros de Castillo apuntan a su círculo cercano entre los gatillantes de la crisis del gobierno en Perú
La expremier Mirtha Vásquez señaló que el presidente peruano “debe reconsiderar quiénes forman su entorno más cercano”.
El Presidente peruano, Pedro Castillo, se encuentra sumido en una nueva crisis política, producto de la renuncia de la premier Mirtha Vásquez por diferencias con el mandatario en el manejo de la policía, y la consiguiente renovación de gabinete, el tercero de su gestión de medio año.
Vásquez, que asumió la presidencia del Consejo de Ministros el 6 de octubre -en reemplazo del primer encargado de dirigir el gabinete de Castillo, Guido Bellido-, explicó tras presentar su dimisión que el mandatario debe “reconsiderar quiénes se encuentran en su entorno más cercano” y mostró su preocupación por los “asesores” del jefe de Estado.
“El presidente tiene un equipo de asesores, yo se lo dije abiertamente, que él debiera reconsiderar”, lamentó antes de matizar que “a veces se comenten muchos errores en el gobierno”, algo que ha achacado a “quien asesora al presidente” y “quien está en contacto directo”.
Para Vásquez, uno de los principales motivos para presentar su renuncia al cargo -que se vio seguido por la destitución en bloque del gabinete- fue el “inadecuado equipo de asesores que rodea al jefe de Estado”. Dichas personas, sostuvo, “han provocado estos días una crisis innecesaria de gobernabilidad, acusándose unos a otros”, según indicó a la radio RPP. Al ser consultada por la identidad de estos asesores, Vásquez indicó que “existe un problema” entre los “asesores directos” del presidente.
Según el diario El Comercio, la exprimera ministra dio al menos dos nombres de asesores que, en su opinión, llevan al jefe del Estado a tomar decisiones equivocadas: Biberto Castillo León y Beder Camacho Gadea. El primero es consultor en la Secretaría General y el segundo es director encargado de la oficina de atención al ciudadano y gestión documentaria en el palacio presidencial.
A juicio de Vásquez, el presidente toma decisiones “inexplicables” para los integrantes del gabinete ministerial, por seguir los consejos de sus asesores. Por ello, dijo haberse sentido frustrada. Vásquez contó que los asesores del presidente “planificaron” las entrevistas que concedió a tres medios de comunicación, sin avisarle previamente. Detalló que ni siquiera estuvo al tanto de cuándo sería entrevistado por CNN en español, lo que le impidió entregarle información que le pudo servir para tener un mejor desempeño.
En su carta de dimisión, Vásquez dijo que, “por desgracia, llegamos al punto de no haber podido lograr al menos avanzar en consensos sobre el liderazgo de un sector tan importante como el Interior”, por lo que puso en duda “la posibilidad de avanzar en otros cambios imprescindibles en otros ámbitos”.
Asimismo, aseveró que la crisis en el Ministerio del Interior “no es un asunto cualquiera y coyuntural”, sino la expresión de un “problema estructural de corrupción en diversas instancias del Estado que nos viene golpeando y que es momento de abordar y confrontar con firmeza”.
El presidente, en tanto, señaló que “el gabinete está en constante evaluación. Por tal motivo, he decidido renovarlo y conformar un nuevo equipo”. “Agradezco el apoyo de Vásquez y ministros de Estado. Seguiremos por el camino del desarrollo por el bien del país”, tuiteó el mandatario.
La crisis se produce tras la dimisión del ministro del Interior, Avelino Guillén, quien se enfrentó a un jefe policial que buscaba jubilar a oficiales valiosos, y al mismo tiempo debilitar unidades policiales claves que investigaban al narcotráfico, así como diversos delitos cometidos en partidos políticos de izquierda y derecha.
El renunciado ministro había sido uno de los exfiscales que en 2009 logró condenar al expresidente Alberto Fujimori a 25 años de prisión por haber cometido delitos de asesinatos y corrupción en su gestión entre 1990-2000.
Avelino Guillén dijo el sábado al canal por internet Epicentro TV que presentó su renuncia el viernes luego de esperar por dos semanas sin éxito una respuesta del presidente para pasar al retiro al jefe de la policía, a quien Castillo jubiló el domingo casi a la medianoche.
Guillén recomendó a Castillo comenzar a “escuchar” y sin dar nombres le pidió cambiar a sus asesores presidenciales, los cuales, dijo, sostienen una “guerra permanente entre ellos”. “Al gobierno lo que le falta es rumbo, definir un rumbo”, dijo.
El jueves, el gobierno aprobó declarar por 45 días en estado de emergencia a la capital y la provincia costera del Callao por el “incremento de crímenes y actos delictivos en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus”.
Ayer Carlos Jaico presentó su renuncia irrevocable a la secretaría general de la Presidencia, denunciando la “influencia nociva” de los asesores e Castillo. Aseveró que el mandatario “ha preferido mantenerlos (a los asesores) y continuar por esta senda de decisiones erráticas que han derivado en una grave crisis institucional”.
En medio de esta crisis los ojos se centraron en el mismo mandatario como el causante de la misma. “A estas alturas, queda claro que quien le coloca más zancadillas al gobierno es el inquilino de Palacio, cuya capacidad para poner a su gestión contra las cuerdas parece infinita. Y aunque el país ha asistido a un carnaval de crisis prácticamente desde el primer día de su gobierno, esta tiene un barniz especial, en el que, a la desfachatez, se le han sumado la mentira y las acusaciones de complicidad con la corrupción”, indicó el diario El Comercio en su editorial de ayer.
“El Presidente Castillo no puede dar estabilidad en el gobierno, porque está incapacitado para gobernar. No sabe lo que es gobernar, él comete una serie de errores donde él es el principal impulsor de la inestabilidad. Él no tiene la capacidad de hacer un manejo político”, dijo a La Tercera el analista político peruano y director ejecutivo de la consultora Vox Populi, Luis Benavente.
“No sé si el presidente se ilumine y logre armarse un gabinete lo suficientemente equilibrado para impulsar la recuperación económica del empleo y el trabajo informal, a la vez de enfrentar las dificultades políticas por las que atraviesa el país y convocar a sectores amplios a nivel político, institucional y ciudadano para poder hacer un gobierno viable para el país. Todo gobernante tiene muchas responsabilidades y parte de las responsabilidades es tener y mantener un entorno. Él se ha llenado de un entorno que, evidentemente, no es gente capacitada en la política y que responde, por el contrario, a intereses ideológicos, a intereses políticos e intereses de corrupción, por las denuncias tan intensas y frecuentes que se están dando”, concluyó.
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