Fabio Vio, ex embajador de Chile en Perú: "No se puede fijar una línea coherente de Alan García respecto de la relación con Chile"
Por seis años (2008 a 2014) Fabio Vio estuvo en Lima a cargo de la embajada de Chile en Perú, en uno de los periodos más complejos de la relación entre Chile y Perú por la demanda por límites marítimos ante la Corte Internacional de La Haya.
"Nunca imaginé una situación de esta naturaleza. Estoy muy impactado con su suicidio. Tengo un profundo respeto por Alan García, con quien me unió una relación muy especial debido a los complejos momentos que nos tocó vivir con respecto a la relación entre Perú y Chile. Era un hombre que transmitía en la relación personal un aspecto de alegría y de buen trato. Es imposible entrar a calificar algo tan personal como es el suicidio, lo que sí puedo señalar es que García era un hombre extremadamente consciente de la majestad del cargo de Presidente de la República", señala el ex diplomático Fabio Vio, uno de los chilenos que más conoció al fallecido ex mandatario peruano.
Por seis años (2008 a 2014) Fabio Vio estuvo en Lima a cargo de la embajada de Chile en Perú, en uno de los períodos más complejos de la relación entre ambos países por la demanda por límites marítimos ante la Corte Internacional de La Haya. Varias veces le correspondió, como representante de Chile, conversar con el ex Presidente Alan García, un asiduo visitante de la embajada y la residencia del embajador de Chile en Perú. Vio recuerda a lo menos 10 ocasiones en que Alan García estuvo en la delegación chilena. "García asistía a todas las ceremonias de celebración de las Fiestas Patrias chilenas en Lima, pero extrañamente en su mandato, a partir de 2009, ordenó el retiro de las tropas peruanas que rendían honores en la embajada chilena y que no fueran autoridades peruanas a la celebración", recuerda Vio.
¿En esas conversaciones más personales pudo hacerse una idea de lo que realmente pensaba Alan García respecto de la relación con Chile?
Yo nunca pude llegar a captar si Alan García quedó conforme con la sentencia de la Corte de La Haya, independientemente de sus declaraciones públicas. Porque si uno analiza el fallo, más allá de que no nos gustó a los chilenos, acoge todo el razonamiento jurídico de Chile y desecha los planteamientos peruanos, aun cuando la sentencia corta inexplicablemente la línea en el paralelo en la milla 80, lo que es una inconsistencia enorme. Ahora bien, para Alan García, como para la mayoría de los mandatarios peruanos, Chile siempre fue una prioridad, era una referencia absoluta. Hay también que diferenciar al Alan García del 85 del de 2006. En 2006 era un hombre que creía firmemente en una economía social de mercado, en una apertura económica absoluta y en una integración regional importante, dejando atrás los ánimos populistas de su primera gestión.
¿Alan García era firme partidario de la demanda contra Chile en la corte de La Haya?
Hay una suerte de mito en Chile en el sentido de que Alan García se había comprometido a no presentar la demanda por los límites marítimos ante la Corte de La Haya, que en su gobierno buscaría mantener la mejor relación con Chile. Hay muchas especulaciones respecto de que el ex mandatario peruano hubiera preferido no interponer esa demanda si es que hubiera tenido una situación interna menos difícil. Creo que nunca vamos a llegar a la verdad final en ese tema. Pero hay algo que es indudable: la demanda peruana no nació de la noche a la mañana, sino que fue preparada durante muchos años, lo que da cuenta de una intención política definida. Indudablemente hay una dualidad permanente de Alan García en la relación con Chile. A partir de la presentación de la demanda la relación bilateral se vio muy afectada y el manejo de la relación era muy compleja por ambos lados. Pero, al mismo tiempo, hay que decir que García estaba extraordinariamente interesado en que las relaciones comerciales, fronterizas y políticas con Chile no se vieran muy afectadas. Alan García fue el creador de la idea de las cuerdas separadas, algo que no ha sido explicado suficientemente en Chile. García recibió un ataque muy directo de los sectores nacionalistas peruanos por aceptar durante su mandato las grandes inversiones chilenas en Perú, incluso hubo políticos que llamaban a boicotear los productos chilenos a no comprar en las tiendas con inversión chilena, sin embargo, Alan García siempre les respondió que había que actuar con cuerdas separadas, que una cosa era la defensa de la soberanía y el litigio en la corte y otro muy diferente era la necesidad de mantener las relaciones económicas y fronterizas entre Tacna y Arica. Cuando García planteó la idea de las cuerdas separadas, al final del gobierno de Bachelet, Chile le respondió que nosotros éramos partidarios de mantener una relación "inteligente". De avanzar en lo que se podía avanzar y en lo otro mantener la debida prudencia. García buscaba mantener la mejor relación con nuestro país.
Durante el gobierno de Alan García hubo episodios muy complejos en la relación con Chile, ¿para usted el ex mandatario alentaba esas crisis o buscaba solucionar pronto los conflictos con Chile?
Depende de los incidentes. No se puede fijar una línea coherente en el trato de García hacia Chile, fue un momento muy complejo. La relación entre Chile y Perú fue como una montaña rusa, con altos y bajos permanentes. Algunas de las declaraciones y decisiones políticas de García evidentemente complicaron la relación. Pero en los momentos difíciles también emergía el otro Alan García, el que buscaba solucionar los conflictos, o el que tenía gestos notables hacia Chile. Por ejemplo, con motivo del terremoto de 2010, García vino a Chile con ayuda, o cuando sacaron a los mineros que estaban enterrados en la mina San José, esa misma noche García llegó a la residencia del embajador acompañado de su canciller José Antonio García Belaúnde para manifestar su alegría y solidaridad por el rescate. Desde la residencia diplomática chilena, García llamó al Presidente Piñera para felicitarlo y expresarle su alegría.
Se dice que García mantuvo una relación de amistad con Bachelet y Piñera, ¿usted siente que era una amistad sincera?
Creo que tuvo una amistad con Bachelet y también con Piñera. Alan García era un hombre muy exuberante, en su forma de actuar y de hablar, con su estatura y porte, llegaba y discurseaba. García era un hombre de muchos gestos, con los que expresaba sus sentimientos. Era un hombre expresivo e, indudablemente, en la relación con Chile existía el tema de la soberanía, que para él era muy importante, pero, por otro lado, tenía la conciencia de que con Chile tenía que mantener una buena relación, aun cuando, en muchas ocasiones chocaban eso dos intereses. Como embajador puedo expresar que Palacio Pizarro y la Cancillería peruana siempre estuvieron abiertos para nosotros en momentos muy, pero muy difíciles. Muchas de esas situaciones se han superado, pero con Perú todavía tenemos situaciones complejas. El triángulo terrestre nadie quiere tocarlo, el Congreso peruano a cinco años del fallo de La Haya, todavía no sanciona las leyes para adecuar la legislación peruana a la sentencia de La Haya. Esos son temas pendientes, aun cuando, estamos a otro nivel de las relaciones.
¿Cuál es el balance que usted hace de la gestión de Alan García respecto de Chile?
En Chile hay muchos detractores de Alan García. Muchos le critican el no haber cumplido su palabra al demandarnos, con sus dichos calificando a Chile de "republiqueta". Hay muchos chilenos que no están de acuerdo con que el gobierno del Presidente Piñera lo haya condecorado. Pero el balance final que hago de Alan García es que fue un gran político latinoamericano, un político con conciencia de Latinoamérica y de su presencia internacional. Segundo, que era un hombre de gran inteligencia y con una capacidad de oratoria pocas veces vista, consecuente con su pertenencia al Apra y a la figura de su mentor Víctor Raúl Haya de la Torre. En su actuación con Chile, fue sin duda un hombre que tuvo altos y bajos, que fueron en una época la característica de la relación entre los dos países.
El Presidente Piñera condecoró a Alan García, pese a la demanda que había presentado contra Chile. ¿A la luz de lo que ha pasado esa fue una decisión correcta?
Bachelet y Piñera coincidieron en la necesidad de avanzar en lo que se podía avanzar realmente. Las visitas oficiales que se realizaron, tanto de Piñera a Perú, como de García a Chile, están dentro de la política de Estado, de mantener las relaciones bilaterales independiente de los litigios que se estén desarrollando en tribunales internacionales. Como embajador de Chile fui condecorado por el gobierno peruano y el embajador de Perú en Chile también fue condecorado por el gobierno chileno al término de su gestión. Todos los oficiales de las fuerzas armadas chilenas que sirvieron en Perú durante el juicio de La Haya también fueron condecorados. Por eso criticar una gestión política global por un acto normal de las visitas oficiales es caer en una simplificación. Pueden haber opiniones diferentes, pero lo más importante con Perú es mantener una buena relación. Además, hay que recordar que el Congreso chileno también le concedió la medalla de honor a Alan García. Son gestos diplomáticos que hay que dimensionar correctamente.
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