Grupos de ayuda dicen que Gaza está cayendo en un “caos absoluto”
El alto el fuego deja entrever los problemas que podrían surgir una vez que termine la guerra.
Un inestable alto el fuego entre Israel y Hamas ha permitido que llegue una oleada de ayuda a los palestinos en Gaza, pero los grupos humanitarios y civiles en el enclave dicen que los convoyes no son suficientes para atender las necesidades de los dos millones de habitantes de la Franja.
A pesar de la pausa en los combates, los palestinos en Gaza están quemando marcos de puertas y montones de basura para cocinar, durmiendo hacinados en aulas escolares y en casas de extraños, y trepando a camiones que traen ayuda desde Egipto en un intento desesperado por conseguir suministros, dicen los residentes.
El alto el fuego también ha dado a los habitantes de Gaza la oportunidad de enterrar a los muertos y hacer un balance de barrios enteros que han quedado reducidos a escombros durante siete semanas de bombardeos israelíes.
La crisis humanitaria en Gaza se sumó a la presión internacional sobre Israel y Hamas para extender el alto el fuego inicial de cuatro días para permitir que llegue más ayuda y estabilizar la situación de los civiles en Gaza. Los mediadores egipcios y qataríes dijeron el lunes que se había extendido otros dos días hasta el miércoles, y Hamas confirmó más tarde la extensión que permitirá la liberación de más rehenes.
Mientras tanto, 1,7 millones de personas están desplazadas internamente, la mayoría de ellas hacinadas en la mitad sur de la Franja de Gaza, después de que Israel exigiera que los civiles abandonaran el norte días después de que comenzara su ofensiva militar el mes pasado. Algunos dicen que están perdiendo la esperanza.
“No quiero ayuda humanitaria, quiero volver a casa, en la Ciudad de Gaza”, dijo Balsam Hisham, de 35 años, madre de seis hijos que huyó del norte y vive en una tienda de campaña en el sur. “Ojalá me mataran en Gaza y no tuviera que vivir esta vida aquí”.
Israel y Hamas iniciaron un alto el fuego el 24 de noviembre como parte de un acuerdo según el cual el grupo militante está liberando lentamente a los rehenes que tomó durante los ataques del 7 de octubre contra Israel. A cambio, Israel acordó liberar a unos 150 prisioneros palestinos y permitir un aumento en las entregas de ayuda a Gaza.
Más de 1.200 personas murieron en los ataques, la mayoría de ellas, civiles en ciudades vecinas a Gaza. Más de 14.800 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, han muerto en la resultante ofensiva israelí en Gaza, según las autoridades del enclave dirigido por Hamas. La cifra no distingue entre civiles y combatientes.
Según el acuerdo de alto el fuego, los grupos humanitarios pueden enviar 200 camiones por día a la Franja de Gaza, más que en cualquier otro momento durante la guerra. Los convoyes incluyen entregas de combustible a generadores de energía en instalaciones, incluidos hospitales. La Franja de Gaza no ha tenido un suministro regular de electricidad desde que cerró su única central eléctrica el 11 de octubre.
Israel, que declaró lo que llamó un “asedio completo” de la Franja de Gaza el 9 de octubre, ha dicho que está facilitando el flujo de ayuda humanitaria hacia la Franja.
“Actualmente nos estamos centrando en la ayuda humanitaria específicamente para el invierno, como tiendas de campaña, mantas y colchones”, dijo Moshe Tetro, jefe de la Administración de Coordinación y Enlace de Gaza para el Ejército israelí, en un video publicado en línea el domingo.
El número de camiones sigue siendo menos de la mitad del promedio diario que entraba en Gaza antes de la guerra. Uno de los problemas que agravan la crisis en Gaza es que la guerra ha paralizado la economía. Gran parte de los alimentos de Gaza llegan en camiones desde Israel y Egipto, y el gobierno israelí corta todos los envíos a través de los cruces desde Israel en represalia por los ataques del 7 de octubre.
Las Naciones Unidas y otras organizaciones dicen que se ven obligadas a intervenir en nombre del sector privado, que ha colapsado debido a la guerra y el bloqueo impuesto por Israel. Esto ha planteado el desafío de sostener a la población de Gaza durante lo que se espera sean varios meses más de guerra.
“Si no hay productos comerciales en las tiendas, lo que estamos haciendo efectivamente es convertir activamente a toda una población en una población que depende exclusivamente de la ayuda alimentaria, y eso está muy mal en términos de gestión de Gaza”, dijo Tamara Alrifai, una portavoz de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de la ONU, que dirige la mayor operación de ayuda en Gaza.
Israel ha dicho que planea reanudar su ofensiva militar en Gaza cuando finalice el alto el fuego. Los funcionarios israelíes dicen que el Ejército ha derrotado en gran medida al grupo en el norte y que la próxima fase de la guerra se centrará en desarraigar a Hamas del sur de Gaza. Incluso durante los primeros cuatro días del alto el fuego, los habitantes de Gaza dicen que el aumento en las entregas de ayuda no ha marcado una diferencia en sus vidas.
En la Ciudad de Gaza, que ha estado rodeada por el Ejército israelí durante semanas, los palestinos se subieron a los camiones de ayuda, empujándose unos a otros cuando llegó un convoy el domingo, con los residentes peleando por sacos de harina y mantas, dijeron testigos.
La situación en el norte de la Franja de Gaza, incluida la Ciudad de Gaza, es especialmente desesperada. Israel instó a más de un millón de personas que viven en el norte de Gaza a abandonar el área para darle al Ejército israelí más libertad para operar. Se estima que decenas de miles, si no cientos de miles, se quedaron, dicen los grupos de ayuda.
Muchos se quedaron con familiares enfermos, heridos o ancianos que no podían moverse. Otros optaron por quedarse por temor a que no se les permitiera regresar a sus hogares. Israel ha dicho a los palestinos que huyeron hacia el sur que no regresen al norte por ahora, y las fuerzas israelíes utilizaron disparos para dispersar a las personas que intentaron ingresar al norte durante el fin de semana. El Ejército israelí dijo que advirtió a la gente que no se acercara a la zona por su propia seguridad.
“Estamos lidiando con una realidad completamente nueva en Gaza”, dijo Bushra Khalidi, líder de políticas de Oxfam, una organización benéfica contra la pobreza. “Ha sido un vistazo al futuro de cómo será Gaza después de la guerra, y es un caos absoluto. No hay Estado de derecho. No hay policía. La gente se las arregla sola”.
En el sur de Gaza, es más fácil conseguir alimentos y otros productos básicos, pero un número cada vez mayor de palestinos dicen que no pueden permitirse los crecientes precios de productos básicos como la harina y las verduras. Los palestinos de la zona aseguran que esperan horas, y a veces pasan la noche en la fila, para obtener productos básicos como pan y agua. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, una sola línea de gas para cocinar en la ciudad sureña de Khan Younis se extendía por más de una milla (1,6 kilómetros).
“Todo es caro y no tenemos dinero. No hemos recibido ninguna ayuda humanitaria”, dijo Suha Mahmoud, de 45 años, que se aloja en una universidad en Khan Younis después de haber huido cuando los tanques israelíes se acercaron a su casa cerca del puerto marítimo de la Ciudad de Gaza.
Como muchos otros palestinos, Mahmoud salió de su casa llevando sólo unas pocas pertenencias. Fue a una tienda local a comprar un conjunto de ropa de abrigo para su hija de 7 años y descubrió que le costaría 50 shekels israelíes, equivalente a aproximadamente 13 dólares.
“No sabemos qué pasará después de esta pausa, si algún día volveremos a casa, si recibiremos alguna ayuda. Nos dirigimos hacia lo desconocido”, afirmó.
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